A las tres de la tarde se habían juntado unos 50 jóvenes, la mayoría estudiantes, en la fuente Minerva, donde se convocó una nueva manifestación por tercer día consecutivo en demanda de justicia para Giovanni López, quien murió el 5 de mayo a causa de los golpes que le propinaron policías de Ixtlahuacán de los Membrillos. En esta ocasión sumaban otras dos peticiones: que liberaran a los 28 detenidos el jueves tras los disturbios en el Centro; y la aparición de medio centenar privados de la libertad el viernes cuando se dirigían a la segunda manifestación, en la Fiscalía del Estado."Nuestros compañeros el día de ayer aún no llegaban a la Procuraduría y desde tres cuadras antes los estaban esperando con palos. (...) Pero la solución del gobernador es echarle la culpa a alguien más y desacreditar esa marcha", señaló uno de ellos que reservó su nombre.Media hora después, comenzaron a caminar alrededor de la Minerva, pues planearon dar vueltas en protesta. Sin embargo, a la primera vuelta cambiaron de opinión y decidieron caminar por Vallarta hacia el Palacio de Gobierno."¡Si no hay solución, habrá revolución!", gritaba el grupo al que se le fueron sumando más participantes conforme avanzaban. La Policía Vial se encargó de desviar todo el tráfico que se dirigía hacia la Minerva para despejar su paso.Algunos de sus compañeros fueron advertidos por teléfono que gran cantidad de policías se concentraban en Palacio de Gobierno, por lo que los organizadores presumieron que les querían tender una trampa.Entonces uno de ellos dio la orden de regresar a la Minerva. Cuando regresaban, otros de atrás discordaron con la decisión y volvieron a caminar hacia Palacio.En ese momento, un reducido grupo comenzó a vandalizar todo a su paso, pero sus pintas eran contra la Policía y el Gobernador, no por sus compañeros detenidos ni mucho menos por Giovanni.Hacia las cinco de la tarde el grupo ya era conformado por casi 700 personas, según estimaciones de Protección Civil. A la llegada a Palacio de Gobierno se encontraron con una valla de mujeres policía que, tomadas de las manos, evitaban que los manifestantes se acercaran a la puerta del palacio.No obstante, los manifestantes reiteraron que su manifestación era pacífica, por lo que no intentaron trasgredir la barrera, sino que se mantuvieron delante de ella con otra barrera de mujeres."¡Sáquenlo de las greñas!", gritó uno que quería que les diera la cara el gobernador.Poco después, varios sujetos comenzaron a arrojar botellas a la fachada del inmueble, tras lo que el resto de los manifestantes reclamaban. "¡Es pacífico!", y exigían dejar de lanzar proyectiles.Durante el transcurso, un tipo intentó iniciar actos violentos y golpeó a una de las policías, lo que provocó el enojo de los manifestantes que fueron tras de él; sin embargo, no lograron atraparlo pues se refugió en el palacio de Guadalajara.Este medio identificó a al menos cinco personas que llegaron con bombas molotov; no obstante, los mismos manifestantes les exigieron que se desistieran de arrojarlas. Entonces uno de ellos vertió el contenido de una de las botellas sobre Corona, tras lo que los jóvenes cubrieron el combustible con tierra.Hacia las siete de la noche, los participantes se dividieron. El grupo más pacífico permaneció frente a Palacio sentado mientras otro grupo avanzó de nuevo sobre Juárez rumbo a Chapultepec, entre éstos, los cinco que portaban las bombas molotov, quienes aparentaban no ser estudiantes y estar bajo los efectos de algún enervante, según la apreciación de este medio y de algunos manifestantes.A la llegada de estos sujetos a Chapultepec, uno arrojó una bomba molotov a la torre de la Policía ubicada en el camellón, lo que provocó la llegada de unas cinco unidades que hicieron que corrieran.Casi a las diez de la noche, se reportó que unos 20 se regresaron a Palacio de Gobierno, entre ellos, al menos dos de los sujetos que habían armado las bombas por la tarde.Estos comenzaron a prender fuego a la puerta del Palacio, tras lo que antimotines arrojaron gas lacrimógeno y detuvieron a unos por dichos actos, quienes fueron trasladados a Calle 14. Uno de ellos, sin embargo, advirtió a la Policía que ni siquiera se manifestaba, sino que recién había salido de su trabajo.