Vivir en Guadalajara, habitarla, caminar sus calles, se ha convertido en una situación problemática para muchas personas. Tener casa representa un sueño cada vez más inalcanzable, y básicamente imposible para las nuevas generaciones. Guadalajara sube de precio, gira en torno a la especulación inmobiliaria, y cada vez es más costosa.De acuerdo con el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), durante el 2023, nuestra ciudad registró un incremento anual a la vivienda del 10.12%. A nivel estatal, la vivienda registró un precio promedio de un millón 735 mil 975 pesos, lo cual es desproporcionado en cuanto al salario mínimo, considerando que a un 22% de los tapatíos ni siquiera les ajusta el ingreso mensual para satisfacer la canasta básica.Fenómenos como la gentrificación y la especulación inmobiliaria dificultan la situación para los habitantes de Guadalajara, que se ven obligados a trasladarse a las afueras de la ciudad para buscar opciones de vivienda más asequibles. En la ZMG edifican departamentos a diestra y siniestra, torres departamentales enormes y con todos los lujos, pero no para las personas, sino para los propósitos incomprensibles de la especulación.Las viviendas se han vuelto efímeras, estancias de paso para extranjeros y nómadas digitales, que encarecen las economías locales con el dólar desigual. Rentas por los cielos, requisitos excesivos, investigaciones interminables y comprobantes innecesarios han hecho que buscar vivienda en Guadalajara sea una odisea excruciante. En el pasado las cosas eran muy distintas. Diversas páginas de Facebook, como momentosymemoriasgdl, cuyo contenido recorre las décadas de Guadalajara, han recopilado propaganda del ayer, páginas de revistas y anuncios antiguos en los que se mostraba los nuevos fraccionamientos, las nuevas colonias, los nuevos departamentos, y sus respectivos costos y programas de financiamiento.Esto no quiere decir, necesariamente, que hace unos años las casas eran más baratas, pues la economía era distinta, sino que simplemente son una ventana a la diferencia abismal que existe entre nuestro panorama contemporáneo, y una época en la que bastaban mil pesos y ocho años para pagar un terreno, 72 mensualidades, 12 pesos diarios y hasta $260 pesos mensuales para comprar un lugar, que con el tiempo, la gente podía nombrar como suyo. Aquí algunos de los anuncios de casas y fraccionamientos de la Guadalajara del pasado:Se agradece a momentosymemoriasgdl por sus imágenes para la realización de esta nota. FS
