Con la obra de “El Palomar”, del arquitecto Luis Barragán, se busca que el turismo en Guadalajara crezca, señala Miguel Zárate Hernández, coordinador de Gestión Integral de la Ciudad del Gobierno de Guadalajara.“Hay un sector de la población que viaja por el país buscando obras arquitectónicas y representativas de distintos arquitectos. Y Luis Barragán es un referente nacional e internacional. Un ejemplo es que mucha gente acude a la Casa Cristo y Casa ITESO Clavigero sólo para saber de quién es y tomar fotos, pero también para consumir”. Los hoteleros de la zona ven este tipo de obras como una oportunidad y un polo de atracción.El monumento, de 40 millones de pesos, tiene 5% de construcción en la cimentación y se ubica en la extensión del Paseo Alcalde, en el cruce de 16 de Septiembre y Leandro Valle, como parte de las acciones para renovar, repoblar y hacer más atractivo el Centro de la ciudad.“Se escogió ese lugar porque la obra podrá lucir desde distintos ángulos. Es la única obra que se tiene del arquitecto Luis Barragán que no ha sido construida. Estuvo diseñada para el Fraccionamiento El Palomar hace 50 años y fue el propietario de la obra y dueño del fraccionamiento quien propuso al Ayuntamiento que se pudiera construir”.A partir de ello, se hizo, junto con un equipo multidisciplinario, una adecuación de los materiales y cálculos estructurales con estándares más altos. Se espera que se inaugure en enero del siguiente año. Para honrar la obra del arquitecto Luis Barragán, el Ayuntamiento de Guadalajara construye la pieza de “El Palomar” en el Paseo Alcalde, destacó el director de Obras Públicas, Francisco Ontiveros. “Después de una intensa socialización con la parte normativa, y con la opinión de las respectivas autoridades, como de Cultura, el INAH y el Colegio de Arquitectos, nos dimos a la tarea de ver dónde era el lugar idóneo para colocar la pieza de esta magnitud e importancia”.Junto con el puente del arquitecto Raúl Gómez Tremari, frente al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), ahora será parte del Paseo Alcalde.Por su parte, Laila Pérez, presidenta del Colegio de Arquitectos de Jalisco, resaltó que “El Palomar” es importante para dar coherencia a un espacio perdido y desarticulado y, a su vez, “dar una fuerza y unidad a un paisaje urbano deteriorado. Debemos de comprender la trascendencia e importancia de Luis Barragán”.Miguel Echauri, encargado de un equipo de especialistas para la revisión técnica de la obra, destacó que la ciudad necesita hitos urbanos. “Es un símbolo de un hijo de la ciudad, tapatío, y es importante entenderlo. Detonar la zona urbana. Los hoteles y desarrolladores voltearon a verlo y se pretende hacer una gran mancha urbana que se funda con el Agua Azul y el Parque Morelos. El turismo que genera Luis Barragán es importante y la pieza es un regalo para los tapatíos”.Mientras que Raúl Uranga, presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, añadió que es importante porque se contempla un desarrollo habitacional en el Centro, pero también de comercio y turismo, pues detonará una zona olvidada.“Es un homenaje al arquitecto más reconocido de Guadalajara, al premio Pritzker, pero también estamos trabajando en la detonación del Centro para que vuelva a ser el Centro que queremos. Esta obra apuntalaría lo que hemos hecho diferentes jugadores para su reconstrucción”. A partir de hoy, la escultura “Pájaro de Fuego” será intervenida, como parte de las acciones propuestas por el Ayuntamiento de Guadalajara para la renovación, mejoramiento y la apropiación ciudadana del espacio público y los bienes culturales, con una inversión de 5.5 millones de pesos (MDP).La escultura fue encargada en 1957 por el arquitecto Luis Barragán al escultor Mathias Goeritz y se encuentra en el fraccionamiento Jardines del Bosque. Tanto la escultura como el entorno donde se encuentra están identificados como Patrimonio Artístico del Estado y como Zona de Protección denominada Área Típica y Bien Mueble, respectivamente.Según el Ayuntamiento, uno de los cambios principales hechos a la escultura de manera arbitraria fue el cambio de color ladrillo al amarillo.En el documento para la intervención, se explicó que, desde 2019, se tiene el registro de esta primera capa color ladrillo. Al momento del registro fotográfico se estaba dando una nueva capa de recubrimiento a la escultura, para lo cual eliminaron las escamas de pintura suelta, dejando expuesto parte del concreto, los restos de la pintura original, así como de enjarres y de capas de color posteriores.