Carla es enfermera de la Clínica 110 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y desde que comenzó la pandemia de COVID-19 atiende a pacientes con esta enfermedad. Cuenta que en los primeros días de la emergencia sanitaria había pocos, pero el escenario cambió. “Ahora tenemos entre 10 y 11 por persona. Lo menos son cinco o siete”.Estima que en el sitio, reconvertido para encarar la contingencia, hay entre 250 y 300 infectados repartidos en cuatro pisos. “Ha sido terrible todo lo que hemos visto. Salimos agotados. Usamos el kit de protección y lo que nos dan no es de buena calidad. Estamos sudando mientras lo usamos y nos deshidratamos. Antes salíamos cansados y ahora hasta fatigados, exhaustos”, comparte. En la Clínica 46 no es distinto. Karina, trabajadora del inmueble, explica que por piso hay hasta 40 enfermos por el nuevo coronavirus y sólo tres enfermeros se hacen cargo de ellos. Josué, doctor del Centro Médico, asegura que en ese lugar sus colegas y él se encargan de hasta cinco afectados por turno. Esto se refleja en las habitaciones. “Lo ideal sería paciente por cuarto, que no haya tanta carga viral y no se contaminaran. Eso empezaron a hacer, pero después subieron a dos y hasta tres (por espacio), aunque ahorita ya bajó”. Ante estas denuncias, el coordinador auxiliar del segundo nivel de atención del IMSS, Antonio Corona, descarta una saturación en los hospitales. Afirma que éstos se encuentran a menos de la mitad de ocupación. Agrega que cuando hay más carga, los casos se derivan a 14 espacios híbridos. Mientras esto sucede en el IMSS, en el Hospital Ángel Leaño, al que se le invirtieron 262 millones de pesos de recursos públicos y privados para enfrentar la pandemia, la situación es distinta. El pasado 27 de agosto, este medio publicó que el sitio contaba con 73 médicos generales y 12 especialistas. Hasta el 3 de septiembre se atendía a 37 pacientes.