A 10 años del hallazgo que en un principio se pensó era una fosa clandestina, los estudios realizados por el INAH han determinado que en realidad se trata de descubrimiento arqueológico que podría pertenecer a un tzompantli, altar maya a la muerte.El hallazgo se hizo en Chiapas, donde fueron localizados 150 cráneos de individuos que fueron decapitados entre los 900 y 1200 años d.C.Los factores que apoyan la hipótesis son la peculiar deformación de los cráneos de tipo tabular recta que datan del Posclásico Temprano, la extracción de dientes y la estructura de madera donde fueron encontrados.Sin embargo, al comienzo la entonces Procuraduría General del Estado de Chiapas intervino creyendo que estaría atendiendo una denuncia relacionada con el crimen organizado.“Se pensaba que era una narcofosa, un hallazgo impactante. Resultó ser un tesoro arqueológico milenario de la cultura maya (...) los estudios nos llevan a suponer que es un tzompantli pues no se tiene un entierro completo, solo tenemos algunas osamentas y los cráneos”, comentó el antropólogo Javier Montes de Paz, investigador del INAH en Chiapas.Montes de Paz destacó que existen precedentes de esta índole en Chiapas, como la llamada cueva de las Banquetas, encontrado en el municipio de La Trinitaria en 1980, por el INAH que reportó la recuperación de 124 cráneos.El experto señaló que aún hay trabajo por hacer, sin embargo, hace falta más financiamiento.“Nos hace falta financiamiento para continuar con los estudios que nos permitan identificar si los cráneos tenían algún parentesco, si los dientes se los quitaron en vida o muertos, porque los decapitaban, buscar dónde están las dentaduras”, comentó.Los altares de este tipo se han relacionado con rituales indígenas en los que se honraba a distintas deidades, por lo que se invitó a la ciudadanía a respetar y cuidar estás zonas, pues al no estar controladas las visitas se podría causar un daño irreversible en el patrimonio arqueológico.Con Información de EFEDO