Los socavones aparecen con más frecuencia en la ciudad, ante las redes viejas del SIAPA y la falta de inversión para renovarlas. Entre enero y diciembre del año pasado, el organismo recibió dos mil 786 reportes de hundimientos en las calles. Más de siete hoyancos al día se registran en la ciudad, en promedio.Recientemente se reportó un socavón en el Camino Real a Colima. El 16 de julio se formó el hundimiento sobre el puente vehicular a la altura del Arroyo Seco. Y el pasado jueves, cuando se reportó el socavón de López Mateos, se formó otro en el cruce de Juan Tablada y Alfonso Reyes en la Colonia Miraflores de Guadalajara, donde un camión recolector de basura quedó atrapado. Dos de sus llantas del eje trasero quedaron en el hoyo.Una situación similar se padeció el viernes pasado en Zapopan en la calle Mozart, en La Estancia. De acuerdo con vecinos, las fugas de agua y el paso de camiones pesados son los detonantes de estos desperfectos. Los dos camiones recolectores fueron retirados con grúas. En la lateral de Patria, al cruce con Ávila Camacho, se registró otro hundimiento.Tan solo entre enero y la primera quincena de abril de este año ya se atendieron 513 hundimientos. En Guadalajara es donde más aparecen estos socavones porque hay redes del SIAPA con una antigüedad de entre 30 y 70 años. Esas tuberías se rompen, provocan fugas y luego se forman los socavones. Las colonias con mayor incidencia de hundimientos son Agua Blanca, Arenales Tapatíos, Álamo Industrial, Alcalde Barranquitas, Americana, Independencia, Atemajac del Valle, Atlas, Belisario Domínguez, Blanco y Cuéllar, Centro de Guadalajara, Constitución, Del Fresno, Jalisco, Manuel Ávila Camacho, Medrano, Moderna, Miravalle, Oblatos y Providencia.Carlos Enrique Torres Lugo, director del SIAPA, reconoce que se requieren ocho mil millones de pesos para la renovación de la red de distribución y para evitar fallas en el suministro de agua a los usuarios. Sin embargo, las deudas del organismo y el gasto corriente hacen inviable esa inversión.El reciente socavón en López Mateos, cerca de Periférico, fue por otra causa: por la crecida de la corriente del Arroyo Seco, pero el Gobierno de Jalisco reconoce que la infraestructura del colector en la zona también es antigua (más de 60 años), por eso no soportó la fuerza del cauce.El organismo intermunicipal es responsable de ocho mil kilómetros de redes de alcantarillado, así como de 547 kilómetros de colectores que hay en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá. Ayer, el gobernador de Jalisco acudió nuevamente a supervisar los trabajos que se llevan a cabo para reparar los socavones que se abrieron a consecuencia de las lluvias sobre la Avenida López Mateos y el Periférico, en el municipio de Zapopan.Ahí, el mandatario estatal señaló que debido al temporal, los trabajos no pueden avanzar de la misma forma que lo harían sin lluvias, por lo cual se estima que se terminarán hacia la segunda semana de agosto.“Las obras van caminando de manera muy rápida, pero evidentemente lo que hemos encontrado, sobre todo, es que los mantos freáticos han sido muy altos, y ahora más con las lluvias que hemos tenido estos días. Los trabajos no son tan sencillos y no pueden ir a la velocidad que quisiéramos en una temporada mucho más seca. Estimamos que podemos terminar los trabajos completos hacia el 10 de agosto. Ese va a ser el final para tener todas las pilas ya coladas, las trabes instaladas, y la carpeta reconstruida, y evidentemente el colector también”, aseveró el mandatario estatal.El costo total de la reparación de los socavones, señaló, será de 80 millones de pesos, que se obtendrán “de ajustes presupuestales de distintos programas de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública”.El gobernador indicó también que, en la medida que se termine otra de las áreas que actualmente se están trabajando, se liberará otro carril adicional de esta vía por la que diariamente circulan alrededor de 130 mil vehículos, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Transporte, para llegar a cuatro carriles en operación mientras concluyen las reparaciones. Actualmente operan tres, luego de que un carril adicional fuera abierto la tarde de ayer sábado.Respecto a las causas que ocasionaron estos hundimientos, el gobernador indicó que, luego de los análisis correspondientes, se determinó que la gran cantidad de agua que bajó por el colector del Arroyo Seco, combinada con la antigüedad de la infraestructura, que tiene al menos 60 años, hizo que colapsara un puente, el colector y la plantilla del colector.“Corrió mucha agua, pero la realidad es que se combinó la cantidad de líquido con la antigüedad de la infraestructura que se hizo hace muchos años y que no soportó la cantidad de agua que estaba corriendo. Lo que estamos haciendo no es tapar un agujero, estamos reconstruyendo un puente, y por eso ven ustedes ya que los trabajos de perforación y de colado de las pilas se están realizando. Las trabes de acero vienen en camino”, afirmó el gobernador de Jalisco.“Afortunadamente no hubo un problema con la capacidad del colector, sino con el agua que fue deslavando la plantilla, no tanto lo que iba dentro del colector, sino lo que se llevó el agua, incluyendo la estructura”, añadió.Especialistas en materia de agua, como el investigador de la Universidad de Guadalajara, Arturo Gleason, y Juan Guillermo Márquez, titular del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, han señalado que estos socavones, así como el registrado hace un par de semanas en el Camino Real a Colima (también derivado de afectaciones del Arroyo Seco), se han abierto debido a la falta de infiltración en el suelo ante el crecimiento de la urbanización de la ciudad hacia las partes altas del cerro de El Colli y el Bosque La Primavera. Esto hace que las aguas que escurren desde estas zonas bajen con mayor fuerza y velocidad, colapsando la infraestructura construida a finales de los años 50. CT
