No hay cambios. En las proximidades de la cascada del río Santiago, el sonido del agua todavía está acompañado por un aire denso, espuma blanca y una fuerte pestilencia a huevo podrido que se queda en la garganta. Todo es igual a lo que se vio el 7 de diciembre de 2018, cuando el gobernador llegó con una amplia comitiva al mirador de la cascada de Juanacatlán, pues había prometido que su primer acto como jefe del Ejecutivo sería presentar un plan para sanear el Santiago. Y aunque sí se reportan avances de dicho plan en el sitio de internet del Gobierno del Estado (en el apartado “Revive el Río Santiago”), la diferencia más notable es que hay más lirio. El plan consta de 54 acciones que incluyen la reconversión del sector productivo, cadenas de producción libres de contaminación, regulación industrial y empresas sustentables certificadas. “Yo estuve aquí en campaña y quedé, frente a los jaliscienses, que el primer acto que tendríamos en funciones sería presentar toda la estrategia integral de saneamiento del río Santiago”, dijo entonces el gobernador, quien estimó una inversión de tres mil 418 millones de pesos (MDP). Hoy se reporta 71% de avance en el Plan Maestro de Saneamiento, que contempla conectar las aguas de la cuenca de El Ahogado a la planta de tratamiento del mismo nombre, y colectores para evitar descargas residuales. También se reporta que está en marcha la construcción de 13 plantas de saneamiento, que en suma registran 13% de avance, y que costarán otros 608 MDP. Incluso hay una meta cumplida: cambiar al modelo de producción agropecuaria sustentable. “Se diseñaron programas para tener un manejo adecuado de los residuos y excretas para evitar las descargas de aguas residuales sin tratamiento”, se informa en el apartado. Sin embargo, la peste, la espuma y la basura vertida al Santiago siguen igual que en 2018.