El cirujano de corazón, Armando Espinosa, explicó que si bien las cardiopatías previas presentadas por Andrés Manuel López Obrador pueden ser consideradas como de riesgo ante el tercer contagio de COVID-19 dado a conocer el pasado domingo, estas no son de gravedad.“Algunas cifras que arrojan pacientes con cardiopatías similares consideran que, en estimaciones, si 100 pacientes enfermaban de COVID-19 el 10% que se complicaba, según la estadística existente, de ese 10 solamente entre el 2 y el 3% que tenían cardiopatía isquémica presentaban complicaciones. Entonces, estadísticamente las posibilidades de que las características que tiene el Presidente es poco probable que lo puedan llevar a una situación grave”, explicó el profesor de la Academia de Cardiología de la Universidad de Guadalajara.Andrés Manuel, recordó, padece de una cardiopatía isquémica al haber presentado un infarto al miocardio en 2013, y, según la información que se tuvo en su momento, fue atendido oportunamente, ante lo cual no hubo complicaciones mayores.El mandatario se había sometido al menos dos veces a cateterismos cardíacos, procedimiento consiste en pasar una sonda delgada y flexible (catéter) hasta el lado derecho o izquierdo del corazón con el objetivo de dar información a los médicos sobre las condiciones de su corazón. “Aparentemente por la rápida recuperación que tuvo entonces podemos pensar que fue un evento que no tuvo mayores consecuencias. Se le hizo el cateterismo y aparentemente no encontraron lesiones nuevas de las arterias de su corazón y por eso pudo continuar con sus actividades normales”.Señaló, de no presentar nuevas anomalías en el corazón, y considerando solo que se trata del COVID-19, los cinco días anunciados por la vocería de la Presidencia de la República serán suficientes para que el mandatario se recupere, siempre y cuando su equipo médico se mantenga pendiente de cualquier signo de alarma.Sin embargo, añadió, más allá de la atención que debe tener por este nuevo contagio Andrés Manuel deberá seguir con sus tratamientos habituales para prevenir un nuevo episodio agudo de la enfermedad cardíaca que presenta.“Ante el estrés mayor que presenta su labor como Presidente, eso implica disminución de defensas, que podría considerarse un factor de riesgo agregado para un personaje que tiene ese ajetreo; el estrés sí implica complicaciones mayores, pero pasando la etapa aguda del COVID-19 podrá regresar a sus actividades como cualquiera de nosotros que pudiera enfermar por el virus”, finalizó el especialista. CT