En junio de 2010, el entonces alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, Enrique Alfaro, prometió que en 12 meses la Laguna de Cajititlán quedaría completamente saneada. “Esta infraestructura que vamos a construir (una planta de tratamiento) empezará a dar frutos y a generar este proceso de saneamiento en un plazo de un año”, prometió.Sin embargo, nueve años y 475.8 millones de pesos después, esto no ocurrió. De hecho, en 2014 la contaminación fue tanta que se contabilizaron 290 toneladas de peces muertos.Pero eso, afirma el presidente municipal, Salvador Zamora, quedó atrás. Nueve años después de la primera promesa de saneamiento, las cuatro plantas de tratamiento que limpian el agua que ingresa al vaso operan a totalidad y ya dejaron de verterse desechos en él.Durante la entrega de apoyos por alrededor de 15 millones de pesos que ayer encabezó el gobernador Enrique Alfaro en el malecón de Cajititlán, el alcalde Zamora informó que también se invierten más de 700 millones en toda la cuenca de El Ahogado.Allí, el mandatario estatal apuntó que “el compromiso de la agenda de inversión para acabar con la contaminación de esta cuenca es absoluto”. También resaltó que este año se invertirán más de mil millones de pesos en la cuenca de El Ahogado.“Son muchos años de trabajo, de congruencia, porque echarse un discurso es fácil, pero tener 11 años con el compromiso de ayudar, eso cuesta más trabajo. No es tan sencillo y por eso me da mucho gusto regresar a anunciar esta inversión”.En 2014, la Laguna de Cajititlán fue noticia nacional debido a los altos niveles de contaminación que alcanzó, lo que se tradujo en la muerte de aproximadamente 290 toneladas de peces. La elevada concentración de nitratos, fosfatos y materia orgánica propició bajos niveles de oxígeno y alteró su ecosistema.Y año con año, las condiciones no han variado mucho. Adrián Salinas Tostado, director de Cajititlán Sustentable, expuso que se retiran entre 200 y 230 toneladas de peces muertos por la misma causa. Este año el fenómeno sigue presente, pero con menor dimensión. Hasta el 8 de agosto suman 97 toneladas de popochas muertas que han sido retiradas.Pero éstas no se desperdician. De hecho se utilizan para generar composta y sustituir a los fertilizantes de los sembradíos que hay en la zona, con lo que, a su vez, se generan productos orgánicos.Salinas señaló que, aunque lo realizado por administraciones pasadas fueron buenas intenciones, hubo “mala planeación”, pues algunos de los mecanismos instalados (como los módulos de ozono) sirven, pero no son la solución.Agregó que la muerte de los peces se debe a que éstos se encuentran en los pocos centímetros que hay de agua limpia, por lo que compiten entre ellos para ganar oxígeno. A eso se suma que en periodo de lluvias el agua se revuelve y la oxigenación es menor.Así, con la entrada de agua limpia del colector Cedros (recién reparado), aunado a los sistemas de oxigenación y desazolve que se instalarán este año, las autoridades proyectan que se reducirá la cantidad de muertes.Desde 2009 se ha etiquetado un apoyo económico desde la Secretaría de Agricultura estatal para los pescadores de la Laguna de Cajititlán. Sin embargo, este año la cifra creció de ocho habituales, a 10 millones de pesos (MDP). Esto beneficiará a 192 pescadores y a sus familias.Además se les entregaron 18 motores sustentables, cuyo costo oscila los cinco millones de pesos, para que sus vehículos no derramen aceite y gasolina en el vaso.La particularidad con estos motores es que, quienes los reciban, no recibirán su cheque (aproximadamente 52 mil pesos al año), sino que lo cederán a la cooperativa a la que pertenecen para que se reparta entre todos sus integrantes.El gobernador, Enrique Alfaro, se comprometió a que, el próximo año, todos tendrán motores “ecológicos” para que no entre un litro de contaminantes a la laguna. El secretario de Agricultura, Alberto Esquer, agregó que, en adelante, los subsidios se darán a los pescadores directamente, pues antes no era así.Urge proyecto integralPara sanear Cajititlán no sólo se necesitan aireadores. Raquel Gutiérrez Nájera, académica de la Universidad de Guadalajara (UdeG), afirma que es necesario un proyecto integral que involucre los alrededores y que implique reforestar, blindar al vaso de descargas y cuidar las partes altas de la cuenca.