Vestidas de morado, verde y negro. Niñas, adolescentes y mujeres adultas asistieron a la marcha de ayer por el Día de la Mujer, pero también padres, hijos y hermanos preocupados porque cada día matan a 10 de ellas en México. Salieron del Centro tapatío mencionando que buscan a su hija o a su madre desaparecidas, que piden justicia por el feminicidio de su familiar y demuestran el hartazgo por las agresiones sufridas. Otras gritan por primera vez el nombre del hombre que las violó. La marcha de este 8 de marzo se volvió denuncia, catarsis, pero principalmente la exigencia de soluciones. Al frente van los familiares de víctimas de desaparición y familias de víctimas de feminicidios donde se puede ver a Don Manuel. Viste una camisa con el rostro de su hija Caro, asesinada hace tres años. "Me la drogaron y falleció".También caminan por Ana Lilia, María Guadalupe, Nayeli, Sandra, Lizeth y muchas más. Son familias que van con ojos llorosos mientras gritan “las queremos de vuelta y con vida". Detrás de ellos, viene el contingente de mujeres con carriolas, el grupo de mujeres separatistas y finalmente el contingente mixto.Ana, madre de dos pequeñas, platica que tras el feminicidio de Fátima las niñas comenzaron a realizarle preguntas. "Las traje para que vieran que se pueden apoyar y que sí es un hecho que se mata a las mujeres y que deben de aprender a protegerse". En el mismo río de gente, que llegó a la Glorieta de los Niños Héroes, va la señora Lupita que dice tiene más de 20 años marchando y que "nunca había visto una asistencia tan grande de mujeres".LS