Este jueves 5 de diciembre, personal del Gabinete de Seguridad informó sobre la detención de Adrián Cebreros Pereyra, alias "El Gallero", identificado como presunto integrante del Cártel de Sinaloa. Su aprehensión se logró mediante un operativo de inteligencia y vigilancia coordinado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional, la Secretaría de Marina (Semar), la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). En su arresto, el cual ocurrió en un recorrido de seguridad en la carretera Los Mochis-Navojoa, en Sinaloa, las autoridades realizaron una inspección al vehículo donde se encontraba y encontraron una bolsa que contenía aproximadamente un kilogramo de pastillas de fentanilo. De acuerdo con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), el fentanilo es un opioide sintético de alta potencia. Aunque su uso médico está aprobado para tratar el dolor intenso o crónico y como anestésico, su versión ilícita representa una creciente amenaza. Este opioide es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina y la heroína, respectivamente. Asimismo, este opioide puede prescribirse en diversas formas, como inyecciones, parches cutáneos o tabletas orales. Sin embargo, el fentanilo de origen ilegal, producido en laboratorios clandestinos, se distribuye en polvo, se incorpora a goteros, aerosoles nasales o se prensa en pastillas que imitan a otros medicamentos. Al igual que otros opioides, el fentanilo genera efectos como alivio del dolor, relajación, somnolencia y euforia. Sin embargo, su consumo puede provocar mareos, náuseas, vómitos, retención urinaria, confusión y depresión respiratoria, entre otros. Su uso recurrente altera la función cerebral, disminuyendo la sensibilidad del sistema nervioso y dificultando que el individuo experimente placer sin recurrir al consumo. Esta capacidad de alterar el sistema de recompensa del cerebro contribuye a la rápida dependencia y adicción. Las personas que desarrollan esta condición suelen priorizar el consumo de la droga sobre otras actividades, lo que afecta gravemente su calidad de vida. El abuso de fentanilo, especialmente en dosis no reguladas, puede derivar en una sobredosis con graves implicaciones para la salud. Según la DEA, entre los principales síntomas de una sobredosis figuran estupor, pupilas contraídas, insuficiencia respiratoria, piel húmeda, cianosis, coma y, en casos severos, muerte. La presencia de lo que se conoce como "tríada de opioides" —compuesta por coma, depresión respiratoria y pupilas puntiformes— es un indicador claro de intoxicación por opioides y requiere atención médica inmediata. EE