El joven Fernando García caminaba por la vía que va desde Tololotlán, en Tonalá, hacia la colonia Los Laureles, cuando se topó con el arroyo El Popul, por el que corre agua contaminada. “Este río que se forma es puro líquido percolado combinado con el agua de lluvia que baja de la basurera”. Apuntó hacia el vertedero Los Laureles, operado por Caabsa.El Popul cruza el relleno sanitario, y aunque ingresa con agua ya turbia por las descargas de dos fraccionamientos El Triunfo y Vizcaya, al salir el agua es más oscura y espumosa, acompañada de un olor fétido.No obstante, Alejandro Giombini, gerente de operaciones de la empresa Caabsa, se justifica al decir que El Popul ya ingresa contaminado. Aun así, los vecinos de Tololotlán aseguran que por éste corren lixiviados (líquido contaminado) hasta el río Santiago, cuyas aguas usan para riego de sus siembras.José Antonio Gómez Reyna, investigador del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Guadalajara e integrante del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, recordó que desde 2006 se conoce de la contaminación en este punto; sin embargo, no se ha hecho nada para sanearlo.Además, en 2008, pobladores de El Salto advirtieron la persistencia de dicha situación por lo que se opusieron a la ampliación del vertedero para evitar que creciera el problema.El procurador Estatal de Protección al Ambiente, José Rentería, reconoció que en la presente administración no se han realizado inspecciones por lixiviados en este lugar, pese a ser el vertedero más importante de la Zona Metropolitana. Justificó que requieren de denuncia para actuar y no han recibido ninguna.El experto señaló que las autoridades tienen la obligación de realizar análisis constantes, pues la ley no reconoce los de instituciones o universidades.Al respecto, se pidió la postura de la Comisión Estatal del Agua y de la Comisión Nacional del Agua, pero hasta anoche no hubo respuesta.Por ser un espacio que puede ocasionar graves daños ambientales si no se opera adecuadamente, el vertedero de Los Laureles, en Tonalá, debe ser sometido a inspecciones periódicas para que se vigile el cumplimiento de las normas y se garantice que no se derramen lixiviados en el arroyo que lo cruza, expuso José Antonio Gómez Reyna, secretario del grupo Científico-Técnico del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua.“La Secretaría de Medio Ambiente, la Comisión Estatal del Agua o la Secretaría de Salud deberían hacer un monitoreo y un estudio continuo, el cual no creo que lo tengan”, aseveró, toda vez que la contaminación se percibe incluso a simple vista por los lugareños, como advirtieron pobladores de la delegación vecina de Tololotlán, por donde cruza un canal con agua del arroyo.“Si hacemos análisis del agua a la salida (del vertedero) vamos a ver que es un caldo de contaminantes y la forma más científica es medir la calidad del agua antes de entrar y después de salir de la planta, se verá que se incrementa bastante la contaminación”.Rubén Méndez Flores, un habitante de la zona, explicó que el vertedero les contamina el agua, pese a que la empresa Caabsa lo niega. “Este es un canal de riego para los sembradíos. Lo hicieron sabrá Dios hace cuántos años y ahorita viene muy sucio”, aseguró.Gómez Reyna consideró que las autoridades simulan una vigilancia sobre Los Laureles, y ya que es evidente la existencia de contaminación, deben actuar para detenerla y corregir.“Sería bueno solicitar los estudios de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento y la Secretaría de Salud o la Semadet, es importante porque es su obligación. (...) Ellos tienen la obligación de monitorear y deben tener estudios, pero estos estudios nunca los dan a conocer o quizá ni siquiera los realicen”.En lo que va de la administración estatal, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa) ha iniciado ocho procedimientos contra el operador del relleno sanitario de Los Laureles, Caabsa, principalmente por fallas en su operación o por realizar obras sin licencias, explicó el procurador, José Rentería González.De estos ocho asuntos tres datan de 2013 y ya están concluidos. Estos fueron por irregularidades en la cobertura de la basura, toda vez que tras cada jornada se tiene que cubrir con arcilla y se omitió este paso.Los cinco procedimientos inconclusos no fueron detallados por el procurador, aunque describió que tenían que ver con obras de adecuación, acondicionamientos e infraestructura sin permisos, proyectos y autorizaciones de impacto ambiental. Tres de estos se alargaron porque la empresa interpuso procedimientos legales.“Cuando ya son llevadas a tribunales, el operador del relleno sanitario toma la decisión inclusive de pedir al tribunal una medida cautelar que restringe a la Procuraduría la posibilidad de realizar mayores visitas”.Actualmente hay dos juicios ante autoridades estatales y uno ante federales que evitan a la Proepa inspeccionar las instalaciones. Pero de los procedimientos, el último fue por obras sin permiso derivado de una denuncia, en enero de 2017. Sobre la descarga de lixiviados, aseveró, no existe denuncia alguna.¿Cuándo puede actuar la Proepa?De acuerdo con la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa) sólo pueden actuar en caso de denuncia, de cualquier persona o institución. En caso de encontrarse irregularidades en el ente señalado se procede a una multa y a solicitar que se repare el daño, que de persistir puede concluir en una clausura.¿Cómo se puede denunciar?Los números de la Secretaría de Medio Ambiente donde se reciben las denuncias son el 3030 8260 y 1199 7550, extensiones 56242 y 56212.También pueden al correo electrónico denuncias.semadet@jalisco.gob.mx; en la página oficial de Semadet semadet.jalisco.gob.mx o directamente en: http://semadet.jalisco.gob.mx/acerca/proepa/denuncia-popular.PARA SABERSustancias contaminantesLa norma NOM-083-SEMARNAT-2003 establece que los lixiviados no deben derramarse fuera de los vertederos pues son sustancias contaminantes que “representan un alto riesgo a la salud humana”. En cambio, deben tratarse o contenerse en fosas y recircularse para que se evaporen.Aunque ya se cuenta con la estructura, la planta de tratamiento para los lixiviados o “jugos de la basura” del relleno sanitario de Los Laureles, en Tonalá, aún no se halla en operación, explicó Adrián López Rivera, jefe de la planta. “Lo que nos ha detenido es que existen ciertas circunstancias técnicas del proveedor que construyó esta planta”.Esto es que mientras la empresa que opera el vertedero, Caabsa, solicitó que les construyeran una planta para tratar sus lixiviados, la empresa contratada construyó una para aguas negras, pero que resulta insuficiente pues los lixiviados tienen una composición distinta.De acuerdo con las normas federales, los rellenos sanitarios deben tener un manejo adecuado de los lixiviados o “jugos” que producen los residuos sólidos urbanos, provenientes de la mezcla de los desechos orgánicos, como la comida, con desechos inorgánicos, como cartón, metales y hasta pilas desechables, lo que produce sustancias altamente contaminantes y dañinas para el medio ambiente y el hombre.En el caso del relleno sanitario de Los Laureles, en Tonalá, donde se depositan los residuos de Guadalajara, el manejo de lixiviados actualmente consiste en su captación en fosas (tiene más de diez) desde donde se recirculan, es decir, los riegan sobre la basura para que se sequen, como marcan las normas. Sin embargo, durante el temporal de lluvias la cantidad aumenta, razón por la cual requieren de tratar los lixiviados.López Rivera detalló que su tarea es adecuar el complejo y subsanar las fallas que dejó la empresa que construyó la planta tratadora. Lo que se pretende hacer es tratarlos con químicos para retirar los nutrientes y materia orgánica; posteriormente el líquido debe pasar por un sistema de humedales para eliminar las impurezas que lleguen a quedar y finalmente poderlos descargar al arroyo El Popul.“Ahorita estamos en una fase piloto donde estamos tratando dos mil litros al día, la idea es incrementar a cerca de 500 metros cúbicos al día”.También llevan a cabo un estudio para determinar cuánto lixiviado hay en todas las celdas de Los Laureles, además de estimar la generación diaria, para posteriormente dimensionar la capacidad de la planta. “Hacerla de acuerdo a lo que tenemos y una proyección a futuro”.López Rivera informó que llevan poco más de un año adecuando la planta, y con el piloto recién un mes. Esperan que después de dos meses se tenga un estimado de cuánto tiempo requerirán para poner a andar la planta y poder descargar las aguas tratadas.“Ya contamos con el permiso de Conagua para la descarga del lixiviado ya tratado, sin embargo no lo estamos realizando porque no tenemos todavía las condiciones, entonces los estamos reincorporando a las fosas para evitar esa descarga”, aseguró.