Morir sin dolor es un derecho humano y ahora en México también es un derecho constitucional. El pasado lunes 1 de julio, el Senado aprobó por unanimidad con 109 votos, una reforma al párrafo cuatro del Artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para incorporar los cuidados paliativos ante enfermedades en situación terminal.Para el director del Instituto Jalisciense de Alivio al Dolor y Cuidados Paliativos (PALIA), Guillermo Aréchiga Ornelas, esta reforma viene a abonar favorablemente lo que ya se ha trabajado en Jalisco desde hace más de 18 años, sin embargo a su parecer aún hay mucho por hacer en esta materia.“Ahora habrá que articular, no solo en la Constitución sino en los estados, en las instituciones de salud, en este sistema de salud multi-fragmentado. Y lo más importante (poner atención en) la formación de los recursos humanos, la vigilancia de la calidad de la atención, el empoderamiento de la sociedad, la política institucional y el acceso a los fármacos como lo demanda y lo mandata hoy la propuesta del senado”, señala Aréchiga Ornelas.La importancia de elevar a los cuidados paliativos al rango constitucional radica principalmente, en que el alcance es limitado en Jalisco, pese a ser vanguardista en la materia.“Los cuidados paliativos no existen en todas las localidades. Por eso que bueno que se haga esta declaratoria de derecho constitucional. Esto obligará al IMSS, al ISSSTE a la Secretaria de Salud y a los organismos de salud públicos y privados a tener disponibilidad de los fármacos”, según Aréchiga. El director del Instituto PALIA también celebra que, aunado a esta declaratoria, el estado de Jalisco avanza en materia de atención paliativa al retomar un proyecto que estuvo suspendido desde 2012: la Comisión Institucional de Cuidados Paliativos, que finalmente se activará el próximo 31 de julio.“Lo que queremos hacer (con la Comisión Institucional de Cuidados Paliativos) es conjuntar esfuerzos de manera cupular con el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud para que puedan comunicarse. La falta de comunicación tras-institucional hace que los pacientes del IMSS o del ISSTE se vean severamente afectados porque no les correspondería (recibir la atención) por tener un tipo de atención de salud diferente”.Esta estrategia contempla la formación y desarrollo de grupos interdisciplinarios en materia de cuidados paliativos para los 580 centros de salud del estado de Jalisco y hospitales regionales de las 13 regiones sanitarias, con una duración de 32 horas.“Este programa es el más ambicioso dentro de los 18 años que tiene PALIA, partiendo de una línea vertical de la política de la macro gestión”, celebra Guillermo Aréchiga al tiempo que señala que son cerca de 80 los centros de salud que se han capacitado desde marzo de 2019 y espera terminar en 150 para este año.“Pensamos que en dos años estarán prácticamente acreditados en materia de cuidados paliativos todos los médicos en los hospitales regionales”, apunta.Para la capacitación destaca se movilizan en promedio 18 profesores, que son alumnos de la especialidad en posgrado de medicina paliativa del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, especialidad reconocida de Conacyt. Lo que garantiza que el centro de salud recibe una capacitación especializada. Además de contar con la participación otras instituciones en materia paliativa.“Sin analgésicos, sin apoyo y en soledad es como se suele morir en México” menciona el director de PALIA. Señala que México ocupa del 0 al 100, el lugar 40 del rating de calidad de muerte.“Significa que se muere mal en México porque no hay los elementos, no hay acceso al medicamento, no hay médicos y enfermeras capacitadas, no está empoderada la sociedad y no hay una política de salud que dirija todo el proyecto hacia los centros de salud y los hospitales rurales”.“En Jalisco tenemos estadísticas, de una necesidad promedio de atención de entre 70 a 80 mil pacientes, los cuales están seguramente en instituciones públicas o privadas que desconocen la atención paliativa”, lamenta Guillermo Aréchiga, quien es también uno de los médicos precursores en cuidados paliativos en Jalisco que busca hacer frente a esta situación.