CIUDAD DE MÉXICO.- A casi una semana del terremoto de magnitud 7.1 que deja 326 muertos en México, la esperanza de encontrar vida entre los escombros se agota, mientras crece la tensión entre familiares desaparecidos que exigen al gobierno información sobre los suyos.El alcalde de la ciudad, Miguel Mancera, informó que son cinco los sitios en el centro y el sur de la ciudad donde los equipos de rescatistas, tanto locales como extranjeros, continúan trabajando.El grueso de ellos se concentraba en el sector Roma, donde un edificio de siete pisos se derrumbó.Ahí, al caer la noche, bajo una lluvia que no cesaba y que obligó a suspender los trabajos de cientos de rescatistas, la tensión nuevamente subió cuando un centenar de personas que decían ser familiares de las personas exigían información sobre los suyos y amagaban con romper el cordón de seguridad en torno al amasijo de escombros."Queremos información (...) Nos han tenido engañados. Ayer querían entregarme un cuerpo que no era mi sobrina, ya la encontré en el Semefo (servicio médico forense)", dijo a medianoche en una improvisada rueda de prensa una mujer que dijo ser tía de una de las víctimas.Protección Civil contabiliza a unas 40 familias que buscan a seres queridos que estaban ahí al momento del sismo, pero no han dado información alguna en las últimas 48 horas en medio de constantes rumores sobre el hallazgo de cuerpos y que en un servicio forense habría unos 15 cuerpos sin identificar."La paciencia ya se agotó, no podemos seguir esperando. Actualicen las listas por favor, que den las cifras reales de los cuerpos que hay en los semefos", dijo de su lado Martín Astrada, quien dice tener a un familiar desaparecido.Exigieron la presencia de funcionarios, entre ellos a Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos Gobernación (Interior).En medio de la falta de información, los rescatistas colombianos que participan en las tareas emitieron un comunicado en el que señalan que han contribuido a recuperar seis cadáveres desde el domingo. Pero las autoridades no han confirmado ni desmentido esta versión, lo que tensa aún más la situación."El malestar es general, pero hay formas de expresarlo. Hay gente que tiene miedo, que se siente muy mal, que están completamente dormidos, hay gente que está muy rabiosa. Están ante una situación de no saber si tienen un familiar vivo o muerto", dijo Sebastián García, voluntario que ha contribuido a atender a los familiares más cercanos de las victimas.En tanto, en otra polémica, medios locales denunciaron que la escuela del sur de la ciudad, donde murieron sepultados 19 niños y 7 adultos, habría utilizado documentación falsa para poder operar.La alcaldía y la secretaría de Educación y la alcaldesa de la zona donde se ubica el colegio Enrique Rébsamen intercambiaban señalamientos en torno a qué instancia tendría la responsabilidad directa ante una eventual violación de las normas.Mientras, las clases se reanudan de manera paulatina pues autoridades revisan las instalaciones de las más de 8 mil, públicas y privadas. Se anunció que el martes estarán ya trabajando 676.