Veinticinco años después de la matanza de Acteal en México, donde un grupo de paramilitares asesinó a tiros y machetazos a 45 indígenas tzotziles que eran críticos con el Gobierno en Chiapas, sobrevivientes y familiares de las víctimas siguen clamando por una justicia que no llega.“Estos 25 años aquí no acaban. Nuestra exigencia de justicia sigue, seguimos exigiendo a la Comisión Interamericana (de Derechos Humanos) que dicte ya el informe de fondo”, memoró Guadalupe Vásquez Luna, tzotzil sobreviviente de la masacre y quien ve aún el panorama poco alentador para revelar la verdad y traer justicia.Para Guadalupe y las demás víctimas, el recuerdo de aquel momento fatídico, donde perdieron la vida 18 mujeres, 4 de ellas embarazadas; 16 niñas, 4 niños y 17 hombres, y que dejó 26 lesionados graves está más vivo que nunca.“Cada día que pasa la recordamos (la matanza), convivimos con esos recuerdos y ha sido muy difícil. Cada que nos niegan esa oportunidad de justicia es como si nos volvieran a golpear los mismos del (año) 97”, reprochó Vásquez Luna.Sobrevivientes y familiares de las víctimas han esperado, desde 2005, la respuesta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que el organismo emita la publicación sobre el caso y se pueda responsabilizar al Estado mexicano por las violaciones graves a los derechos humanos que se cometieron.Además, esperan que se señale a todos los autores intelectuales y materiales de los hechos y mande las acciones que garanticen la no repetición de hechos. Antonio Gutiérrez, coordinador de las Abejas de Acteal y sobreviviente de la masacre, señaló que van a seguir luchando por conseguir justicia.“Para nosotros eso no se puede ocultar, todo lo que hicieron en 1997, el 22 de diciembre (...) tenemos que decir claro, transparente, ‘hechos no palabras’, por eso para estos 25 años sigue siendo impunidad, pero no vamos a cerrar la boca vamos a seguir denunciándolos” dijo.Gutiérrez es fundador de las Abejas, un movimiento que nació hace 30 años tras la detención de cinco defensores del territorio, a quienes en 1993 les violaron sus derechos humanos, pues buscaban impedir la perforación de la tierra en busca de petróleo.El 22 de diciembre de 1997 un grupo de indígenas de esta organización oraba en la comunidad de Acteal, en el municipio de Chenalhó, Chiapas, cuando fue atacado por un centenar de presuntos paramilitares, también indígenas.“Vivir en carne propia los 30 años de violencia, corrupción, marginación, exclusión y otras cosas, de verdad vivir en carne propia está horrible, totalmente, por esa razón nosotros queremos aclararlo”, dijo Gutiérrez.EFE CT