En los cruces de las calles Reforma e Ignacio Ramírez, en la bolonia Santa Teresita, en Guadalajara, dos automóviles chocaron y tras el accidente una joven de 23 años que esperaba en la esquina fue atropellada. Más tarde falleció en el hospital.Aunque en el crucero hay bolardos instalados, de nada sirvieron para proteger a la mujer identificada como María Fernanda Vargas Zavala.Usuarios de las redes sociales y vecinos de la colonia afirman que cada semana hay entre dos y tres choques en ese crucero. Aunque hay letreros de alto, los vehículos no los respetan.En la última década se disparó la instalación de bolardos en plazas y calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), con el argumento de proteger a los peatones. Sin embargo, los postes se colocan de forma discrecional y hasta en zonas donde no se necesitan, ante la falta de un reglamento.Tras un recorrido realizado por esta casa editorial en el Polígono A del Centro Histórico de Guadalajara se contabilizaron cuatro mil 935 bolardos (cada estructura tiene un costo promedio de dos mil pesos).Un sondeo en la página www.informador.mx coincide con el malestar por la proliferación de estos postes: de un total de tres mil 283 votos, dos mil 404 cibernautas contestaron que “es negocio de autoridades y proveedores”, mientras sólo 879 respondieron que “protegen al peatón”.Por otra parte, en Jalisco aumentaron las muertes por atropellamientos en el primer trimestre. El año pasado se documentaron 36 fallecimientos por esta causa entre enero y marzo, mientras en 2022 ya suman 41 por lo menos, contando a María Fernanda.En lo que respecta al municipio de Guadalajara, en el mismo trimestre de 2021 sólo falleció una persona y en este año ya suman siete.