Reconciliar la ciudad con la naturaleza es el reto de nuestra generación y las venideras si es que se quiere mejorar calidad de vida en la urbe y tener futuro, fue el mensaje del arquitecto Mario Schjetnan en su visita a Guadalajara para la inauguración de una exposición fotográfica de sus trabajos.Es el urbanismo ambiental el que puede lograr esta reconciliación a través de cinco ejes principales. Primero está la recuperación y rehabilitación del espacio público, impulsado por las organizaciones, empresarios, intelectuales y especialistas. Lugares en abandono deben ser rescatados.El segundo eje es el reciclaje de zonas posindustriales, por ejemplo, la refinería de Azcapotzalco, la cual se rehabilitó después de 70 años de operar dejando capas de contaminación industrial.“Guadalajara va a entrar muy pronto en este proceso de zonas que dejan de ser industriales y que permiten un enorme aprovechamiento con una visión ambiental”.El tercer eje busca la conservación del patrimonio natural y cultural. “Conocemos sobre la arqueología, nuestro patrimonio cultural, pero sabemos poco de nuestro patrimonio natural”.Sigue la arquitectura ambiental, conocer los impactos sobre el medio ambiente y cambio climático. Para ello es necesario que los proyectos sean interdisciplinarios, donde participen ambientalistas, biólogos, ingenieros y demás para integrar proyectos sustentables.Y finalmente está el paisaje, que está orientado a mejorar la calidad de vida. “La arquitectura del paisaje es el arte de crear espacios que están en encuentro entre el cielo y la tierra. El arquitecto paisajista manipula la superficie de la tierra para crear nuevas topografías, nuestra forma de expresarlo es a través de elementos naturales como la vegetación, minerales, elementos acuáticos”.En la presentación participaron además el arquitecto Luis Márquez y el periodista Agustín del Castillo, experto en temas ambientales.La intervención de Márquez fue sobre el agua y la ciudad, sobre la necesidad de que la urbe se reconcilie con el ciclo hídrico toda vez que el modelo urbano actual es impermeable de modo que toda el agua de lluvia se desperdicia. Para ello es preciso integrar en la agenda pública el tema el agua y emigrar a una infraestructura verde.Agustín del Castillo añadió que el agua subterránea es un tesoro que se agota dado a que el sector inmobiliario se expande a costa de los bienes naturales.“Basta ver el mapa de la ciudad de 1992 con el de ahora y vamos a darnos cuenta que más del 50 por ciento de crecimiento fue sobre áreas de riesgo y zonas de racarga. Esa agua ya no penetra al subsuelo, se va por superficie y nos ocasiona inundaciones”.Los políticos deben entender que se deben aprovechar zonas para crecer áreas verdes y favorecer la infiltración del agua.La frase:“La ciudad ideal es aquella que satisfaga las necesidades de seguridad y salud, trabajo y desarrollo económico, de movimiento y conectividad, de cultura y educación, de recreación y contacto con la naturaleza y con la capacidad que tiene de generar poesía y belleza”.Mario Schjetnan, ArquitectoNM