Dueño de una mirada aguda en el campo de la política y la administración pública, Salvador Cosío Gaona ha sido tanto parte activa como testigo de cambios fundamentales en nuestro Estado y el país. Charlar con él es adentrarse en la historia legislativa de Jalisco, explorar el camino recorrido y lanzar un diagnóstico al futuro.Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, presidente de la agrupación Confío en México y de la asociación Conciencia Cívica jalisciense, además de fundador del colectivo Foro Plural Jalisco, Salvador Cosío recuerda esos días estudiantiles en España hace cerca de treinta años, cuando fuera de las cámaras y salones legislativos, así como de las oficinas ejecutivas de gobierno, actores de todos los movimientos políticos podían encontrarse en algún bar o restaurante e intercambiar planteamientos e incluso construir consensos en distintos temas.“Aquí en México eso apenas está volviéndose realidad, recién ha empezado a entenderse que aún en la pluralidad puede encontrarse soluciones a los grandes temas”, reflexiona y agrega: “en Jalisco sí vivimos un momento de polarización, primero con el PRI y el PAN, en aquella LV Legislatura donde fui diputado. Era 20 panistas, 17 priistas, dos perredistas y uno del verde. Veinte de oposición contra 20 del gobierno. Eran unas ‘batallas campales’, aunque al final terminamos como amigos”. Eso fue antes. Agrega que “el enfrentamiento sociopolítico en México es ahora más grande al incentivarse a diario la polarización destructiva por quien deberían ser el factor de unidad. No ha habido mayor encono que el que vivimos”. Para entender el ahora lanzamos una mirada al ayer. Recuerda los nombres de destacados políticos que construyeron los pilares de la grandeza del Estado.Dejando de lado las banderas partidistas, afirma que “si Jalisco vive un momento crucial pero con optimismo hacia el futuro próximo es justamente porque tenemos a la mano esas grandes obras impulsadas por gobernantes priistas visionarios como Jesús González Gallo, Juan Gil Preciado, Francisco Medina Ascencio, Flavio Romero de Velasco, Enrique Álvarez del Castillo y Guillermo Cosío Vidaurri”, ello, sin demeritar “lo que llevaron adelante los gobiernos panistas en la transición, con Alberto Cárdenas Jiménez, Francisco Ramírez Acuña o Emilio González Márquez, y la ulterior transición con Aristóteles Sandoval y que ahora se busca completar en el régimen actual de Enrique Alfaro”.Salvador Cosío desmenuza la obra de cada gobernador con cuidado, pues “cada uno dejó una huella importante en el Estado. Allí está la modernización de infraestructura urbana por González Gallo, las carreteras interestatales y apoyos al campo que gestionó Juan Gil Preciado, las grandes obras contemporáneas como la Calzada del Federalismo y su túnel que fue básico para emprender el posterior sistema de movilidad que hoy gozamos, sin poder olvidar a relevantes alcaldes tapatíos, como Eduardo Aviña Batiz y Arnulfo Villaseñor que impulsaron grandes obras viales y de recreación social, como la Calzada Lázaro Cárdenas e icónicas instalaciones deportivas. También lo hecho por Guillermo Cosío Vidaurri, quien emprendió una sólida labor para el fomento socioeconómico en regiones y ciudades medias y fue el último gobernador que hizo un colector profundo (el de López Mateos) en 1991 y le tocó culminar y emprender las líneas 1 y 2 del Tren eléctrico urbano, además de iniciar las obras clave para el abastecimiento de agua a la capital”.Las obras del pasado se reflejan en la condición actual que guarda el Estado, tanto lo hecho como lo que se dejó de hacer. El doctor Salvador Cosío reflexiona sobre la condición actual de Jalisco, una entidad que “pese a la inseguridad que priva en todo el país, y de la cual obviamente no escapa, aún puede resultar espacio propicio para seguir creciendo y avanzar hacia su anhelada grandeza”.“Tenemos un Jalisco estable, con muchos recursos naturales, humanos, gran bagaje histórico, cultural y artístico; pionero en muchos temas de la vida sociocultural y económica de la nación”.Pero la incapacidad de emprender planes transexenales ha sido “el talón de Aquiles” para la entidad, en especial en “materias clave”, apunta Salvador Cosío, como “el abastecimiento hídrico y la movilidad, no solamente en la ZMG. También hace falta impulsar el emprendimiento económico regional y fomentar programas turísticos que no se queden únicamente en Puerto Vallarta”.Advierte la compleja situación que enfrenta Guadalajara, una ciudad cuya población se sigue incrementando y ya está desbordada, “aunque se ha tratado de reordenar paulatinamente con planes parciales de desarrollo y normas reglamentarias, ha hecho falta una auténtica visión de desarrollo planificado que si han tenido otras ciudades como la zona conurbada de Phoenix, Chicago, Boston, Bogotá, Brasilia, Santiago de Chile, Shanghai y Barcelona, por citar algunas”.El resultado de esta carencia de visión está a la vista: Fraccionamientos que cuando no son irregulares, aunque cumplan con la ley, se conectan a redes y sistemas de residuos que ya están rebasados en capacidad.Como un efecto dominó, el crecimiento demográfico derivó en problemas de movilidad, por ejemplo, “un ejemplo es el Periférico, aún no está terminado y presenta varios puntos de conflicto, que aunque se ha venido mejorando bastante le falta consolidarse sin puntos de cruce a nivel y con todas sus vialidades laterales además de la consolidación plena de la movilidad masiva correspondiente. Sirva como ejemplo que otras ciudades en Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán o Querétaro tienen varios arcos viales, libramientos o periféricos y a nosotros nos urge solucionar varios temas de severo caos, como el tráfico brutal en el eje Norte-Sur”.Constructivo en sus propuestas, Salvador Cosío considera que las respuestas a algunos de los problemas de nuestra Entidad se encuentran en retomar lo que se venía haciendo bien. “Por ejemplo, volver a invertir en la semaforización digitalizada, que se hizo en la década de los años noventa con el licenciado Guillermo Cosío, pero que se truncó y lo hecho se quedó tirado. No tener un buen sistema de semáforos nos ocasiona pérdida de tiempo y combustible”.A la par se debe apostar por una gran reingeniería vial con la cooperación de todos los municipios del Área Metropolitana de Guadalajara, una revisión profunda para hacer desde esas “pequeñas grandes obras que muchas veces implican “quitar o poner vueltas, semáforos, topes. Sería ideal tener una agencia metropolitana de ingeniería para la movilidad que cuando menos funcione como eje rector de lo que es la movilidad radial completa”.A mejor movilidad, no deja de lado mejorar la seguridad. “Hace falta mucho en coordinación. Por ejemplo, ahora se coordinan más o menos las dos grandes ciudades (Guadalajara y Zapopan) porque son alcaldes afines, pero no es cosa de partidos, es una estrategia global. Tiene que haber una agencia que imponga normas, aplique criterios en homologación de claves, procedimientos, equipamiento, prestaciones, perfiles, sanciones y cuestiones reglamentarias. Podría decirse que es básico, pero no la hay”.Salvador Cosío no olvida que Jalisco es más que Guadalajara y sus municipios adyacentes. “Tenemos qué regresar a incentivar el desarrollo regional, ese es un punto clave. Nos quedamos atrás en el impulso a Lagos de Moreno, Ocotlán, Autlán y Zapotlán el grande solo tenemos las grandes empresas que llegaron en los años ochenta y noventa”.Recuerda que se quedó en el tintero un “puerto seco que se iba a instalar en Ciudad Guzmán, para aprovechar la pista aérea que podría convertirse en aeropuerto regional y está subutilizado”.También se quedó como una construcción sin operar “un Rastro TIF enorme en Acatlán de Juárez. Tenía que haber resuelto el problema de la matanza y su consecuencia sanitaria para los municipios del AMG, pero nunca se consolidó”.Pese a los desafíos, Salvador Cosío confía en el empuje y espíritu de Jalisco para salir adelante. Espera que la nueva generación de políticos se prepare y sepan escuchar las voces experimentadas, logrando vencer el ambiente polarizado que ha contaminado a la vida pública de nuestro Estado y el país. ¿A qué apostarle para crecer?Estimular la inversión en infraestructura para el desarrollo regional como más carreteras y tramos de vías férreas, apostando tanto a los caminos alimentadores y por trenes de cercanías o de carga que impulsen las regiones y ciudades con vocación económica y turística del Estado, comunicadas entre sí y con la mancha urbana de la capital de Jalisco. “Es fundamental estimular la comunicación aérea, aprovechando las pistas que existen en varias regiones, pues están casi en abandono, se deben vigilar y cuidar en vez de dejarlas morir”, afirma Salvador Cosío.Ordenar el flujo migratorio fortaleciendo las poblaciones intermedias, con cobertura y calidad en salud y educación para fomentar empleo y la gente no abandone su localidad de origen.Una carrera entregada al servicio público