A sus 29 años Valeria Ávila ya es vicepresidente de un partido político. El camino no ha sido sencillo y le ha costado trabajo y preparación para llevar a cabo las actividades que el puesto en Hagamos requiere, pero siempre con miras a buscar un cambio social, especialmente en la agenda de género y la salud pública.Médica por la Universidad de Guadalajara, actualmente cursa la Maestría en Salud Pública con el objetivo de seguir preparándose mediante un doctorado en este ramo.Desde la preparatoria formó liderazgos al tomar la presidencia de la sociedad estudiantil, de la misma forma que lo hizo en la universidad. Al término de su carrera universitaria y su ingreso al Hospital Civil de Guadalajara, observó que no sólo había rezagos en temas de género como lo vio en su vida académica, sino además de acceso a la salud pública, por lo cual decidió buscar el cambio desde un cargo político, contendiendo por su primer puesto público.Para ella, uno de los momentos que más han significado en su trayectoria fue precisamente su candidatura a la alcaldía de Guadalajara en 2015, y sentía entonces que se enfrentaba a personajes que habiendo tenido más experiencia en el ámbito político serían los más preparados para debatir previo a la elección interna, por lo cual se sometió a intensos procesos educativos para dar los mejores argumentos, mismos que le dieron el triunfo.Aunque no consiguió ocupar la alcaldía tapatía, para ella fue éste el más claro ejemplo de que la preparación en la vida política es fundamental para desempeñar la función pública.“Básicamente tenemos a personas en el servicio público que no saben de lo que hablan y tampoco saben lo que hacen en los cargos que compiten, y fue precisamente eso lo que me hizo darme cuenta de que las mujeres jóvenes teníamos que participar por el cambio social que queremos ver”, analizó.Para Valeria, la persona que ha sido su mayor referencia y ejemplo es su madre. “Mi mamá y yo vivimos esa ruptura juntas y de ahí nació también la inspiración para trabajar día a día para que ninguna otra mujer sufriera la violencia que mi mamá atravesó”.El ser vicepresidente de Hagamos la llena de orgullo pero sueña que ese trabajo, además de ir cambiando vidas poco a poco, la lleve a ser diputada del Congreso de Jalisco.“Hay muchas legislaciones que están en la congeladora, hay otras de las que ni siquiera se quiere hablar, pero también hay un importante rezago en torno a la seguridad de las mujeres en Jalisco y para esos aspectos tenemos agendas muy claras: la gentrificación del Estado, cómo las inmobiliarias abusan de la Ley de Vivienda; trabajar por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y tercero tendríamos que estar pensando en una fiscalía especializada en violencia hacia las mujeres, más allá del Centro de Justicia para las Mujeres”.Para finalizar, Valeria insiste en que existen las condiciones necesarias para que Jalisco tenga ya a su primera gobernadora, y México a su primera presidente, aunque lamentó que los partidos políticos no se ven con la voluntad política de poner a una mujer a la cabeza.