Este domingo nos despedimos para siempre del horario de verano tras una reforma del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que crea incertidumbre y un posible desfase en el comercio con Estados Unidos.Fueron atrasados por última vez los relojes una hora tras el arranque de la Ley de los Husos Horarios aprobada apenas el miércoles pasado en el Senado, que eliminó el horario de verano creado en 1996 para ahorrar energía.El Gobierno fundamentó la medida con una encuesta que mostró que 71% de los ciudadanos lo rechazaban, y con el argumento que "solo" representaba un ahorro anual de 537 gigavatios por hora, el 0.16 % del consumo nacional, o un monto de mil 138 millones de pesos (casi 57 millones de dólares).Por ello, acabar con el horario de verano "es una medida política más que técnica", considera Abril Moreno, especialista en el sector energético, socia directora de Perceptia21 Energía y directora general de Energía a Debate."En México, a la gente no le encanta y no le agrada hacer los cambios de horario, siempre que va a entrar otro horario todo el mundo padece y sufre. Entonces, es una medida populista que le conviene al presidente", comentó.El horario de verano en México iniciaba el primer domingo de abril, cuando los relojes se adelantaban una hora, y terminaba el último domingo de octubre, salvo en los estados de Quintana Roo y Sonora, que no cambiaban, y los municipios fronterizos que se adaptaban a Estados Unidos.Aunque las ciudades fronterizas permanecerán alineadas al horario estadounidense, hay incertidumbre porque la nueva legislación coincide con una discusión en el Congreso de Estados Unidos para mantener el horario de verano, mientras México estará en el de invierno."Con esta medida, México va en sentido contrario de su mayor socio comercial, destino de más del 80 % de sus exportaciones, por lo que hay dudas de su impacto en el comercio y negocios", advierte William Jensen, asociado del Consejo Mexicanos de Asuntos Internacionales (Comexi).El nuevo horario divide opiniones en el sector privado, donde el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce) ve impactos "mínimos", mientras que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) cuestionó la reforma."Es prudente que en México se fije un horario permanente que coincida en ambos lados de la frontera, en el que se procure la relación comercial del país y el bienestar de las personas. La alineación de horarios es fundamental por el dinamismo en la relación bilateral", indicó Coparmex en un posicionamiento.Jensen recuerda que, además de los municipios fronterizos, hay otras zonas de importancia manufacturera, como las ciudades de Chihuahua y Monterrey, o la región del Bajío, en el centro del país, que sí estarán desfasadas. "Otro desfase que llama la atención es el de las bolsas de valores, porque habrá una diferencia de dos horas entre Ciudad de México y Nueva York. Aunque no es grave, los analistas opinan que sería mejor que los mercados operaran a la par para aminorar las disrupciones", apunta el analista.En cuestión de ahorro, la directora de Energía a Debate coincide en que "aparentemente no hay en realidad un impacto" porque la tecnología ha avanzado desde 1996. Pero advierte de un posible efecto en el sistema eléctrico nacional porque al oscurecer más pronto puede haber desequilibrios entre oferta y demanda."Se va a sobrecargar posiblemente la red, esperemos que no, pero es muy probable porque además no hay mayor generación porque no ha habido nuevas plantas de generación eléctrica y tampoco hay nuevas líneas de transmisión, que eso es lo más importante", expone Moreno.A esto se suman políticas del actual Gobierno, añade, porque ha congelado la construcción de parques eólicos, cuya generación es justo mayor en horas pico de la mañana y tarde."Lo que va a pasar ahora seguramente es que, como no tenemos otras alternativas y no hay un programa o un plan para estas empresas, a las horas pico tendrán que entrar las centrales térmicas", lo que subirá costos y contaminación, lamenta.