El ajolote, una especie endémica de México y un símbolo de la biodiversidad del país, se ha convertido en una mascota deseada por su aspecto y carisma único. Sin embargo, esta especie, que se encuentra en peligro crítico de extinción, está protegida por las leyes mexicanas y tenerlo como mascota está rodeada de regulaciones estrictas.Si estás interesado en conocer si es posible tener un ajolote como mascota, a continuación compartiremos contigo esa información.En México, el ajolote (Ambystoma mexicanum) está protegido por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, que clasifica a las especies en riesgo de extinción.Esta norma lo considera una especie "en peligro crítico", lo que significa que su captura, comercio y posesión están fuertemente regulados. Además, el ajolote está incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), un acuerdo internacional que limita su comercialización.La Ley General de Vida Silvestre en México también controla la posesión de especies en riesgo. De acuerdo con esta normativa, los ajolotes solo pueden mantenerse en entornos controlados y bajo permisos específicos otorgados a instituciones dedicadas a la investigación, reproducción o conservación. Tener uno como mascota sin el permiso adecuado es ilegal y puede llevar a sanciones y multas.El ajolote es una especie única que habita exclusivamente en los lagos de Xochimilco, en la Ciudad de México. Sin embargo, la contaminación y la expansión urbana han reducido su hábitat, causando una disminución en su población en los últimos años. Esto ha llevado a las autoridades a implementar estrictas medidas de protección.Quienes desean tener un ajolote como mascota deben tener en cuenta el impacto sobre la especie y la importancia de apoyar su conservación. Aunque en algunos casos se permite la tenencia de ajolotes criados en cautiverio dentro del marco legal, estos ejemplares suelen estar destinados a la investigación científica y a programas de recuperación. Adquirir un ajolote extraído de su hábitat natural no solo es ilegal, sino que también contribuye a la reducción de esta especie en peligro de extinción. YC