En el corazón de Zapopan, la magia del arte vibró gracias al VI Festival Cultural Interlinces, que se lleva a cabo en el campus de la Universidad del Valle de México (UVM). Este encuentro no solo brilla por las impresionantes competencias, sino también por el espíritu de comunidad y conexión que logró entre sus más de mil participantes provenientes de 18 estados de la República.Este festival, considerado como las Olimpiadas del arte y cultura en la UVM, es una competencia entre estudiantes de la institución que se hace cada dos años, mismo que comienza con competencias locales y cuyos finalistas asisten a este evento para contender con los ganadores de otras sedes.Del 27 al 29 de noviembre, los asistentes viven jornadas que van más allá del talento y la técnica. Es un espacio donde los estudiantes descubren que la danza, la música, la fotografía y el teatro no solo son disciplinas sino lenguajes que construyen lazos, despiertan emociones y fortalecen el alma, que forman parte de las actividades de experiencia estudiantil que la UVM ofrece a su comunidad.Entre los momentos más conmovedores, destaca la participación de Elioth González, un bailarín de Break Dance que ha llevado su arte más allá de los escenarios para impactar vidas. Su mensaje es claro: el arte tiene el poder de transformar, de abrir puertas donde parecen cerrarse caminos. Asimismo, el fotógrafo Jonathan Guerra, con su experiencia internacional, inspira a los jóvenes a mirar el mundo desde nuevas perspectivas, recordándoles que detrás de cada imagen hay una historia por contar.Y, para sumar risas a la emotividad, Mau Nieto, comediante de stand-up, debutó en el festival con su particular sentido del humor. Más que un espectáculo, su presencia demostró que el arte también tiene el poder de sanar y unir a través de la risa.Lo que hace especial al Festival Cultural Interlinces no son solo las competencias, sino la forma en que impulsa valores esenciales como la creatividad, la disciplina y el trabajo en equipo, objetivos que persigue la UVM al ofrecer una amplia oferta de actividades académicas extracurriculares a sus estudiantes. Más de 124 profesores y 71 coordinadores trabajaron incansablemente para crear un evento que no solo celebra el talento, sino que fomenta el crecimiento integral de cada estudiante.Incluso aquellos que no participaron como competidores encontraron su lugar en esta experiencia. Desde talleres artísticos hasta actividades logísticas, cada estudiante se llevó una lección invaluable sobre la importancia de construir juntos.“La UVM tiene un compromiso sólido con la formación integral de sus estudiantes, y el Festival Cultural Interlinces es un ejemplo claro de cómo el arte y la cultura pueden transformar vidas, generar vínculos y promover valores esenciales para nuestra sociedad”, expresó Elizabeth Trujillo, directora ejecutiva de Operaciones en Campus a cargo del Programa Nacional de Experiencia Estudiantil de la UVM.Este festival es un recordatorio de que el arte no solo se trata de crear, sino de compartir. Cada paso de baile, cada fotografía y cada nota musical en el VI Festival Cultural Interlinces resonaron con un mensaje claro: somos más fuertes cuando nos unimos a través de la cultura.En un mundo que necesita más conexión, eventos como este son un faro de esperanza, demostrando que el arte puede ser el puente que nos une y el motor que impulsa a las nuevas generaciones hacia un futuro lleno de creatividad y humanidad.