Jueves, 28 de Noviembre 2024

Permanencia escolar, factor para reducir embarazo adolescente

Según datos del Inegi, por cada mil mujeres entre 15 y 19 años con primaria incompleta, 120 son madres; expertos afirman que la currícula debería ser más llamativa para que quieran permanecer en la escuela

Por: El Informador

La falta de escolaridad contribuye a que muchos de los adolescentes vean como su único escenario posible el formar una familia. SUN/ARCHIVO

La falta de escolaridad contribuye a que muchos de los adolescentes vean como su único escenario posible el formar una familia. SUN/ARCHIVO

Una de las principales razones por las cuales los adolescentes se embarazan es la baja escolaridad, por lo que la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes” (Enapea) señala que un “primer factor a considerar, como parte de una política pública, es la situación de permanencia escolar, con esfuerzos para reducir la deserción y el embarazo en las adolescentes escolarizadas, como para aumentar la reinserción de las y los que ya no asisten a la escuela”.

Según los expertos, la falta de escolaridad contribuye a que muchos de los adolescentes vean como su único escenario posible el formar una familia. “En encuestas que les hacemos aquí, refieren que ellas desean embarazarse, porque una gran mayoría ya no está estudiando, otro porcentaje su meta es ser madre y, al no estar estudiando y no tener un proyecto de vida, lo hacen”, señaló Hiliana Patricia Romo Huerta, jefa del Centro de Atención a la Adolescente Embarazada del Hospital Civil de Guadalajara.

“En encuestas que les hacemos aquí, refieren que ellas desean embarazarse, porque una gran mayoría ya no está estudiando, otro porcentaje su meta es ser madre y, al no estar estudiando y no tener un proyecto de vida, lo hacen”.

Alejandra Sierra Macías, quien se encuentra realizando su tesis doctoral sobre embarazo adolescente, aseguró que muchas de las madres menores de edad que ha entrevistado refirieron haber dejado de estudiar, la mayoría durante la secundaria, por aburrimiento, por lo que señala que la currícula debería ser mucho más adecuada para ellos.

“La educación tiene que ser más interesante para los adolescentes, para que no se aburran. Hay que generar espacios nuevos en donde se fomenten más los proyectos académicos, culturales y deportivos que insten a los adolescentes a querer permanecer más tiempo en las instituciones educativas”.

Por cada mil mujeres entre los 15 y 19 años que tenían la primaria incompleta, 120 eran madres; mientras que por cada mil en el mismo rango de edad que terminó la preparatoria, sólo 41 habían tenido un hijo. Esto según el Censo de Población y Vivienda 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Además, está el hecho de que las primarias y secundarias incluyan en su currícula educación sexual, ya que normalmente esta materia se da en el último grado de secundaria y en la preparatoria. Lo cual ha sido una lucha constante con los propios padres de familia que no quieren que sus hijos reciban información sobre este tema.

“Creo que es un trabajo en conjunto, porque hemos encontrado que hay escuelas en donde los padres se oponen rotundamente a que sus hijos reciban educación sexual, como si recibir la información fuera un incitador, pero la realidad es que los chicos ya están teniendo prácticas sexuales desde muy temprana edad y lo desafortunado es que el embarazo no es lo más grave, sino las enfermedades”, subrayó Claudia Alcocer Yáñez, psicóloga del ITESO.

La Enapea, en la cual participan 13 dependencias gubernamentales y está basada en estudios del Inegi e investigaciones de diferentes universidades del país, tiene como objetivo reducir, para el 2030, el embarazo en adolescentes de 10 a 14 años a cero y de 15 a 19 años en 50 por ciento.

Siete de cada 100 adolescentes jaliscienses son madres

Jalisco registra una tasa de 69 nacimientos por parte de madres adolescentes por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años, según datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG) del Estado.

Esta tasa ha decrecido desde 2009 cuando era de 75 nacimientos, de acuerdo con Ramón Neftalí Pelayo Zapién, coordinador de Planificación Familiar de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ); esto se debe al acompañamiento que se hace a los jóvenes en los llamados “Servicios Amigables”.

“Estos son espacios en donde se les da asesoría e información a los adolescentes, en un ambiente de privacidad. Este espacio es para que ellos puedan acudir sin ningún temor y con toda la libertad. También se les habla de planes de vida, saber qué quieren de ella los ayuda a postergar el embarazo”, destacó.

De hecho, según información obtenida por transparencia, de 2014 a 2016 se han reducido casi 14% los partos atendidos en las instituciones de salud públicas, pasando de 21 mil 459 a 18 mil 486 nacimientos en menores de 19 años.

Sin embargo, las autoridades reconocen que aún falta mucho por hacer, por ejemplo, instalar más “Servicios Amigables” en varios de los municipios, ya que hay algunos, como Tala, en donde, de 2015 a 2016, los partos en adolescentes se incrementaron 28 por ciento.

Es por eso que, según Pelayo Zapién, se intenta involucrar a los padres en la formación de sus hijos, para lo cual van a las escuelas a platicar con ellos. “No es sólo tema de salud, los padres de familia deben tener la primera comunicación con ellos porque finalmente la primera educación se recibe en casa”.

Los embarazos adolescentes están rodeados de múltiples factores. Por lo tanto, los académicos señalan que la política pública a implementar, para reducirlos, debe estar basada en evidencias y estudios.

“Falta incluir desde niveles más básicos la educación sexual integral porque generalmente se da en los últimos años de la secundaria y en la preparatoria, pero en la primaria no se ha querido introducir por aspectos morales. Además, muchos dejan la escuela para trabajar y si hubiera oportunidades laborales apropiadas, de acuerdo a la edad y con un horario que les permita seguir estudiando, eso permitiría que tengan un proyecto más alentador”, dijo Alejandra Sierra Macías, estudiante de doctorado en Salud Pública.

Sin embargo, todos coincidieron en que es un trabajo que va más allá de las políticas públicas, ya que los padres también deben acompañar a los adolescentes, educarlos en sexualidad, decirles las consecuencias que trae un embarazo a temprana edad y buscar con ellos distintos proyectos de vida, los cuales ayuden a postergar la maternidad y la paternidad.

Les dificultan acceso a los anticonceptivos

Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 del Inegi, a pesar de que 98% de los adolescentes conocen un método anticonceptivo y 91% sabe cómo utilizarlos, sólo 59% de quienes tienen entre 15 y 19 años hace uso de ellos.

Muchos de ellos mencionan que no saben en dónde encontrarlos y que, muchas veces, los servicios de salud les piden que sean acompañados por un adulto para poder recibir la atención que, se supone, deberían tener sin este requisito.

“Necesitamos platicar (con los adolescentes) y decirles cuáles son las consecuencias que pueden tener al iniciar con relaciones sexuales, que no nada más es el embarazo, sino los procesos de infecciones. Entonces, que haya más disponibilidad en los centros de salud para que ellas puedan asistir sin necesidad de un adulto a que las revisen, a que las orienten sobre anticoncepción y que los médicos no pongamos trabas, ni un muro”, comentó Hiliana Patricia Romo Huerta, jefa del Centro de Atención a la Adolescente Embarazada del Hospital Civil de Guadalajara.

Claudia Alcocer Yáñez, psicóloga del ITESO, destacó que se debe dejar de juzgar al adolescente, con la finalidad de que se sienta libre de hacer las preguntas que crea necesarias para tener una vida sexual responsable.

“El abordaje debería ser un acompañamiento del adolescente en la toma de sus decisiones, porque los chicos son activos sexualmente en edades cada vez más tempranas. Entonces, necesitamos que conozcan una sexualidad que no los atemorice, porque hoy en día sigue habiendo muchos mitos, tabúes y prejuicios acerca de aquellos que toman decisiones informadas”.

Por otra parte, según el informe “Situación de la Salud Sexual y Reproductiva” del Conapo, aún hay mucho trabajo por hacer en cuanto a educar al hombre a ayudar a la mujer a protegerse, tanto de un embarazo como de enfermedades de transmisión sexual. Sólo el 25% de las adolescentes mencionaron que su pareja participa en la práctica anticonceptiva, la mayoría de estos con un preservativo masculino.

Espera a su segundo hijo

Samantha aguarda, sentada, a que la llamen para su consulta en el Centro de Atención a la Adolescente Embarazada del Hospital Civil de Guadalajara. Su embarazo es avanzado y su complexión bastante delgada.

Ella, con 17 años, espera a su segundo bebé. El primero lo tuvo a los 15. Los dos, asegura, han sido “planeados” (con las limitaciones que ese concepto puede tener en un menor de edad). Ella no pensó en la situación económica ; su pareja es el único que trabaja, tiene 19 años y la secundaria trunca.

Samantha se muestra entusiasmada, esta vez espera a una niña que nacerá el 3 de enero por cesárea, ya que su pelvis, al ser adolescente, aún no está lista para un parto natural. “Puede haber riesgos y más porque tengo anemia, pero me dijeron que me consiga cuatro donadores”.

Asegura que cuando se recupere del parto piensa seguir estudiando, ya que sólo llegó a terminar la primaria, porque su mamá no la dejó continuar. Resalta que, tal vez, si hubiera avanzado con sus estudios aún no sería madre, “pero pues ya no seguí, me junté y me embaracé. Pero los dos (su pareja y ella) vamos a terminar, por lo menos la secundaria. Así, para cuando yo tenga que volver a trabajar poder ganar un poquito más, por mis hijos”.

"Un error", no usar anticonceptivos

Scarlet tiene 14 años y cuatro meses de embarazo. Asegura que al inicio, cuando se enteró de su estado, se sintió muy triste, ya que ese no era su plan. “Yo pensaba juntarme y tener hijos como hasta los 17 años. Pero ya salí embarazada. No me voy a juntar, pero a tener un hijo sí”.

Detalla que su mamá y la de su pareja los han apoyado económicamente. Afirma que ella y su pareja, de 17 años, piensan seguir estudiando. Ella aún está en la secundaria y quiere acabar la preparatoria, y él está en quinto semestre de bachillerato.

“Sabía un poquito sobre métodos anticonceptivos. Yo tenía relaciones con preservativo, pero luego empecé a tener relaciones sin preservativo, porque yo pensaba que no iba a quedar embarazada”.

Scarlet se nota con sentimientos encontrado, por un lado le emociona saber si su bebé será hombre o mujer. No tiene predilección. Pero reconoce que fue “un error” no usar un método anticonceptivo.

“Un bebé me va a cambiar la vida, pero agradezco a la mamá que me tocó, porque ella dice que siempre me va a apoyar. Y pues mi pareja también, él quiere al bebé. No importa si estamos juntos o no”.

PARA SABER
Riesgos de un embarazo en la juventud

Mujeres:
• Cuatro veces mayor riesgo de muerte materna.
• Más susceptibles a eclampsia y preclampsia (hipertensión durante o antes del parto).
• Mayor probabilidad de requerir cesárea.
• Más riesgos de infecciones.
• Aumento de porcentaje de abortos espontáneos.

Hijos:
• 50% más probabilidades de muerte.
• Bajo peso al nacer.
• Más probabilidades de infecciones.
• A largo plazo, está demostrado que repiten la conducta. Es decir, serán padres adolescentes.

Hombres:
• Abandono de estudios.
• Trabajos mal remunerados.
• Mayor presión social.

ESTADÍSTICA
Los datos de la Organización Mundial de la Salud

• 16 millones de jóvenes, entre 15 y 19 años, y un millón de niñas menores de 15 dan a luz, cada año, a nivel mundial.
• Tres millones de jóvenes, del mismo rango de edad, se someten a abortos peligrosos al año.
• Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años en el mundo.
• Los bebés de madres adolescentes tienen 50% más probabilidades de morir.

Porcentaje de mujeres sexualmente activas usuarias de métodos anticonceptivos

EDAD PORCENTAJE
15 a 19 años 59%
20 a 24 años 67.7%
25 a 29 años 72.5%
30 a 34 años 76.6%
35 a 39 años 80.4%
40 a 44 años 81.5%
49 a 49 años 78.8%

Fuente: Inegi 2014.

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