Isabel Rivera González, una joven urbanista, utiliza las redes sociales para hacer reportes ciudadanos sobre la calidad del transporte público en la ciudad de Guadalajara. Sin embargo, la estudiante de maestría de 28 años recalcó que, pese a la utilidad de las redes, se queda con la necesidad de “hacer algo para mejorar la situación”.Eso fue lo que la impulsó a integrarse a la Contraloría Ciudadana, organismo civil conformado por 50 personas de Guadalajara para vigilar el transporte.Para Isabel, el servicio que brinda el transporte público es deficiente y es un problema que ha rebasado a las autoridades, por lo que la ciudadanía también tiene que involucrarse.“Podemos ser esas pequeñas antenas que estén informando a las autoridades competentes, qué tanto se está mejorando, cuáles son las áreas de oportunidad para mejorar la movilidad”, dijo.La joven aseguró que, al enterarse de la convocatoria, pensó que era una buena oportunidad para convertirse en un actor de los problemas.“Culpamos al gobierno de todo lo malo que pasa, pero como ciudadanos no nos ponemos la camiseta, yo quiero ser parte de la solución”, agregó.También compartió que la metodología con la que evalúan al transporte ha funcionado para estar más alerta sobre lo que deben cumplir los camiones de acuerdo con la norma. Isabel y sus compañeros “palomean”, un listado de cosas, por ejemplo, que las unidades cuenten con un mapa de la ruta o funcionen bien los sistemas de prepago.“Cuando veo que los choferes cumplen las normas me da muchísimo gusto, pero cuando no y hay hay malos tratos a las personas mayores o estudiantes, me da mucha frustración”, finalizó.