De enero a junio de 2023, la Secretaría de Seguridad de Jalisco ha decomisado 209 artefactos explosivos, seis granadas de fusil 40 milímetros, cuatro granadas de fragmentación, dos granadas artesanales, una granada química y una lanza granadas de 40 milímetros. La cifra es mayor a las 117 armas de fuego decomisadas en ese periodo, según los datos reportados por la dependencia.Ayer, policías sufrieron un ataque con explosivos en Tlajomulco de Zúñiga, que dejó un saldo de seis personas muertas de las cuales cuatro eran policías, además de 12 lesionados, según la última actualización del gobernador. Rubén Ortega Montes, integrante del Observatorio sobre Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara, analiza que este tipo de explosivos tiene que ver con las nuevas tácticas que está utilizando la delincuencia para mostrar su estado de fuerza y su arsenal.“Minas, granadas, lanza granadas, también con drones que lanzan explosivos. Estos son actos que tienen que ver con provocar muertes, lesiones, destrucción. Tácticas de guerrilla, de infundir el temor y terror, como en este caso utilizando el gancho de los panteones clandestinos e intimidando al Gobierno, que sepa que donde se muevan sin ninguna protección van a ser sorprendidos”, resalta.Ortega Montes explica que el uso de explosivos en los enfrentamientos, así como la gasolina para quemar vehículos, no son hechos aislados.“Prender vehículos al mediodía en Los Altos y en distintos lugares mandan el mensaje de que están retando al Estado. Ya mataron a un ex gobernador al fiscal regional, a varios comisarios y policías. Ha habido bloqueos y en otros lugares uso de esta situación… no paran los desaparecidos, las fosas, que es otro tipo de delito. Esto tiene que ver con que ha sido retado el Estado mexicano y Jalisco, y se han hecho de la vista gorda”.Por otra parte, Rubén Ortega Montes remarca que ha fallado la estrategia, logística e inteligencia de lo que se denomina política criminal. “No hay un plan que se haya programado, presupuestado, con fines y objetivos claros, los resultados nos dicen que no hay un Estado”. Por ejemplo, menciona que las declaraciones el gobernador en las que dice que el ataque e Tlajomulco se trata de un hecho “sin precedentes que pone de manifiesto de lo que son capaces estos grupos de la delincuencia organizada”, muestra temor hacia los grupos.“Están rebasados, con estas palabras el gobernador reconoce la debilidad y lo rebasados que están como autoridades. Les están matando a los oficiales con este tipo de explosivos… si así van en contra de la autoridad, imagina contra la sociedad en general o un ciudadano común y corriente, que carezca de armas”.La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alerta que la población, las instalaciones y sus activos vitales se han visto vulnerados, por acciones socio organizativas de alto impacto, “perpetrado por grupos disruptivos y del crimen organizado, quienes se han empeñado en utilizar con mayor frecuencia artefactos explosivos e incendiarios”.Por esta razón, indica que los encargados de las Tareas de Gestión Integral de Riesgos, como primeros respondientes ante este tipo de calamidades, deberán conocer los “Protocolos, Procedimientos y Planes Institucionales para atender las emergencias de esta naturaleza, hasta el arribo de los servicios técnicos y especializados en explosivos y explosiones. Sin poner en riesgo la vida y salud de las personas, la información, el equipo, los procesos y la propia infraestructura vital”.La Sedena explica que es una o varias sustancias químicas en estado sólido, líquido o gas, que al ser sometidas a una fuerza externa como golpe, fricción o calor, o bien a la electricidad estática o radiofrecuencia generan una explosión como resultado de una mezcla oxidante y combustible.En el análisis realizado, advierte que hay artefactos explosivos improvisados, algunos de los cuales se les da una mimetización del lugar donde serán colocados. Mientras que hay granadas con forma y peso adecuado para ser arrojada con la mano a una distancia aproximada de 30 metros.“Tienen una mecha que tarda de 3 a 5 segundos para causar la detonación del explosivo en el interior de la estructura metálica (hierro, acero, etc.).Al estallar la carga explosiva, destruye en miles de fragmentos el recubrimiento (esquirlas o metralla), produciendo daños efectivos en un radio de 5 a 15 metros”. Aunque alertan porque “algunos fragmentos se han encontrado hasta 230 metros del epicentro de la explosión”.FS
