Aunque las maquinitas tragamonedas están prohibidas por la Ley Federal de Juegos y Sorteos y el Reglamento para el Centro de Apuestas de Jalisco, operan en tiendas de abarrotes y mercados municipales, convirtiéndose en un riesgo para los menores de edad, quienes pueden desarrollar adicción al juego o ludopatía.Gael tiene 11 años y utiliza los 20 pesos que le dan sus papás al día para jugar en estos aparatos. “Gano una o dos veces a la semana… me llevo como 30 pesos. Cuando pierdo me espero al día siguiente para venir”.Elsy Chan Gamboa, profesora de psicología de la UdeG, señala que esta adicción inicia desde temprana edad, precisamente con estas máquinas tragamonedas y de azar, ya que los menores de entre 11 y 17 años que apuestan “desarrollan una dependencia al juego durante la madurez”. Por eso lanza una alerta a los padres de familia para identificar este problema en sus hijos. “El juego con el que se inicia la ludopatía es precisamente con las máquinas de apuestas y tragamonedas. Esos son los juegos que tienen un porcentaje más alto de búsqueda entre los niños. Y si están a su alcance pueden comenzar a desarrollar esta dependencia hacia el juego y apostar. A más temprana edad hay más riesgos”.Gael reconoce que sus padres no saben que apuesta el dinero que le dan, “porque no me preguntan. Después de la escuela aprovecho para jugar, o salgo en la tarde con mis amigos y venimos”.Chan Gamboa acentúa que los menores de edad pueden presentar casos de depresión, ansiedad, poca capacidad para socializar, déficit de atención y trastornos de sueño relacionados con el uso de las maquinitas. Por eso exhortó a los padres o tutores a que prohíban su uso y a buscar alternativas de juego que sustituyan el placer de las tragamonedas. La regulación de estos dispositivos depende de la Secretaría de Gobernación y sólo se avalan en los casinos certificados. Y las que se instalan en tienditas o comercios están prohibidas, pero en la calle Pino Suárez, en las inmediaciones del mercado Alcalde en Guadalajara, hay un establecimiento dedicado exclusivamente a las tragamonedas. En Acueducto, en la colonia Jardines del Valle, al lado de la Secundaria Mixta 42 en Zapopan, operan libremente estos juegos afuera de tiendas de abarrotes, casas y papelerías. En el mercado de San Juan de Dios también hay estas maquinitas, a pesar de que la ley establece penas de prisión que van de tres meses a tres años, así como sanciones económicas de 500 a 10 mil pesos por esta actividad irregular.Mateo es un alumno de secundaria y tiene 15 años. Es jugador recurrente y en ocasiones pierde hasta 200 pesos por día, “aunque también he ganado bien, como 500 pesos”.Francisco Jiménez Reynoso, académico de la UdeG e integrante del Observatorio de Seguridad, apunta: “El daño que se les está haciendo a los niños es irreversible, cuando debemos proteger a las siguientes generaciones. Esos niños van a tener falsas expectativas de que recibirán unas monedas si ganan, pero regularmente nunca sucede”.Añadió que la ludopatía en niños y adolescentes puede llevar a la deserción escolar. Por eso recomienda a los Ayuntamientos y al Gobierno federal que confisquen los aparatos irregulares.Por otra parte, los propietarios de las tienditas rentan las máquinas, recibiendo “entre 40% y 60% de los ingresos”, según lo reconoció uno de ellos, que habló bajo el anonimato.