Jueves, 14 de Noviembre 2024

Por hacinamiento, 431 mil más expuestos a coronavirus

En la metrópoli hay pequeñas casas en las que viven hasta 10 personas, lo que les hace ser más vulnerables frente a la pandemia

Por: El Informador

El hacinamiento en las viviendas es un foco rojo ante la crisis sanitaria por el coronavirus. En el Estado, 431 mil 300 jaliscienses padecen esta situación. EL INFORMADOR/F. Atilano

El hacinamiento en las viviendas es un foco rojo ante la crisis sanitaria por el coronavirus. En el Estado, 431 mil 300 jaliscienses padecen esta situación. EL INFORMADOR/F. Atilano

Luisa Martínez, su esposo y sus cuatro hijos (de entre tres y 15 años) habitan una vivienda que sólo tiene una recámara, una cocina y un baño en la colonia Ferrocarril, en Guadalajara. Debido a que la casa es de 30 metros cuadrados, el espacio que es usado como cocina también se habilita como dormitorio.

La señora, quien está embarazada de su quinto hijo, explica que no pueden cumplir al 100% con la recomendación de quedarse en casa por el coronavirus. Acentúa que viven al día, por lo que ella sale a vender dulces y su esposo a cortar pasto. Lo que ganan es para comer y pagar los mil pesos mensuales de la renta de la pequeña casa, porque ni por la crisis se los “perdonan”.

De acuerdo con un diagnóstico del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), hace más de 40 años se establecieron 200 familias mixtecas en esta colonia. Y en cada pequeña casa habitan entre ocho y 10 personas, en promedio. Este núcleo poblacional forma parte de las 431 mil 300 personas que viven en situación de hacinamiento en Jalisco (de un total de 8.4 millones), el cual se considera cuando en una casa hay más de 2.5 ocupantes por habitación, según el Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2020. Y la Organización Mundial de la Salud precisa que el hacinamiento está relacionado con el aumento de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, por lo que es una población vulnerable ante la actual crisis sanitaria.

Más de medio millón de jaliscienses padecen carencias en sus viviendas

En Jalisco hay 581 mil 900 personas que padecen algún tipo de carencia de acceso a la vivienda, ya sea por sobreocupación de habitantes o porque los materiales o condiciones del hogar son precarios, según el Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2020, desarrollado por la Secretaría de Bienestar. 

De éstos, el número más alto corresponde a las 431 mil personas que viven con problemas de hacinamiento en pequeñas casas, con uno o dos cuartos, las cuales tienen necesidades conjuntas no satisfechas. Por ejemplo, 125 mil habitan en casas con pisos de tierra. Otras 40 mil 900 tienen muros de material endebles, entre otros problemas. 

A pesar de los problemas en Jalisco, en febrero pasado, Román Meyer Falcón, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), señaló que el rezago habitacional afecta mayormente a las zonas Sur y Sureste del país. Puntualizó que tan sólo en Estados como Chiapas, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Veracruz se requerían 9.4 millones de acciones para hacer frente a los retrasos que se acumularon por la falta de financiamientos. 

Pese a lo anterior, en administraciones pasadas la mayor parte de la colocación de créditos, principalmente vía Infonavit, se dirigieron a los Estados de Sinaloa, Jalisco, Nuevo León, Estado de México, Ciudad de México, Aguascalientes y Tlaxcala.

“Como Estado mexicano y como sociedad tenemos una deuda histórica en esas regiones y con la población que no tiene acceso adecuado a los créditos baratos para mejorar sus viviendas, pues al no ser derechohabientes del IMSS o ISSSTE, por ejemplo, tienen que pagar intereses de hasta 70%”.

En el ámbito nacional, en los últimos años se redujo el presupuesto destinado al Programa de Vivienda Social que brinda subsidios a la población de bajos ingresos, que no tienen acceso al financiamiento suficiente y presentan rezago habitacional, al pasar de 11 mil 494 millones de pesos a mil 483 millones de pesos, en el promedio anual.

Jalisco se ubica en el segundo lugar a nivel nacional con el mayor número de viviendas con una superficie menor a 60 metros cuadrados. EL INFORMADOR/Archivo

En 10  años construyen 220 mil casas “huevito”

Entre enero de 2009 y marzo pasado, en Jalisco se construyeron 235 mil 660 casas económicas, de las cuales, 220 mil 233 cuentan con una superficie menor a los 60 metros cuadrados; es decir, forman parte de las conocidas de manera popular como viviendas “huevito”, de acuerdo con datos del Registro Único de Vivienda (RUV). 

De éstas últimas, 23 mil 363 se construyeron en un espacio menor a los 38 metros cuadrados.

Este tipo de unidades habitacionales, en su mayoría, se caracteriza por contar con una recámara, pese a que en éstas pueden vivir más de tres personas. Sin embargo, a partir de 2015 se dejaron de construir en el Estado. 

En cuanto al espacio reducido, le siguen las casas con una superficie menor a los 45 metros cuadrados, con un total de 68 mil 12  viviendas. El resto corresponde a casas con construcciones con menos de 60 metros cuadrados. 

El arquitecto Juan Palomar declara que las casas con espacios reducidos y con carencia de servicios obedecen a la codicia de ciertos promotores inmobiliarios y la complicidad de autoridades. “El desastre de la vivienda popular en México es hijo de la inercia y de la corrupción”. 

Reconoce que el sistema y el tipo de vivienda que generan esas condiciones, incluso de hacinamiento, son totalmente obsoletos. “Las cámaras de constructores y de la vivienda deben darse cuenta de que hemos estado haciendo esfuerzos equivocados. A lo mejor, en muchos casos, con la mejor de las intenciones, pero son esfuerzos equivocados que no resuelven el problema”. 

La vivienda popular, señala, no tiene por qué ser así. Agrega que en algunos terrenos del Centro Histórico de Guadalajara, donde actualmente se encuentran fincas en ruinas, es posible construir 15 o 20 departamentos funcionales y cómodos.

El problema es que en el país no se han modernizado los modelos de vivienda. Asegura que en la administración federal pasada se comenzaron a diseñar estrategias innovadoras y útiles. “Hay un banco de proyectos que ojalá (el actual Gobierno) no los tire a la basura”.

Segundo lugar

Jalisco se ubica en el segundo lugar a nivel nacional con el mayor número de viviendas con una superficie menor a 60 metros cuadrados, conocidas como casas “huevito”.

Problema nacional

El Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2020, desarrollado por la Secretaría de Bienestar, revela que en el país hay más de nueve millones 460 mil personas en situación de hacinamiento. 

Eso significa que presentó una disminución con respecto a 2019, cuando se registraron 10 millones 242 mil personas.

Los cinco Estados con más hacinamiento en casas
Lugar Estado Población afectada
1 México 1’205,700
2 Veracruz 935,300
3 Chiapas 908,300
4 Guerrero 700,900 
5 Oaxaca 579,000
...    
8 Jalisco 431,300

Fuente: Coneval. 

TESTIMONIO

“A veces no alcanza…”

Apenas uno ingresa a la vivienda y del lado derecho se encuentra el baño. A escasos tres pasos de la puerta principal está el área que es utilizada como cocina y que consiste en una mesa con una parrilla. A media altura de ésta y pegado a la pared sin enjarre hay un tubo en el que se cuelgan los sartenes. 

Sobre el pequeño refrigerador ubicado junto al muro que divide al sanitario de este cuarto, además del aceite comestible, hay una botella de cloro y un gel antibacterial. Los dos últimos productos son recomendados para mantener la higiene durante la pandemia del coronavirus. 

Hacia el fondo, a la izquierda, hay una mesa en la que se tiene una pantalla chica, bocinas de estéreo, ropa y muñecos. A la derecha hay dos cilindros de gas que se encuentran casi pegados a la puerta de la única recamara con la que cuenta esta vivienda. En ese espacio, en el que no hay muebles ni camas, es utilizado como dormitorio por los cuatro hijos de Luisa Martínez y su pareja. 

La familia llegó hace alrededor de un año a vivir a la colonia Ferrocarril, en Guadalajara. Decidieron dejar Oaxaca porque “no había clases y salimos con los niños para que estudien”, cuenta la señora afuera de la vivienda de 30 metros cuadrados, que renta por mil pesos mensuales, mientras coloca sus manos sobre su vientre de varios meses de embarazo. 

Luisa cuenta que, por el coronavirus, la situación  se complicó, pues tienen que salir a trabajar para pagar la renta, el agua potable y la comida, entre otros servicios que tratan de cubrir para que los menores tengan lo indispensable. 

“Es caro, pero no podemos hacer nada. Tenemos que sacar para comer. A veces no alcanza”. 

Subraya que en ocasiones batallan para la compra de comida o lo que se requiere para los estudios de los menores, pues no pueden dejar de pagar la renta. 

Aunque se considera que la población padece hacinamiento cuando en una vivienda hay más de 2.5 ocupantes por dormitorio, Luisa dice que continuarán ahí porque no pueden pagar una renta más cara que les garantice mayor espacio. 

Asegura que no recibe ayuda gubernamental, salvo algunos apoyos que eventualmente se otorgan a esta comunidad mixteca que tiene décadas viviendo en este sector popular. Algunos vecinos están ampliando sus casas, pero la mayoría se encuentran sobreocupadas con ocho o 10 personas, en promedio.

Casas pequeñas, materiales o condiciones del hogar precarios, son los principales problemas de este sector poblacional. EL INFORMADOR/Archivo

CLAVES

Afectaciones a la salud

Efectos. De acuerdo con el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Vivienda Digna y Decorosa 2018 del Coneval, los elementos de los hogares en su dimensión material y espacial tienen un efecto en la salud física y mental de los habitantes.

Evidencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que existe evidencia de que el hacinamiento está relacionado con el aumento de la incidencia de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, y que esta situación se agudiza en condiciones de pobreza y carencia de servicios básicos adecuados.

Enfermedades. En el documento Directrices de la OMS sobre Vivienda y Salud 2018, se puntualiza que la insuficiencia en los servicios de suministro de agua y de saneamiento afecta a la inocuidad de los alimentos y la higiene personal. Por lo tanto, facilita que se contraigan enfermedades transmisibles.

Intervenciones. Se subraya que la mejora de las condiciones de habitabilidad puede salvar vidas, prevenir enfermedades, mejorar la calidad de vida, reducir la pobreza, ayudar a mitigar el cambio climático y contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos los relativos a la salud (ODS 3) y las ciudades sostenibles (ODS 11).

Soluciones. Los cambios demográficos y climáticos están haciendo de la vivienda un elemento cada vez más importante para la salud. De acuerdo con las previsiones, la población urbana mundial se duplicará en 2050 y se necesitarán nuevas soluciones para la vivienda.

Estimaciones. Según las proyecciones, la población mayor de 60 años de edad, que tiende a pasar más tiempo en casa, también se  duplicará en 2050 a nivel mundial. “Ante los cambios en las pautas meteorológicas por el cambio climático, es fundamental que las viviendas se protejan contra el frío, el calor y otros fenómenos meteorológicos extremos para promover la resiliencia de las comunidades. Las malas condiciones de habitabilidad pueden exponer a las personas a una serie de riesgos para la salud”. 

TELÓN DE FONDO

Hacen frente a la pandemia… ¡sin agua!

En plena emergencia sanitaria por el coronavirus, donde la limpieza constante es una de las acciones más importantes para prevenir los contagios, 356 mil jaliscienses no tienen agua potable (4.3% de 8.4 millones), de acuerdo con datos de la Secretaría de Gestión Integral del Agua.

María vive en la colonia Nueva Israel, en Tonalá. Es uno de los sectores populares que carecen de este servicio en la metrópoli, en donde tienen que abastecerse con pipas o de un depósito improvisado en la barranca. Explica que el agua a veces sale con lodo, pero mezclan cloro para sus actividades de aseo y preparación de alimentos.

Mario Reynaga, habitante de El Salto, relata que muchos ciudadanos tampoco cuentan con conexiones directas, aunque es una promesa realizada en las administraciones pasadas. “Sobre todo las personas que viven en la parte de arriba, cerca del Cerro de la Cruz, donde no tienen conexión porque no llega la red. Incluso, hay quienes viven en la parte baja de El Salto, detrás de La Gigantera, sin agua, drenaje ni alumbrado público”.

Indica que en su colonia, por Potrero Nuevo, llevan más de un mes sin agua. “Y con la contingencia (sanitaria por el coronavirus) ni siquiera se pueden llevar a cabo cuestiones básicas de limpieza”.

Aunque el municipio no forma parte de la red del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), recibían “por lo menos” el servicio cada tercer día. Ya no.

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