Hoy 04 de octubre es el día de San Francisco de Asís, uno de los santos más conocidos y venerados de la Iglesia católica, cuyo nombre fue retomado por el actual Papa. En este contexto, vale la pena recordar dónde se encuentra el templo más famoso de Guadalajara dedicado a él.El templo del San Francisco está ubicado en el Centro Histórico de Guadalajara, en la avenida 16 de Septiembre y la calle Prisciliano Sánchez.El Templo de San Francisco de Asís y el Templo de Nuestra Señora de Aranzazú conforman esta zona del Centro Histórico conocida como "Los Dos Templos".El templo de San Francisco de Asís permaneció cerrado seis años por los daños que sufrió durante la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero, pero finalmente abrió sus puertas en marzo de este año. El inmueble es catalogado como monumento histórico por el INAH para su preservación y es uno de los inmuebles más emblemáticos, dado que su edificación va unida a la fundación de Guadalajara en el Valle de Atemajac.El conquistador espiritual de estas tierras, fray Antonio de Segovia, en 1531 funda el primer convento en el poblado de Tetlán, vecino a Tonalá.En 1542 trasladan el templo y convento al barrio indígena de Analco; como este lugar era húmedo, nuevamente mudan el convento más hacia el poniente, al lugar donde hoy se encuentra la iglesia.El antiguo convento e iglesia era de suma sencillez, construido en adobe; a partir del año de 1580, constaba de tres naves con techo de madera y artesonado, adornado con retablos dorados. Al lado izquierdo del templo se encontraba el antiguo convento; el convento tenía una espléndida huerta que ocupaba el terreno que va desde la calle Corona hasta la calzada Independencia.Donde actualmente vemos una fuente y arcos de medio punto, se localizaba el convento.El sitio que ocupan hoy los dos jardines, uno frente a San Francisco y otro frente a la capilla de Aranzazú, formaban el gran atrio del convento.Buena parte del convento se vendió y fraccionó, otra parte fue en un tiempo cárcel de mujeres, y después cuartel y caballerizas: En los terrenos de la huerta estuvo la Estación del Ferrocarril Central Mexicano, exactamente a espaldas del templo. En el centro del jardín de San Francisco estuvo el monumento al Gral. Ramón Corona, hoy situado en la Calzada Independencia.En 1934 la Secretaría de Bienes Nacionales vendió a varios particulares una parte de los anexos del templo, incluyendo la sacristía, en 11 mil pesos, mitad al contado y el resto en abonos. La noche del 14 de abril de 1936 la iglesia de San Francisco fue incendiada (nunca se encontró a los culpables), perdiéndose lo que quedaba de esculturas, adornos y pinturas antiguas.Al año siguiente inició la reconstrucción, quedando el templo como lo vemos actualmente. La bendición del Altar Mayor fue el 9 de abril de 1952 y la consagración del templo tuvo lugar el 23 de marzo de 1958, ceremonia que ofició el arzobispo de Guadalajara, José Garibi Rivera. La torre es de base rectangular, con campanario de dobles claros que soporta al tercer cuerpo de forma octagonal, que termina en bóveda de aristas. Cubren sus naves una bóveda casi plana y cinco esféricas, la cúpula del presbiterio descansa sobre tambor octagonal con ocho ventanas y linternilla rematada por hermoso capulín.Cuenta con una hermosa portada de tres cuerpos, de excelente proporción y característico estilo barroco, con columnas salomónicas, copia de las antiguas de la catedral; en su parte inferior y a cada uno de los lados del portón se encuentra las estatuas de San Buena Ventura y San Antonio. En la parte superior se puede apreciar la ventana del coro y el águila mexicana que sustituyó a las armas reales, consumada la Independencia. A sus lados, las esculturas de Santo Domingo y San Francisco. El tercer cuerpo presenta una hornacina del mismo orden, con la imagen de la Inmaculada Concepción.El Convento de San Francisco fue el más grande de la ciudad, se le confiscó y destruyó a consecuencia de las Leyes de Reforma. El altar mayor tiene un retablo muy grande y toda la capilla dorada.La Iglesia de San Francisco de Asís, con amplios y arbolados jardines sirviéndole de atrio no oficiales, tiene por vecinos a edificios nobles, rememorables de un pasado porfiriano, como el que da albergue a restaurantes tradicionales de Guadalajara.Con información de Hilda Ortiz VargasOA