A pesar de trabajos de capacitación a servidores públicos, campañas en favor de los derechos humanos y leyes estatales, Jalisco continúa con una gran cantidad de casos de discriminación en diferentes ámbitos.Al menos desde los últimos cinco años, el Estado ocupa el tercer lugar nacional por número de quejas ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).Durante el 2016, el Conapred recibió 67 quejas de Jalisco por discriminación hacia mujeres embarazadas, hacia personas por su preferencia y orientación sexual, con algún problema de salud, con discapacidad o discriminadas por su apariencia física, entre otras causas.La Ciudad de México acumuló 473 quejas, mientras que el Estado de México registró 107 en todo ese año. A nivel nacional se recibieron 973 quejas en total.La académica en Estudios Científico Sociales del Departamento de Estudios Socioculturales del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Leticia Velasco Jáuregui, menciona que mientras a nivel internacional ya comienza a verse un cambio, en el ámbito local no se ven tantos avances con grupos como el de las personas con discapacidad.Una de las fallas que observa en la Entidad es que las autoridades ni siquiera conocen cuáles son sus obligaciones en materia de políticas de la no discriminación.“La discriminación se da en todos los niveles, es un problema histórico, pero ya a últimas décadas hay bastante trabajo que se ha hecho a nivel internacional y que nosotros hemos dejado de hacer. La normativa que tenemos es muy reciente y no está totalmente alineada a los referentes internacionales, y ese es un grave problema”.Al ser un tema que involucra a todas las personas, considera que debe haber más trabajo de parte de los gobiernos locales, pero también de parte de los grupos de la sociedad civil organizada.María Teresa González (coordinadora de la Cátedra Unesco)En todo México sigue habiendo una brecha importante en el ejercicio de los derechos de las personas, así como una cultura discriminatoria y de desigualdad de trato que pasa por todas las esferas sociales, asegura la coordinadora de la Cátedra Unesco, Igualdad y no Discriminación de la Universidad de Guadalajara (UdeG), María Teresa González Luna Corvera.Se trata de un problema difícil de superar y enfrentar, pues tiene que ver con estigmas, estereotipos y raíces culturales que se han tenido por muchos años.“Son prejuicios muy arraigados que tenemos que ir revirtiendo, principalmente a través de la educación, pero de manera clara e inmediata a través de políticas públicas”.Admitió que hay un campo más receptivo para emitir denuncias y poner sobre la mesa una práctica clara de discriminación y violación a los derechos humanos, ya hay organismos como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y, en el caso de Jalisco, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en el Estado.Sin embargo, mientras no haya una respuesta clara a las quejas, que vayan acompañadas de un resultado jurídico, no se tendrá el cambio esperado.“Todavía falta mucho, en buena parte de los casos no pasa nada y eso desanima a la parte de la denuncia, aunque sí es importante seguir visibilizando las prácticas indeseables en términos de ejercicio de derechos, sobre todo porque hablamos de atentar contra personas que son parte de grupos que de manera sistemática han sido discriminados”.De acuerdo a estadísticas del Conapred, el ámbito laboral fue en donde más se presentaron quejas de discriminación en 2016 y 2017, con 70 quejas en conjunto, sobre todo por parte de particulares y servicios privados. De ahí le sigue el cultural, de esparcimiento y recreación, las áreas de servicio al público y el ambiente educativo.Esto coincide con las apenas 13 señalamientos que se recibieron por discriminación en 2017 en la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) y que, a decir del director de quejas, Arturo Jiménez Jiménez, son apenas la punta del iceberg del problema que existe.De estas 13 quejas, 10 son en materia laboral, dos por género y una por raza o nacionalidad.“Abajo de los números que nosotros manejamos suele haber una cifra negra, que no podemos precisar la cantidad… lo que la comisión puede hacer es reiterar la invitación a los ciudadanos para que comparezcan con nosotros y esos conceptos se pudieran incrementar, para emitir un pronunciamiento o en casos delicados, emitir recomendaciones”, destacó Jiménez Jiménez.El colectivo Cohesión de Diversidades para la Sustentabilidad A.C. (Códise) espera que quienes van en búsqueda de un cargo de elección popular ofrezcan propuestas en beneficio de la diversidad sexual.Su presidente, Leonardo Espinosa Gómez, reconoce que las autoridades actuales a nivel estatal han tenido buena respuesta a la insistencia de la sociedad civil organizada, pero todavía hace falta más política pública para poder evitar la discriminación.Advierte que lo principal es que los candidatos incluyan el tema desde las campañas políticas, para también saber quiénes están a favor o en contra de la diversidad sexual.“Que tengan una posición clara porque, si no la tienen, es más difícil hacer una elección hacia quién votar. Sabemos que no es el tema principal de muchas personas, pero es nuestro tema, también queremos que nuestros temas de discriminación, identidad y acceso al trabajo también se consideren y se discutan, y por eso estamos cuestionando”.Espinosa Gómez indica que temas como la negativa a contratar personas con VIH y personas con preferencias sexuales distintas, la discriminación por parte de la propia sociedad y de parte de algunos servidores públicos, así como la falta de reconocimiento de las personas transgénero, son algunos de los pendientes urgentes en Jalisco.Además, pide que se dé para adelante con las iniciativas para el matrimonio igualitario en el Estado, pues continúan en manos de los diputados, sin ser dictaminadas.*Hasta julioUna de las recomendaciones que emite el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) para avanzar en el camino a la no discriminación es hacer más estudios para contar con un recuento sistemático de las prácticas discriminatorias en los diferentes grupos poblacionales.En el estudio “Discriminación estructural y desigualdad social”, realizado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), en colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se indica que la discriminación se da desde la familia hasta la escuela, el área laboral, el servicio de salud, el ámbito judicial y las ventanillas de atención tanto públicas como privadas.“Convendría agregar un sistema de monitoreo permanente de las consecuencias estructurales de la discriminación, a partir de un conjunto de indicadores cuyo desempeño pueda ser evaluado periódicamente con las encuestas permanentes y censos de población levantados por el Inegi”, se menciona en el documento.De acuerdo con el texto, cuyo autor es el investigador Patricio Solís, las tareas para poder erradicar los actos discriminatorios deben ir más allá de los actos individuales de conciencia, sino que es necesaria la participación activa de las autoridades de todos los niveles, a través de políticas públicas con resultados reales que no únicamente vigilen que se cumplan las leyes y derechos de las personas, sino que también sirvan para reducir las desigualdades.