Sus papás la llevaron al hospital con moretones en todo el cuerpo. Llegó en muy malas condiciones de salud y tuvo que ser entubada. La niña de tres años de edad fue revisada por los médicos y se descubrió que había sufrido abuso sexual. La gravedad de sus lesiones era tal que su cuerpo no soportó y falleció.Los menores en edad preescolar ocupan el primer lugar de atención por maltrato en el Nuevo Hospital Civil “Dr. Juan I. Menchaca”. El jefe del Comité de Apoyo Integral al niño Maltratado de este espacio, Álvaro Barriga Marín, indicó que los de dos a cinco años y los recién nacidos suman 80% de los casos atendidos.Las niñas son las que más sufren de maltrato, sobre todo cuando se trata de abuso sexual. Sin embargo, en otros años los afectados han sido varones y mujeres por igual.“Un año tuvimos mitad y mitad, 50% niños y 50% niñas. En el 95% de los casos siempre es un familiar o un conocido el abusador: abuelo, tío, hermano, padre, padrastro, vecino, primo”.De acuerdo con las estadísticas del hospital, la mayoría de los casos de maltrato registrados corresponde a familias de bajos recursos o clase media baja.Aunque Barriga Marín reconoció que aunque la marginación y la pobreza son factores de riesgo para que se presente el maltrato, los actos violentos se dan en todos los niveles económicos y sociales.Para Gabriela Porras, académica de la Universidad Panamericana (UP), Jalisco es puntero a nivel nacional en legislación sobre este tema. Sin embargo, indicó que hace falta ejecutar estas medidas y difundir la información en las escuelas.El fenómeno del maltrato se puede dar desde antes de que nazca una persona. A esto se le llama maltrato fetal, cuando una mujer embarazada consume drogas, alcohol y no acude a control prenatal, lo que recae directamente en la salud mental y física del niño.El titular del Comité de Apoyo Integral al niño Maltratado del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Everardo Rodriguez Franco, aseguró que este tipo de casos han ido al alza.“Anteriormente, el maltrato fetal no se tomaba mucho en cuenta, pero ya empieza a dar más problemas por los embarazos en adolescentes, sobre todo por la ingesta de droga o alcohol”.Otro de los tipos de maltrato que ha ido en aumento en los últimos años es el social, aquel que la violencia en las calles afecta de manera directa o indirecta a los menores de edad. Aquí también entra la violencia en las calles en niños desde los 12 años, quienes se integran a un grupo delictivo o pandilla.“Estamos hablando de niños que llegan heridos por arma blanca, heridos por arma de fuego, principalmente. Tenemos 60 casos en (los últimos) cinco años, algunos por accidentes en los que no se conoce el agresor, en otros casos fueron agredidos directamente”.Es importante incluir la infancia dentro de la agenda política María Antonia Chávez Gutiérrez, (académica de la UdeG)Para la investigadora del Departamento de Desarrollo Social del Centro Universitario de Ciencias Sociales (CUCSH), si la infancia sigue sin ser incluida en la agenda política y social en todos los niveles de gobierno, los casos de maltrato van a continuar al alza.“Hace falta que se denote voluntad política, garantizar a la infancia el cumplimiento de sus derechos, que podamos establecer en los informes de gobierno que se hacen, cuánto se avanzó, cuáles fueron las estrategias, que se incluya la agenda de la infancia como una agenda prioritaria”.Chávez Gutiérrez aseguró que la agenda de la infancia no se ha visto como un tema al que se le brinde la debida atención y recursos por parte de las autoridades. No así, por ejemplo, las inversiones que se hacen hacia infraestructura en la ciudad.Además, destacó que la cultura de maltrato continúa en la sociedad, desde el padre que golpea a sus hijos hasta el acoso escolar entre pares o de maestros hacia los niños.“A los mismos niños se les está formando para que ellos sean también violentos, nos hemos dado cuenta de que el bullying ha ido en aumento, han sido expresiones de violencia cada vez más rudas”, comentó la académica.La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al maltrato infantil como el abuso y desatención de las personas menores de 18 años.Existe el maltrato físico, psicológico, omisión y desatención, negligencia, abuso sexual, explotación comercial o cualquier acción que ponga en peligro la salud física y mental y la dignidad del menor.Ningún niño es culpable de su maltrato y hay situaciones que pueden ponerlos en mayor riesgo de ataques, como ser menor de cuatro años, ser adolescentes, ser bebés no deseados, tener alguna discapacidad o antecedentes de maltrato en sus padres.Si un niño o adolescente presenta los siguiente síntomas y actitudes de manera recurrente, es importante tomarlo en cuenta y actuar de manera inmediata, pues él podría estar sufriendo de algún tipo de maltrato:• Terrores nocturnos. • Orinarse en la cama. • Irritabilidad o depresión. • Movimiento excesivo o quietud exagerada. • Miedo a los papás. • Temor al llegar a la casa de algún familiar, vecino, compadre o amigo. • Consumo de drogas. • Ideación suicida.Uno de cada dos niños y adolescentes han sufrido de violencia psicológica al menos una vez en su vida. Lo más preocupante, de acuerdo al Informe Anual 2016 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, es que estas agresiones son de parte de algún miembro de la familia.Otro dato publicado en su informe es que seis de cada 10 niños y adolescentes de entre uno y 14 años han tenido o tienen un método de disciplina violento en sus casas.En cuanto a las formas de castigo disciplinario severo, que va desde los jalones de orejas y bofetadas, hasta los manotazos y golpes fuertes, afectan a uno de cada 15 niños y adolescentes.Fuente: Casos registrados en los hospitales Fray Antonio Alcalde y Dr. Juan I. MenchacaEs un comité formado por especialistas y subespecialistas capacitados para atender al menor maltratado. Si hay alguna sospecha por el tipo de lesión o síntoma que el niño presenta o hay contradicción en las declaraciones de los padres, se hace un abordaje integral para buscar si el menor fue víctima de maltrato.El niño es revisado por especialistas en psiquiatría infantil, oftalmología, dermatología, trabajo social, entre otros.Se hacen revisiones físicas completas a los menores, radiografías y demás estudios clínicos para descartar que detrás del problema actual del menor hay un signo de maltrato.Una niña de tres años llegó al Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” con una grave luxación en la columna. La llevó la esposa de su papá, quien comentó que la niña se había caído.La pequeña no hablaba con nadie. Tenía una actitud huraña y era difícil interactuar con ella. Ni siquiera se comunicaba de ninguna forma con su madrastra.Por protocolo, el Comité de Apoyo Integral al Niño Maltratado entró al caso e hizo una revisión completa de la menor, quien se quedó sola en el hospital, pues su madrastra se fue y no volvió.Se dio parte a la Fiscalía que, después de una investigación, descubrió que su lesión no había sido por una caída, sino por un brutal golpe con una tabla que le propinó su padre, un ex policía de 50 años.Estuvo hospitalizada cuatro meses y durante ese tiempo comenzó a comunicarse con los médicos y enfermeras. Al cambiar estar en otro entorno, la niña cambió y comenzó a tener otra actitud. Incluso, fue bautizada en el hospital y sus padrinos fueron algunos de los trabajadores.A pesar de la complicación de su lesión y un diagnóstico reservado, la pequeña no requirió cirugía y volvió a caminar de manera normal.Debido a que no se encontró un eje familiar seguro donde pudiera crecer de manera sana y segura, se decidió que se fuera a una casa hogar.Durante 2016, el Sistema DIF Jalisco, a través del Área de Atención y Protección de la Procuraduría de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, recibió 152 casos con probabilidad de abuso sexual.Con el objetivo agilizar la investigación, evitar la revictimización de los afectados y hacer un trabajo más coordinado entre las instancias involucradas, en breve se arrancará con un protocolo mejorado para la atención de este problema.El titular del Área, Javier Alberto García González, destacó que una parte fundamental es la aplicación de un cuestionario al acompañante del menor.“Nosotros hacemos el diagnóstico y se garantiza agilidad y herramientas administrativas que, si bien, se hacían, ahora se adquiere un compromiso internacional porque México fue sentenciado a que no tenía protocolos en violencia, primero hacia las mujeres y luego hacia los menores”.Al hacer esta evaluación, inmediatamente se pasa el caso al Ministerio Público para que le dé seguimiento. Con esta medida se evita que el menor y su acompañante deban volver a hablar del tema en cada instancia que llegan.Anteriormente, según comentó el director, las dependencias no tenían definido qué acciones tenía que realizar cada una, por lo que el más perjudicado era el menor.“Era una bolita que se iba manejando, y después al menor lo dejaban más alterado; se lograba el objetivo, pero de alguna manera (se revictimizaba), entonces esto se fue perfeccionando hasta que se generan otros lineamientos con el conocimiento empírico y legal, de hasta dónde están las atribuciones de cada uno”.