Una intensa tormenta, acompañada de granizo y vientos fuertes, azotó la noche de este miércoles a Ciudad Acuña, en la zona fronteriza de Coahuila, donde miles de hogares y negocios del centro de la ciudad y colonias populares se quedaron sin luz durante varias horas.Debido a las inundaciones, una familia estuvo a punto de morir ahogada cuando el vehículo en que viajaban se quedó atorado en medio de un arroyo, reportó Carlos Flores Diego, director de Protección Civil y Bomberos del municipio de Acuña, quien descartó que haya sido un tornado como se pronosticó. El granizo midió de media a tres cuartos de pulgada, dos centímetros aproximadamente."En Acuña llueve poco; la intensa sequía se ha prolongado. Desde el año pasado casi no hay agua, la presa La Amistad está como al 18 o 20 % de su capacidad", comentó. Sin embargo, el aguacero de anoche dejó de tres a cuatro pulgadas de lluvia en la serranía y de dos a tres pulgadas en la ciudad, como 50 o 70 milímetros, es decir, de 50 a 70 litros por metro cuadrado.Muchas personas tuvieron miedo al recordar el tornado del amanecer del lunes 25 de mayo del 2015, hace casi siete años, un F3, catalogado como el más fuerte que dejó 14 muertos, cientos de casas destruidas o dañadas, escuelas, empresas, así como muebles y enseres domésticos inservibles, autos destrozados, pavimento levantado y cientos de familias en la calle.Flores Diego resaltó que el alcalde Emilio de Hoyos Montemayor recorrió la zona afectada después del aguacero que duró hora y media, de las 18:00 a las 19:30 horas, para apoyar a la gente que necesitara ayuda. Por eso ordenó que dos centros comunitarios fueran habilitados como albergues provisionales para que pernocten inmigrantes. "Afortunadamente casi no hubo inundaciones en casas, tampoco tenemos reportes de muertos ni heridos", apuntó.En el primer reporte, para la medianoche contabilizaron 40 árboles caídos, 100 cables de la luz en el piso, 15 postes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tumbados por el viento, cuatro transformadores dañados, ocho carros varados, una motocicleta arrastrada por la corriente de agua y un caballo rescatado.Elementos de Protección Civil municipal, policías estatales, bomberos, grupos de radioayuda, y hasta del Ejército mexicano participaron en los equipos de rescate y auxiliaron a la población que requirió ayuda.Brigadistas apoyaron a unos 30 migrantes, en su mayoría familias con niños, a quienes por instrucciones del presidente municipal los llevaron a un albergue porque estaban en una iglesia a la que el viento arrancó parte del techo. "Sí hubo daños diversos, pero no fue un tornado", aseguró el funcionario."No fue tornado porque en los radares se marcan vórtices (remolinos de viento) o formaciones de tornados, pero no siempre tocan tierra, aquí en la frontera entre Coahuila y Texas, Estados Unidos, convergen frentes fríos que provienen del norte". Son, añadió, masas polares, con aire cálido del pacífico y el Golfo de México.JM