Durante un vuelo de Guadalajara a Torreón, a más de 10 mil pies de altura, un pasajero sufrió un paro cardíaco y falleció. No obstante, a bordo se encontraba Javier de la Torre Anderson, un médico anestesiólogo, que estaba de vacaciones con su familia quien junto a otros colegas lograron reanimar al hombre. Según el médico adscrito a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71 del IMSS en Torreón, Coahuila, él había notado que el pasajero presentaba arritmias, pero a pesar de ello, el vuelo continuó.Pero, cuando alcanzaron los 10 mil pies de altura le pidió a la azafata que vigilara al hombre, la mujer le aseguró que el hombre se estaba quedando dormido, debido a sus 25 años de experiencia consideró que el pasajero estaba sufriendo de poca perfusión cerebral por la arritmia.Por lo que pidió a la azafata que lo mantuviera despierto y que le avisara si notaba algo. A los pocos minutos, la mujer le comunicó a De la Torre Anderson que el hombre se había puesto morado, no respiraba y no tenía pulso.Inmediatamente, recordó que un compañero traumatólogo viajaba en el mismo avión, lo llamó y le pidió ayuda. Aunado a esto, un tercer médico se sumó al equipo y junto trabajaron para reanimar al hombre."Entre los tres empezamos a trabajar con la reanimación, canalicé al paciente y volví a pasar medicamento, seguimos con el RCP (reanimación cardiopulmonar), y el paciente empezó a respirar", explicó Javier de la Torre Anderson.Al aterrizar el paciente fue trasladado a un hospital. Los médicos fueron ovacionados con aplausos por parte de los pasajeros y familiares del hombre.Para Javier de la Torre esta hazaña no fue algo diferente a lo que hace todos los días en el trabajo, pero descubrió la admiración sus hijos y esposa al salvarle la vida a una persona. "Acabas de salvar una vida", fue muy gratificante explicó el médico.Por esto, el Instituto Mexicano del Seguro Social reconoció su actuación y labor en favor de la comunidad. YC