El sur de México se despertó con sobresalto la medianoche del 7 de septiembre de 2017 por las sacudidas del terremoto de 8.2 grados. Un año después, la reconstrucción parece no llegar a algunas zonas.El temblor más poderoso registrado en México en un siglo arrasó principalmente con Juchitán, Oaxaca, donde derribó unas siete mil viviendas y dejó 36 víctimas mortales de las 98 que hubo en total en los estados de Chiapas, Oaxaca y Tabasco.Por sus calles aún se ven escombros y casas inhabitables sin demoler, gente sin casa durmiendo a la intemperie o en carpas, niños tomando clases bajo los árboles o en aulas de lámina porque sus escuelas no fueron reconstruidas.Parece "como si sólo hubiera pasado un mes del sismo, el abandono se observa por todos los rincones de esta comunidad (de la etnia) zapoteca", dice el escritor Jorge Magariño, uno de los damnificados.Por su parte, Carlos Castillo, director de una escuela primaria, participa desde hace meses en manifestaciones para exigir su reconstrucción."La sede alterna carece de agua para los sanitarios, y en general, no reúne las características para que opere un plantel educativo de más de 500 alumnos (...) La obra de reconstrucción está abandonada, no hay trabajadores, la maquinaria se la llevaron y no sabemos cuándo reanudarán" las tareas, lamentó.Al menos una veintena de escuelas primarias y secundarias de Juchitán se encuentran trabajando "bajo árboles, lonas o en espacios inapropiados", denuncia el profesor Juan Rentería, integrante del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.El sismo causó daños en unos 40 municipios de Oaxaca, otros 97 de Chiapas, y en localidades aledañas, mientras la ayuda gubernamental ha estado marcada por fuertes irregularidades que mantiene a la región "en estado de emergencia", estima Sara Méndez, coordinadora de la ONG Código DH.Según ella, la gente dice: "El sismo no ha pasado, el sismo continúa".Según cifras oficiales, Oaxaca reportó 65 mil 044 viviendas con daños parciales o totales y Chiapas 46 mil 773.Pero "hay cientos de familias que no fueron incluidas y siguen viviendo en las calles, en los patios de sus casas, en improvisados campamentos", asegura Magali Sánchez, representante de la red regional de vecinos afectados en Juchitán.Según el último informe que el Presidente Enrique Peña Nieto, el gobierno otorgó más de siete mil 362 millones de pesos a Oaxaca y más de cinco mil 323 millones a Chiapas.Pero el Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales del gobierno federal es "bastante maleable, no hay un control real sobre el destino de los recursos", y cuando realmente llegó a los damnificados, fue de forma "caótica", denuncia Méndez.Las autoridades se vieron superadas por otro sismo de 7.1 de magnitud que azotó el centro de México el 19 de septiembre, dejando 369 muertos y daños millonarios, la mayoría en la capital Ciudad de México.A nivel estatal, también hay irregularidades.El gobierno de Oaxaca perdió un fondo de unos 10 millones de dólares, según Méndez, mientras que la parte que corresponde dar al gobierno de Chiapas sigue pendiente, según Protección Civil.Mientras, Juchitán "está colapsada", al igual que otras poblaciones afectadas, asegura su alcaldesa, Gloria Sánchez."La infraestructura está por los suelos", dijo, al explicar que el sistema de drenaje provoca graves problemas de salud "porque las aguas negras brotan por todos lados".La secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles, dijo hoy que se ha apoyado a cerca de 64 mil personas en Oaxaca y más de 45 mil en Chiapas afectadas por los sismos del 7 de septiembre de 2017.Se reconstruyen más de 80% de casas afectadas por sismo y una de cada cuatro viviendas ya está completamente construida, informó al encabezar la ceremonia conmemorativa del aniversario del sismo en la capital de Oaxaca."Dos de cada cuatro viviendas llevan más del 50% de la reconstrucción y solo una de cada cuatro está en un porcentaje menor al 25 por ciento".Con información de AFP, EFE y NTXIM