La violencia en la Entidad durante 2019 impuso un nuevo récord de homicidios en relación con 2018 (considerado el peor año desde 1997) y estableció una nueva tasa de asesinatos por cada 100 mil habitantes. Esto la llevó de la posición 13 a la 11 a nivel nacional.De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el año pasado hubo dos mil 672 víctimas de asesinato en el Estado: un promedio mensual de 222.Eso, en relación con la cantidad de habitantes (7.8 millones, según el censo de población más reciente), implica que se cometen 34 homicidios por cada 100 mil personas.En comparación, un año atrás eran 30.Por segundo año consecutivo, Jalisco superó la media nacional. Además, rebasó a Sinaloa y Tamaulipas, frecuentemente considerados en las estrategias federales de pacificación debido a la presencia de grupos del crimen organizado como el cártel de Sinaloa y Los Zetas.El primer sitio en la medición es Colima (104.9 por cada 100 mil habitantes).Le siguen Baja California (83), Chihuahua (69.3), Guanajuato (61.2) y Morelos (53.5). Yucatán tiene la menor prevalencia: registró 1.5.El gobernador Enrique Alfaro reconoció que “aún estamos lejos de la realidad que aspiramos”, pero al mismo tiempo celebró que el Estado “continúa con una tendencia positiva” en el combate a delitos patrimoniales, pues al comparar diciembre de 2018 contra diciembre de 2019, dijo que “fuimos el quinto estado que más redujo la incidencia en todo el país”.A nivel nacional, México estableció una nueva cifra récord de homicidios dolosos: 34 mil 582, que significan un promedio de cuatro por hora, o bien, una víctima cada 15 minutos. En 2018, el “año más violento”, hubo 839 asesinatos menos.El hedor de los cadáveres en descomposición que se encuentran en las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), en Tlaquepaque, se percibe apenas uno va llegando. Éste incluso se hace más fuerte a cada paso que lo acerca.Uno de esos cuerpos corresponde al hijo de Sandra, quien estuvo desaparecido y hace un mes fue localizado. Sin embargo, aunque ella pasó las fiestas decembrinas soportando a la burocracia post mórtem, todavía no se lo entregan. Según le dijeron, hace falta que se “lo preparen”.Ayer le aseguraron que finalmente se lo entregarían, noticia que tomó con reservas, pues durante un mes entero soportó la frase “vuelva mañana”.Sandra no está sola en la antesala del descanso forense. También allí está Carolina, quien espera desde hace días a que le entreguen los restos de su hermano.Ella supo que lo tenían en el edificio central del IJCF hace dos semanas. Recibió una llamada de la Fiscalía del Estado en la que le pidieron que acudiera al Instituto para enseñarle unas fotos de secciones anatómicas, en espera de que reconociera algunos tatuajes.Desde entonces, Carolina y su mamá han ido a diario a preguntar qué avances tienen, pues aunque hace dos semanas lo reconocieron, no les han dicho cuándo se los entregarán. Su hermano fue hallado en piezas.“Todavía no nos dicen qué parte del cuerpo le hace falta, qué tanto han encontrado. Nomás nos han enseñado las fotos de sus tatuajes”, lamentó.Esa larga espera es una de las consecuencias de tener la morgue al límite.Ayer, este medio publicó que, hasta el 31 de diciembre, se registraron 501 cadáveres y restos óseos en el edificio del fraccionamiento Revolución, donde hay un espacio para almacenar 477 cuerpos. Es decir, en ese momento había un excedente de 24.Además, en los primeros 20 días de 2020 entraron otros 53 cuerpos y 26 bolsas con restos sin identificar. Esto tras los hallazgos en fincas y predios en la Zona Metropolitana de Guadalajara.Javier salió por sus nietas a la guardería y al regresar lo habían robado. Dos meses después, a su hijo le hurtaron la herramienta que cargaba en su camioneta. Poco después descubrió en flagrancia a un grupo de ladrones que se llevaba su auto. Sólo denunció el primer caso. “¿Qué me gano, si no hacen nada?”.En 2019, los delitos patrimoniales denunciados por cada 100 mil habitantes hicieron que Jalisco descendiera un peldaño con relación a 2018. Pasó de mil 243 denuncias, que lo tenían en la séptima posición, a mil 358, para ubicarse en la octava.Esa cifra ubica a la Entidad por encima del Estado de México (987), Tamaulipas (591), Nuevo León (538), Michoacán (505) y prácticamente supera por cuatro los ocurridos en Sinaloa (330).Aún en octavo lugar, Jalisco casi supera en 50% la tasa de incidencia en delitos patrimoniales a nivel nacional, que fue de 847 denuncias por cada 100 mil habitantes. El Estado con la tasa más alta es Colima, seguido por Quintana Roo, Querétaro, Ciudad de México y Baja California.Los delitos patrimoniales dañan los bienes y el patrimonio de las personas: robo a persona, a vehículo y casa habitación, entre otros.El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, celebró que en la incidencia delictiva total (que además de los patrimoniales suma aquellos que atentan contra la vida, la libertad, seguridad sexual y el resto), la Entidad se halla en el sitio 13 en la tasa por cada 100 mil habitantes. “Es una señal de que vamos por el camino correcto y así seguiremos trabajando”.Sin embargo, comparado con la media nacional, Jalisco está casi 20% arriba en incidencia delictiva.Arturo Villarreal Palos, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), recordó que las cifras presentadas no significan una reducción en los delitos sino en el número de denuncias. “No es una disminución significativa, sobre todo porque tenemos una deficiente persecución de los delitos”.Realidades34 mil 582 asesinatos ocurrieron en México en 2019; equivalen a uno cada 15 minutos en promedio. 2 mil 672 víctimas de homicidio quedaron registradas en Jalisco durante el año pasado. 3.5 horas transcurridas, en promedio, entre un homicidio y otro en Jalisco durante 2019.LA VOZ DEL EXPERTOAugusto Chacón (Jalisco Cómo Vamos)El año pasado, la Federación, el Estado y los municipios acordaron coordinarse para atacar los delitos. Así fue como se crearon la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional. Pero ambas corporaciones han quedado a deber, pues ni los homicidios ni los desaparecidos se han reducido y, en cambio, los hallazgos de fosas y cuerpos desmembrados han aumentado.“Hay una baja en delitos patrimoniales, pero eso no influye demasiado en la reducción de la percepción de inseguridad”, aseguró el director del observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, Augusto Chacón Benavides.El año pasado cerró como el más violento en la historia moderna, pero no sólo de Jalisco, sino a escala nacional. Y según el experto, esto se debe a que en las administraciones anteriores había menos coordinación entre los tres niveles de Gobierno.En su opinión, todavía no se nota la estrategia del Presidente Andrés Manuel López Obrador contra el crimen organizado, pues aunque se han congelado cuentas, no hay una reducción de los delitos relacionados al crimen organizado.“Falta una estrategia coordinada centrada en (tratar de reducir los) homicidios, un cese de armas y cero impunidad, porque siguen haciendo lo que se les da la gana sin que pase algo. El problema no es que se matan entre ellos, sino entre nosotros. Hicimos un territorio propicio para que se maten y eso incrementa la percepción de inseguridad”, dijo.Concluyó que debe haber estrategias diferenciadas, pues como se comprobó con los nuevos datos en seguridad, la estrategia sí logró funcionar para los delitos patrimoniales pero no para los de alto impacto, por lo que debe haber acciones especializadas.