Como México no hay dos, y la celebración anual a la muerte en la Isla de Janitzio es sólo una pequeña prueba de ello. Las flores, veladoras, bebidas y los recuerdos guían a las almas a reencontrarse con sus seres amados, quienes los esperan con alegría durante la ancestral tradición que se lleva a cabo en las comunidades que viven a la orilla del Lago de Pátzcuaro, en Michoacán.Janitzio, una isla con población mayoritariamente Purépecha, es prueba viva de una inmensa devoción por el Día de Muertos; los habitantes de ese espacio mantienen un gran arraigo hacia esta costumbre y cada año esperan la fecha para recibir, además de a miles de turistas, a aquellos familiares que ya se fueron, pero quieren regresar por una noche más.