Sergio López, ciego desde hace 14 años, cayó en un hoyo de una banqueta del Centro tapatío hace un mes y medio. El accidente le provocó un esguince de segundo grado y lesiones en la rodilla izquierda.Él sabe que caminar por la ciudad puede ser una carrera de obstáculos: vías sin rampas o sin aceras, registros de luz y agua en mal estado, postes, basura y hasta carros que entorpecen sus traslados.Sin embargo, organismos como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reconocen otros problemas: en su último estudio de Características de las localidades y del entorno urbano destacó que más de la mitad de las vialidades de la metrópoli carece de rampa para silla de ruedas.De las 241 mil 390 calles de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco, 146 mil 972 (60.8%) no cuentan con esta infraestructura para personas con discapacidad.La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) advierte en el Diagnóstico e informe especial sobre la situación de este sector en Jalisco 2017 que, para lograr un entorno seguro para este grupo, es necesario eliminar las barreras físicas, lo cual ha tenido una “evolución lenta pero positiva”, al hacer una comparación con los ejercicios anteriores.Sin embargo, el organismo señala que 83% de los municipios en la Entidad no tiene un plan permanente de eliminación y modificación de estas barreras que impiden transitar a las personas con discapacidad.En otro análisis, el Inegi indicó que la tasa en Jalisco de personas con discapacidad era de 74 por cada mil habitantes en 2014. En este indicador, el Estado se ubicó en la cuarta posición a nivel nacional.Raúl Díaz, académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), asegura que el rezago es muy grande en materia de desarrollo urbano, pues la ciudad no cuenta con un diseño adecuado para atender a esta población.Se solicitó información a todas las administraciones metropolitanas sobre la inversión en infraestructura para enfrentar esta problemática. Sin embargo, sólo respondieron Guadalajara y Tonalá.El Ayuntamiento tapatío compartió una evaluación en la que se acentuó que además de continuar con la implementación de programas como Banquetas Libres y Cruceros Seguros, es necesario realizar y actualizar un inventario global de los espacios públicos en el que se incluyan los rangos de accesibilidad existentes.Por su parte, Tonalá informó que todas las obras nuevas en su territorio tienen condiciones idóneas para personas con discapacidad, además de que planean eliminar paulatinamente los postes, para tener sólo instalaciones subterráneas.RECORRIDO POR EL CENTRO TAPATÍO CON INTEGRANTES DE INVIDENTES UNIDOS DE JALISCOPara una persona con discapacidad, sobre todo visual o motora, no existe manera 100% segura para andar por las calles del Centro de la Ciudad.Basta recorrer una sola cuadra para darse cuenta de ello, pues los obstáculos a los que se enfrentan son incontables.En un recorrido realizado con integrantes de la Organización de Invidentes Unidos de Jalisco A.C., se encontraron banquetas en mal estado, rampas sin continuidad en la siguiente acera, registros de luz y agua que sobresalen de los fachadas de las casas, postes, parquímetros, basura, hoyos y coches que invaden las banquetas.Ser ciego y cruzar calles como Manuel Acuña, Juan Álvarez, Pino Suárez y Liceo, por mencionar algunas, es una pesadilla.A todas estas dificultades se suman las obras de la Línea 3 del Tren Ligero, las de Paseo Alcalde y la repavimentación de Manuel Acuña, refiere el presidente la organización, José Rodríguez Ramírez, que por un escopetazo perdió la vista hace 45 años.“Las calles están para llorar, donde quiera están rotas, hay agujeros y no se respetan los pasos peatonales, definitivamente no hay manera de cruzar el Centro de manera segura; es andar despacio, a la buena de Dios, con temor y, a veces, con el apoyo de algunas personas”.Marisol Alemán, ciega de nacimiento, indicó que lo que más le duele es la indiferencia y maltrato de algunas personas, pues mientras algunas le auxilian a cruzar la calle, otras le mueven el bastón a propósito para que se caiga.Ella canta en la zona de la Merced, donde algunos hombres se han aprovechado de ella al recibir las monedas sin que ella se dé cuenta.“Hay gente fea que nos patea el bastón, nos avientan, yo ando en el Centro y le batallo mucho con ese tipo de situaciones”.Durante el recorrido, las personas se toparon con algunos que los ayudaron a sortear los obstáculos, pero también con quienes sólo los miraban y no hacían nada, o se asombraban de cómo podían andar sin ver por dónde iban.LA VOZ DEL EXPERTOCarlos Aceves (académico del CUAAD)Las autoridades municipales y estatales tienen buenas intenciones para avanzar en el tema de discapacidad, con obras nuevas que intentan hacer incluyentes.No obstante, en la acción hace falta una visión más amplia, pues las personas con discapacidad no sólo requieren rampas en las banquetas, sino una infraestructura de accesibilidad universal, advierte el director del Centro de Investigación en Ergonomía del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), Carlos Aceves González.“Si hacemos un análisis de las que hay en la ciudad, hay algunas que son imposibles de utilizar por una persona en silla de ruedas, entonces ahí hay una visión parcial. La intención es buena, pero ante la falta de conocimiento, información, nos dejan obras que siempre están con deudas a los usuarios”.Para el especialista, uno de los temas cruciales es el rezago en el transporte, pues sólo una mínima parte de los camiones está adecuada para personas con discapacidad motora.El municipio de Guadalajara apuesta a los programas como Cruceros Seguros y Banquetas Libres como algunas de las acciones que más inciden en mejorar las condiciones de las personas con discapacidad.La coordinadora de Gestión integral para la Ciudad, Patricia Martínez, aseguró que, bajo esta premisa, cada una de las obras de pavimentación y arreglos de vialidades se hace con una política de inclusión y accesibilidad universal.Sin embargo, reconoce que la ciudad no cuenta con la infraestructura ni la cultura mínima para atender las necesidades de las personas con discapacidad y adultos mayores.“Nos falta muchísimo avanzar en infraestructura, pero también creo que en la medida que avancemos en un tema de cultura vial, la infraestructura podría pasar a un segundo plano”.El director de Obras Públicas de Tonalá, Rigoberto Peña Rubio, señaló que todas las obras nuevas cuentan con accesibilidad universal, tal es el caso de las avenidas Tonaltecas y Tonalá, dos de las más importantes del municipio.Uno de los proyectos es avanzar en la eliminación de barreras físicas en las calles, como las instalaciones del teléfono, luz y televisión por cable, para volverlas subterráneas y lograr un acceso más libre del peatón.LA VOZ DEL EXPERTORaúl Díaz Padilla (académico del ITESO)El académico del departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) considera que uno de los mayores problemas en Guadalajara es la falta de cultura de parte de la sociedad.“La gente tapatía todavía no logra tener el respeto necesario que se requiere hacia las personas con discapacidad, y si no hay respeto, entonces también se nos está escapando del imaginario en el desarrollo urbano las consideraciones para que la ciudad ofrezca condiciones idóneas”.Añade que esta falta de empatía podría verse reducida si las autoridades tomaran en cuenta a las personas con discapacidad, al momento de diseñar sus proyectos de obra pública y desarrollo urbano, para que sean ellos quienes expongan sus necesidades y los problemas que viven día a día.