En nuestro tránsito diario por las calles, por el barrio, por nuestras colonias, nos topamos con casas vacías. Casas silenciosas, sin más dueño ni autoridad que la del silencio. Casas grandes, con sus recintos abiertos a la incertidumbre, casas misteriosas cuyas puertas han permanecido cerradas por décadas.Casas donde el tiempo transcurre en un goteo meticuloso entre el espacio sin muebles, sin conversaciones, sin retratos. Casas donde las personas vivieron un fragmento de su vida. Casas que viven en la memoria de alguien. Casas que viven su propia vida invisible y privada al ojo humano. Abandonadas, ennegrecidas, conservadas e impenitentes, ocupando un espacio natural en la lógica del día a día; casas vacías. La casa como propiedad, en nuestros tiempos, se ha convertido en un lujo inaccesible. Un espacio de tierra cuyo costo supera a lo que cualquier mexicano común podrá acumular en toda una vida. La vivienda se ha reducido a un espacio ínfimo con lo indispensable para vivir, con más características de las conejeras que de una casa legítima, y a precios millonarios con fines inmobiliarios, no humanos, y pensados para quienes no viven en la tierra en la que han sido edificados.Las casas vacías forman parte de la calle, de las banquetas, de lo que nuestros ojos asen en el girar de la bicicleta, en el mirar distraído de la caminata diaria, en lo que damos por sentado, y que, por lo tanto, volvemos invisible. Las casas vacías pueden ser habitadas. Con ciertos requisitos, artimañas legales y burocracias específicas, uno puede reclamar una casa abandonada como suya gracias a la figura de la Prescripción Adquisitiva, en la que una persona puede tomar posesión de un inmueble, y de este modo convertirse en su dueño, aunque hay que especificar que es un proceso lento, complicado, y que conlleva la resolución de un juez.¿Qué es la prescripción en el Derecho? Según el Diccionario de la Real Academia Española, es "adquirir un derecho real por el transcurso del tiempo en las condiciones previstas por la ley". En México, en el sentido de poder adueñarse de una casa, existe tanto la prescripción positiva como la prescripción negativa. La positiva se refiere a quien ha habitado un inmueble abandonado en un espacio de entre los 5 a los 10 años, y a la cual se le puede ser concedido el título de propiedad. La prescripción negativa se refiere a quien, por no haber ejercido el respectivo ejercicio sobre su propiedad, pierde la posesión del mismo. En todo caso, el proceso no es gratuito, y tiene que realizarse acompañado de un juez. De acuerdo con el Artículo 1151 del Código Civil Federal, para que se efectúe el proceso de prescripción, este debe de ser Y según el Artículo 1152, los bienes inmuebles se prescriben:Por mala fe se refiere a cuando la prescripción se lleva a cabo sabiendo que el inmueble deshabitado tiene un dueño legítimo, y en todo caso recordar que ocupar una casa abandonada puede constituir un delito. Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsAppFS