En el cuello, como diadema, al revés o sin taparse la nariz. Esas son algunas formas en las que muchos tapatíos usan el cubrebocas. Este medio constató que en Santa Tere cuatro de cada 10 se lo pusieron mal, y en el Centro sólo uno de cada tres cubrió su nariz y boca. El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ha reiterado que además de no lavarse las manos ni guardar “sana distancia”, no saber utilizar la mascarilla reduce la efectividad para evitar contagios de COVID-19.Aunque el uso de cubrebocas en la calle se convirtió en una medida obligatoria en Jalisco, este no es la solución definitiva para el COVID-19, sino un complemento de las acciones para evitar contagios.De acuerdo con organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la principal indicación del uso del cubrebocas es para el enfermo y el personal de la salud.Hector Raúl Perez Gómez, miembro de la Sala de Situación que implementó el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) para dar seguimiento al COVID-19, subrayó que, salvo enfermos y personal de salud, las mascarillas especiales (N95) no deben usarse por todos los ciudadanos.Y agregó que, para que el cubrebocas sea efectivo, debe cubrir nariz y boca completamente y, hacia los lados, ser lo suficientemente extenso para que se adhiera en las mejillas casi hasta los oídos. También se debe cambiar cuando está húmedo, o lavar en el caso de los de tela. Estos últimos, además, deben tener dos capas.Concluyó que usarlo en la barbilla, cabeza o garganta es contraproducente, pues el virus tiene la capacidad de adherirse a la piel y si el cubrebocas cambia de posición hay más riesgo de contraer el virus..