Hace meses, don José (quien pidió que se usara otro nombre para identificarlo) tuvo dificultades para surtir el puesto que atiende en un mercado municipal de Guadalajara, por lo que optó por conseguir un préstamo.Sin embargo, debido a que no fue sencillo hacerlo a través de instituciones financieras, pidió dinero a un grupo de prestamistas de origen sudamericano. “Llegan directo a los negocios. Cuando uno ocupa, con ellos es más fácil que con una financiera. No piden nada”, compartió el comerciante.Contó que con esos extranjeros la fórmula es distinta a la habitual. Se le conoce como “gota a gota” y consiste en pagos que se llevan a cabo diariamente.“Si pides mil tienes que dar 60 pesos diarios durante 20 días; son mil 200 pesos lo que pagas al final”. Para el primer préstamo solicitó tres mil pesos y se los dieron en un par de horas, sin aval ni documentos. Ni siquiera firmó un pagaré. Pero no fue suficiente y se endeudó de nuevo. Sucedió lo mismo una y otra vez y ahora su deuda es mayúscula.“Como (el pago) es diario no se puede, porque a veces no hay ventas. Primero me prestaron tres mil, y como pude pagar me dieron después cinco mil, 10 mil y así. Ahorita debo como 50 mil de tres préstamos. Ya nada más trabaja uno para ellos”.Según don José, son 17 los líderes prestamistas, pero éstos mandan el dinero con sus empleados.Destacó que sólo tienen contacto con ellos cuando alguien queda mal. Y si no pagan, los amenazan.Con ingresos de ocho mil pesos mensuales, Érika Hernández solicitó un préstamo de nómina en una caja popular por 30 mil pesos para gastos de su casa. Pero los intereses han sido tan altos que ahora debe el doble de esa misma deuda renegociada, por la que paga dos mil 400 pesos al mes. “La verdad nunca lo terminé de pagar. He pedido un préstamo sobre otro. Ésta última vez, en julio (2018) pedí el último y hablé en enero para preguntar y me dijeron: ‘No. Nomás llevas dos mil pesos pagados’. Es bien difícil cuando uno tiene la necesidad por un asunto de salud, por la economía. Uno firma por firmar”.Ana Elsa Cortés Ureña, directora de Delitos Patrimoniales y Financieros de la Fiscalía General, informó que, si bien sabían que opera una “mafia” sudamericana, en Jalisco ese grupo no ha sido denunciado.Para que una persona que ha sido víctima de este ilícito salga adelante con su denuncia, debe justificar a las autoridades que no tenía otra alternativa para pedir un préstamo desventajoso, detalló la funcionaria.“Nos tiene que acreditar la extrema necesidad. Esa es la característica especial para poder comprobar por qué le cobraron intereses superiores a los que estipula el Banco de México”.Explicó que las personas que llegan a la Fiscalía a denunciar generalmente señalan que les cobraron intereses muy altos, pero no acreditan que tuvieron una necesidad extrema, por lo que los jueces determinan que no se configura el delito.La extrema necesidad consiste en la falta de recursos por la muerte de algún familiar, para alimentación, para vestir u otra situación en la que la persona está obligada a conseguir dinero.A ello se debe que las denuncias por usura son muy pocas, al punto en que durante todo el sexenio pasado y hasta febrero de este año sumaron solamente 42 averiguaciones previas y carpetas de investigación.En todos los casos las denuncias fueron sobre usureros, personas dedicadas a los préstamos de una manera informal. Ninguna de ellas fue interpuesta contra alguna institución financiera, aclaró la funcionaria. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) autoriza un interés de 37% anual sobre el monto prestado (aproximadamente 3% mensual), por lo que el delito de usura se puede presentar si este límite se supera, expuso Juan Magaña, investigador de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH). “Cuando son excesivos, ellos (los jueces), a criterio, regulan los intereses. Y si tiene uno un interés de 10%, 12%, ya es usura; entonces tienen la facultad de regular a un interés legal y se toma esa base (37% anual) y se dicta la sentencia, pero en la vía mercantil”.Algunos productos, como las tarjetas de crédito, pueden cobrar montos mayores a ese 37% debido a otros factores totalmente legales que no son necesariamente cobro de intereses, aclaró Daniel de Loera Robles, investigador del Departamento de Finanzas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).“La tasa de interés interbancaria de equilibrio es un promedio de las tasas de todos los bancos, que es la que se establece como punto de referencia. A partir de ahí se impone una sobretasa que se fija por el monto, el plazo y el riesgo que el crédito puede tener”. Así, por ejemplo, el riesgo entre una tarjeta de crédito al consumo es mayor que por el pago de una hipoteca, porque mientras la casa, que es la garantía del préstamo, permanece en el mismo sitio, un deudor de tarjetas de crédito puede desaparecer. El Artículo 258 establece penas de entre seis meses y cinco años de prisión, así como una multa de entre ocho y 40 Unidades de Medida y Actualización (92 a tres mil 379 pesos), a quien “abusando de la apremiante necesidad de una persona, le otorgue un préstamo, aún encubierto en otra forma contractual, con intereses mayores de los que autorice el Banco de México”. Lo mismo para quien, bajo la misma circunstancia, “cobre para sí o para otro una comisión evidentemente desproporcionada, por gestionarle o conseguirle un préstamo cualquiera”.*Hasta febrero Fuente: Fiscalía del Estado Aunque en Jalisco no se ha presentado ninguna denuncia formal por parte de las personas que han caído en las redes de los prestamistas sudamericanos, Ana Elsa Cortés, directora de Delitos Patrimoniales y Financieros de la Fiscalía, recomendó solicitar ayuda a las autoridades.“Es una situación que se ha manejado en los mercados, en los comerciantes. Les prestan dinero y van a cobrarles diario: es conocido ese tema de que acuden, les prestan incluso para que surtan su mercancía, para que surtan sus locales. Las personas (víctimas) podrían acudir a denunciar”.Cada caso debe ser analizado para determinar las circunstancias y constatar si se puede configurar el delito de usura. “Ese tipo de préstamos se hace para comprar su mercancía y seguir trabajando en su negocio. Pueden acudir a Fiscalía si consideran que consiste en un abuso en los intereses, pero tienen que acreditar la necesidad en la que se encuentran”.En caso de que las víctimas reciban amenazas por parte de sus acreedores, la Fiscalía también ofrece su ayuda. “No se nos ha presentado esa situación, pero es algo que se valoraría para ver si se puede dictar una medida cautelar para protegerlos de las amenazas que les puedan hacer estas personas”.Sólo hay un caso en donde la denuncia logró ser consignada y data de 2016, pero el juez finalmente determinó que no se acreditaba el delito. Sin embargo, el denunciante insistió y un año después logró que se girara la orden de aprehensión en contra del presunto usurero, quien pese a ello presentó un recurso para evitar ir a prisión. Ese asunto sigue en trámite.