Aunque su trabajo y su casa se encuentra en Zapopan, la forma en la que están construidas las vías del municipio y el hecho de que no exista una ruta del transporte público que la lleve de manera directa hacen que Alessa Reyes deba tomar diariamente seis camiones, y que invierta al menos tres horas de su día en traslados, alrededor 180 minutos.“Gasto hasta tres camiones de ida a mi trabajo y tres de vuelta, pero lo hago porque me costó trabajo encontrar un trabajo que valiera la pena. Es bastante, son 60 pesos diarios, pero me está yendo bien en este trabajo y por eso hago este esfuerzo. Lo ideal sería poder acomodarme en una escuela más cerca de mi casa porque es muy desgastante pasar tantas horas en traslados, pero ya veremos si se puede más adelante”, expresó Alessa, quien vive en la colonia Constitución, y la escuela donde trabaja se encuentra en la colonia Tepeyac.De acuerdo con la cuarta entrega de la encuesta “Bienestar de jóvenes en GDL”, presentada este martes por la organización Jalisco Cómo Vamos, en conjunto con Corporativa de Fundaciones, en promedio, las y los jóvenes de entre 15 y 29 años del Área Metropolitana de Guadalajara gastan en promedio 79.2 minutos de su día en traslados, es decir, si bien existen jóvenes que pueden hacer lapsos menores, hay quienes superan este tiempo, como el caso de Alessa, quien pierde más del doble de minutos de su día.El caso de la joven zapopana también se incluye como ejemplo de la estadística revelada por la encuesta, que señaló, al menos la mitad de jóvenes del AMG entrevistados para este ejercicio utiliza el camión o macrobús para llegar a su trabajo, oficina o actividad diaria. Le siguen el vehículo particular con el 29.7% y la opción de caminar con el 6%. El tren ligero apenas abarcó el 1.6% de las respuestas de las juventudes encuestadas.De acuerdo con Francisco Nuñez de la Peña, coordinador de investigación de Jalisco Cómo Vamos, el tiempo que deben invertir las y los jóvenes en sus traslados se relaciona directamente con el crecimiento de la ciudad, no solo en territorio, sino también en población, pues a más personas y más complejos habitacionales, más vehículos circulando por la ciudad y una mayor demanda del transporte público, que en ocasiones no opera de la mejor manera, aunque dijo “no ha colapsado como en el caso de la Ciudad de México”.Para evitar que esto ocurra, señaló, es necesario que las autoridades comiencen a trabajar en la implementación de rutas de transporte que interconecten entre sí, como el caso del Tren Ligero que va por su cuarta línea, pero que ofrezcan un servicio adecuado ante la demanda.También propuso, las escuelas deben impulsar, no solo a nivel básico, sistemas de transporte escolar que beneficien también al personal docente, en busca de disminuir el tráfico ocasionado por el número de vehículos que se desplazan hacia los centros escolares.En otro tipo de datos, la encuesta también reveló que al menos dos de cada 10 jóvenes coincidieron en que “las personas son pobres porque no trabajan lo suficiente”, lo cual se traduce a “el pobre es pobre porque quiere”, lo cual, lamentaron las y los ponentes, muestra que todavía hay jóvenes quienes concuerdan con la meritocracia.Es decir, que en las juventudes aún prevalece un número de personas quienes creen que para poder salir adelante todo debe enfocarse en los méritos y esfuerzos alcanzados por una persona, sin considerar que no todas tienen las mismas oportunidades laborales ni educativas, y en muchas ocasiones pese a sus ganas de salir adelante, hay quienes nacen en situaciones marginales y aun con sus esfuerzos no logran salir de ellas.MF