Para Anabel Hernández la neutralidad no existe en el periodismo cuando hay víctimas de por medio, es por ello su insistencia en mostrar la crudeza del narcotráfico en México, de explicar cómo se gestan y operan los cárteles de la droga y los impactos mortales y precarios que alcanzan a las familias mexicanas con violencia, asesinatos y desapariciones forzadas.Con la publicación de “Emma y las otras señoras del narco”, su más reciente investigación en la que desglosa los orígenes y razones que han motivado a diversas mujeres a formar parte o a relacionarse con las redes del narcotráfico y sus protagonistas, Anabel Hernández refuerza su postura y apoyo a las víctimas, al puntualizar el peso que las mujeres ligadas al narcotráfico han tenido en investigaciones de esta naturaleza en otras partes del mundo, siendo piezas clave para responder a una de las preguntas principales que plantea en su libro: ¿qué hace un narcotraficante cuando llega a su casa para reencontrarse con su familia?“En otros países, las mujeres, las esposas, las amantes, las hijas, las hermanas, de los grupos criminales son el eje de investigaciones hoy en día en diversas corporaciones de justica y policía en Europa, porque ellas son los guardianes de los secretos, son las que cobijan, las que nutren a estos hombres del crimen organizado. Porque gracias al calor de ellas, a su compañía, ellos se sienten legitimados. Si no hubiera un círculo social e íntimo de amigos, de compadres, de amantes, de hijas, esposas, de madres, que los están solapando, estos hombres no podrían sobrevivir, necesitan que después de cometer una masacre, después de envenenar y matar gente con sus drogas, regresen a casa y alguien los acepte tal y como son”.Durante su reciente visita a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Anabel Hernández aclaró las intenciones de hacer públicos los testimonios vertidos en “Emma y las otras señoras del narco”, su perspectiva sobre el abordaje que los contenidos televisivos hacen del narcotráfico, y qué le representan en un país como México las palabras justicia y miedo.“Tenemos que decidir como sociedad qué queremos, si vamos a aplaudirle a los narcos, si eso es lo que decide la colectividad. Pero si alguien quiere aplaudir a los narcos o a los amigos de los narcos, que vayan y pregunten a las madres de los desaparecidos y de los torturados, a las madres, esposas o hermanas de los que nunca regresaron a casa porque los encontraron en una fosa clandestina enterrados. Me parece que es un debate importante, esa es la intención de este tipo de investigaciones (…) Este libro es apenas el principio, yo tengo mucha más información que hasta este momento no he publicado porque falta todavía el proceso de corroboración. Para poder hacer una mayor aportación, creo que es necesario que las mujeres empecemos a comprender nuestro papel de cómplices, de víctimas o de actores de cambio”.—¿Con cuál sentimiento escribes? ¿Va ligado el periodismo al activismo personal?—“Todos mis trabajos periodísticos, desde el primer artículo que publicó en el periódico Reforma, en 1993, siempre han sido a favor de las víctimas. Tengo muy claro de qué lado estoy, porque también en la vida uno tiene que tomar decisiones éticas y morales. ¿Estás del lado del poder, estás del lado de los malos o estás del lado de quién? Yo siempre estoy del lado de las víctimas, no puedo evitarlo”.—¿Cómo cambia tu lectura de los hechos y estos personajes cuando tienen una sentencia legal, como en el caso reciente de Emma Coronel? ¿Es una forma de cerrar círculos?—“En estas páginas estaba ya predicho, de alguna manera, lo que iba a suceder con Emma (…) Emma es un personaje muy interesante, pienso que debe ser un parteaguas en México y en Estados Unidos, es la primera mujer de la cúpula de las familias del crimen organizado en México que es sometida a juicio y que se declara culpable, y que al momento de declararse culpable rompe con la ‘omertá’ (ley del silencio) del cártel de Sinaloa, con todo lo que eso puede implicar. Me parece que estos tres años -de sentencia- son porque muy probablemente Emma Coronel colaboró con el Departamento de Justicia narrando la historias intrafamiliares, esa información de cómo funcionan por dentro es la información más sensible, porque es el punto más frágil de estos hombres criminales”.—Al enfocarte en las figuras femeninas que acompañan a estos cárteles ¿qué buscabas proyectar para el lector? Porque también explicas que en estos vínculos está el machismo.—“Yo no buscaba presentar ninguna visión de las mujeres, no tengo un juicio preconcebido. Lo que me correspondía a mí como periodista es poner sus historias bajo la luz, y si ves la historia de cada una de estas mujeres es distinta entre sí, lo que nos obliga a reflexionar como sociedad qué es lo que lleva a estas mujeres, a cada una de ellas, a estar involucradas de algún u otro modo con estas organizaciones. No es un juicio contra las mujeres, es un pretexto para poder reflexionar. Quien quiera tapar el sol con un dedo se equivoca”.“Si bien estamos viviendo en un momento de feminismo, del poder femenino importante, yo soy la primera en apoyarlo, también es cierto que tenemos que reconocer que en la historia de la humanidad ha habido mujeres que han estado del lado del crimen, no ahora, no en México, universalmente hablando, en la Segunda Guerra Mundial (…) hay toda una investigación profunda en diferentes partes del mundo para investigar quiénes son estas mujeres. Al final, estas mujeres que forman parte de estos esquemas de poder, son mujeres que no se revelan al sistema patriarcal y machista. México, como muchos otros países de origen latino, lo mismo ocurre en Italia, son países muy machistas y patriarcales, donde las mujeres se amoldan o se quedan fuera, y cada mujer tomas sus decisiones, algunas pueden tomarlas, algunas no, eso es lo interesante”.—¿Cómo afrontas las demandas en tu contra por supuesta difamación, en este caso, de personajes de la farándula que son mencionadas en el libro y ya se han posicionado al respecto?—“No estoy preocupada, he previsto cualquier tipo de escenario, siempre lo tengo que hacer, estoy obligada a hacerlo como periodista de investigación, sé lo que publiqué”.—¿Crees que se ha romantizado la imagen de los narcotraficantes y sus orígenes y contextos de vida a raíz de las series o películas que abordan -con ficción o no- el narcotráfico? ¿Cómo impactan estas historias al espectador?—“Pensamos que los narcotraficantes son simplemente como rockstars, un poco excéntricos y se nos empieza a olvidar todas las cosas terribles que hacen en un país como México. Se ha mostrado este mundo oscuro con una irresponsable frivolidad, donde parece que los narcos son malos, pero no tan malos. Yo he hablado con productores de series y no quieren mostrar la realidad tal cual es, porque me han querido contratar en diferentes series, y yo hasta el momento he dicho no, no voy a prestarme a escribir una serie de una cosa que altera totalmente y distorsiona la gravedad de los crímenes y del sufrimiento que ocurre y causan afuera. La versión de ellos -productores, directores- es que si publicáramos exactamente las historias cómo son, nadie las querría ver, son tan inaceptables. Tú no puedes maquillar lo que es inaceptable, no puedes hacer una versión light de un crimen tan atroz”.—¿Qué significa para ti el miedo en un país como México?—Creo que la palabra miedo en México significa una palabra que hoy está en boca de todos, no creo que no haya un mexicano o mexicana, sea de la orientación política o del género que sea, que no tenga miedo cuando se va a su casa, cuando va a sacar dinero del banco, que no tenga miedo de la inseguridad, de la violencia, que si van a saquear su casa o si a su hija se la van a desaparecer, pienso que es un miedo colectivo. Como periodistas, particularmente en México, esa palabra miedo significa la ejecución de decenas de periodistas en México por hacer su trabajo. Tienes que sobrepasar y sobreponerte cada día a esta palabra y privilegiar el derecho a la información que tienen los ciudadanos.—¿La justicia qué te representa?—La justicia es el gran pendiente de este país, me parece que cada periodista comprometido con lo que está haciendo, desde diferentes ámbitos, tiene la oportunidad de contribuir. Cuando se pone sobre la mesa la verdad y la ciudadanía tiene posibilidades de reflexionar, es posible que un día que esta injusticia no exista más.