Entre enero y la primera quincena de septiembre de este año, la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) ha detectado casos de intoxicación por plaguicidas, herbicidas o pesticidas en 67 de los 125 municipios de Jalisco: más de la mitad.De acuerdo con la dependencia estatal, los hombres en edad trabajadora (25 a 44 años) son quienes mayor incidencia presentaron.César Domínguez, coordinador de Vigilancia Epidemiológica de Salud Ambiental, explicó que esto se puede deber a su exposición prolongada a esos químicos por su trabajo en labores del campo.Carlos es uno de ellos. Durante el temporal, él se dedica a sembrar maíz y caña de azúcar en el municipio de Tala, localidad que este año ya presentó seis casos.Él se intoxicó con furadan, un agroquímico que se usa para evitar las plagas.Primero sufrió dolor de cabeza y luego tuvo visión borrosa en un ojo. Y como se talló la cara sin antes lavarse las manos, se irritó. Su pupila se dilató y tuvo una fuerte comezón, por lo que acudió al médico, quien le dio el diagnóstico más común durante esa temporada.Armando Pimentel Palomera, director de Fomento Sanitario de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal), señaló que la mayor parte de quienes trabajan sembrando alimento hace caso omiso a las recomendaciones básicas: usar un traje especial, mascarilla, guantes y gafas de protección.Pero no sólo fue Carlos. Todos los miembros de su familia que trabajan en el campo se han intoxicado al menos una vez. Ninguno, reconoció, usa equipo de protección especial.César Domínguez justificó que es usual que este tipo de casos se registren, sobre todo entre las semanas 24 y 31 (por la siembra y las lluvias), y aseguró que “no hay que alarmarse”, ya que “el análisis a nivel estatal no muestra que haya un número mayor de casos a lo esperado”.Sin embargo, el estudio “Fenómenos Químicos” de la Universidad de Guadalajara (UdeG), deja en claro que la exposición reiterada a cualquier agroquímico puede ocasionar daño renal, hepático, gastrointestinal, respiratorio o neurológico.Los plaguicidas no sólo afectan a quienes trabajan en la siembra, sino también a quienes se encuentran a su alrededor. Una prueba de ello es lo reportado en el municipio de Autlán de Navarro, donde 53 alumnos de entre 13 y 15 años de una telesecundaria resultaron con pesticidas en la orina.Junto con San Juan de los Lagos, Guadalajara fue el municipio que, en 2018, registró más pacientes hospitalizados por intoxicaciones: cuatro personas en unidades hospitalarias. La SSJ, mediante una solicitud de Transparencia, informó que uno de los pacientes tapatíos ingresó por “efecto tóxico de herbicidas y fungicidas”, así como tres más por sustancias para matar roedores. César Domínguez, coordinador de Vigilancia Epidemiológica de Salud Ambiental, explicó que estas intoxicaciones graves se dan, sobre todo, porque la gente deja el veneno para roedores en lugares que pueden alcanzar los niños, los principales afectados por este químico.La capital del Estado es el municipio que más casos de enfermos por exposición prolongada a plaguicidas registró en 2018, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Salud Jalisco.Hace unos meses, después de sembrar y rociar con químicos la semilla de maíz, a Carlos le comenzó a doler la cabeza. Con el ojo derecho veía borroso y sentía picazón. Además, su pupila se dilató. Se rascó sin quitarse el químico de las manos y también comenzó a paralizarse de la cara.Él vive con su familia en la localidad de El Refugio, en el municipio de Tala. Todos se dedican a sembrar maíz y caña de azúcar para consumo local, y este año una plaga llegó a su cultivo, por lo que su papá decidió rociar furadan: un plaguicida que está prohibido a escala mundial.“Si un insecto se muere por eso y llega un pájaro y se lo come, también se muere. Y si llega un coyote después y se come al pájaro, sucede lo mismo”, explicó.De acuerdo con la Unidad de Transparencia de la Secretaría de Salud, este año suman seis personas intoxicadas en ese municipio, aunque sólo Carlos conoce a unos 15 en su comunidad a quienes les ha pasado, y al menos dos de ellos han sido hospitalizados. “En mi familia, todos los que trabajan en el campo (cuatro) se han intoxicado”.Carlos reconoce que eso se debe por malas prácticas como usar el furadan y el glifosato (otro agroquímico dañino), así como no utilizar equipo especial. “Si acaso usamos cubrebocas”.Aseguró que a partir del próximo año dejarán de usar esos químicos y, en cambio, buscarán sustancias orgánicas para no dañar ni su salud ni al medio ambiente, como humus y lixiviados de lombriz, pero también comprarán trajes especiales.Intoxicaciones en Jalisco2017: 533 2018: 518 2019*: 425*Hasta la semana 37.LA VOZ DEL EXPERTOAlejandro Peregrina (académico de la UdeG)La siembra de aguacate y berries, que en los últimos años ha registrado un crecimiento importante, no sólo ha influido en la tala inmoderada, sino también en la salud de las personas.Los productores usan los plaguicidas, herbicidas y pesticidas más baratos con mayor constancia, sin importar el impacto en la salud y medio ambiente, principalmente el glifosato, usado para que no crezcan hierbas y raíces alrededor de los cultivos, pero que puede llegar a provocar cáncer.Según el experto, los productores buscan recuperar su inversión para poder vivir de su trabajo. “El productor tiene razón porque alguien debe producir lo que comemos, independientemente si está o no de moda. El punto es encontrar equilibrio para moderar el uso de químicos tan agresivos y buscar métodos alternos a la producción”, dijo.Señaló que buscan hacer un mapeo en todo el Estado, comenzando con municipios que cultivan las frutas “de moda”, y dar parte a la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) sobre los resultados. Y pese a que se aseguró que los diputados federales buscan aprobar la prohibición de alrededor de 350 agroquímicos, concluyó que a nivel estatal ya debería comenzarse a legislar al respecto.CLAVESCasos. Aunque este año no se han registrado egresos de unidades hospitalarias de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) y de los Hospitales Civiles por efectos tóxicos de plaguicidas, herbicidas y/o pesticidas, en 2018 hubo 27 pacientes hospitalizados y, en 2017, 31.Metrópoli. De acuerdo con información del OPD Servicios de Salud Jalisco, los pacientes ingresaron principalmente por intoxicación por insecticidas organofosforados y carbamatos, aunque también por herbicidas y pesticidas, así como veneno para ratas, en municipios metropolitanos como Guadalajara y Zapopan.Síntomas. Alejandro Peregrina, investigador de la Universidad de Guadalajara, indicó que algunos de los síntomas por intoxicación son irritación de las mucosas, como ojos y nariz, y en casos más extremos, vómito y diarrea.TELÓN DE FONDOEn agosto pasado, investigadores del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), junto con la Universidad de Guadalajara (UdeG), dieron a conocer que en la comunidad de El Mentidero, en Autlán de Navarro, los niños orinaban pesticidas.Alejandro Peregrina, quien participó en el proyecto, dijo que la investigación comenzó por denuncias de los padres de familia. Ellos advertían que sus hijos tenían síntomas como ojos llorosos, dolores de cabeza y vómito, mismos que relacionaban con la intoxicación por estos químicos.Los resultados: todos los alumnos de la telesecundaria tenían cuatro pesticidas en su orina: glifosato, 2,4-D, molinato y picloram.La comunidad está rodeada por sembradíos y, según Peregrina, los agroquímicos que vierten en ellos llegan a los pobladores a través del aire y del agua.Ante estos resultados, la Secretaría de Salud Jalisco trabaja con la UdeG para ayudar a los niños y jóvenes del lugar.Por otro lado, investigadores de la UdeG anunciaron en octubre la identificación de una decena de pesticidas en las heces de las seis especies de felinos, y algunos caninos, que habitan en la Sierra de Manantlán, en una parte de Autlán.Eso significa que los animales ingieren sustancias altamente tóxicas como el glifosato, picloram, molinato, imazali, 2,4-D, dimetoato y acetoclor, aunque aún no se identifica la fuente.