El frío ha llegado a Jalisco con intensidad. Diciembre ha iniciado con lluvias inesperadas que han provocado un descenso en las temperaturas, y a lo largo de las horas las heladas se perciben en todos los ámbitos del día. No hay necesidad de padecerlo. La geografía de Jalisco cuenta con joyas naturales donde es posible conjurar el clima y olvidarse de este clima que vuelve las mañanas difíciles. A menos de dos horas de distancia de Guadalajara existe un río de aguas termales, donde el frío, por un instante, puede dejarse de lado. Se trata del Río Verde de Cuquío. Aquí podemos encontrar el río de aguas termales más profundo de Jalisco: en ciertas secciones del mismo es posible incluso lanzarse clavados. Es una versión más grande, dinámica y divertida del Río Caliente de la Primavera, y entre sus árboles, hierbas y rocas es posible acampar. El agua es cálida, propicia para pasar un día relajado y sin complicaciones. El río está rodeado a ambos lados de árboles frondosos y montañas silenciosas. El Río Verde se encuentra aproximadamente a dos horas de Guadalajara, por la carretera a Zacatecas, Juchipila, y Cuquío después de Ixtlahuacán del Río. Por último, siguiendo el camino Cuquío-Tepatitlán, aparecerá el río enorme por debajo de un puente. El río nace en manantiales a casi 42 grados centígrados, pero en su recorrido entre los cañones y las barrancas va enfriándose, y crea pequeñas cascadas y pozas de hasta cuatro metros de profundidad donde los visitantes se lanzan clavados. FS