Entre las muchas narraciones históricas de Guadalajara, sus anales conservan también anécdotas de terror e infamia. Guadalajara ha sido cuna de asesinatos, crímenes y homicidios que acapararon las primeras planas de los periódicos, se anunciaron sin descanso en los noticieros, y dejaron su huelle indeleble en la memoria de la nota roja de nuestra ciudad. Apenas este pasado 6 de marzo, Guadalajara vivió un episodio de conmoción, indignación y espanto cuando Gabriel Alejandro 'G', armado con un machete, ingresó a la Universidad Tecnológica de Guadalajara (UTEG), en la colonia Olímpica, y asesinó a dos trabajadoras en pleno horario escolar. Previamente, Gabriel Alejandro 'G', de 20 años, ya había asesinado a una primera víctima en el interior de un motel. En redes sociales se viralizó el perfil de Facebook del feminicida, en el que se fotografiaba con armas blancas y pistolas, y donde el mismo día del crimen publicó la frase: "Hoy es el día". No es la primera vez que Guadalajara se ha investido de luto y de duelo a causa del crimen y de la muerte. Estos son algunos de los casos más polémicos que han sucedido en la ciudad a lo largo de los años. En 1989 y 2018, en las calles del Centro Histórico comenzaron a reportarse las muertes brutales y misteriosas de personas en situación de calle. En 1989, se contabilizaron doce víctimas. Todo parecía obra de la misma persona, que disparaba a la cabeza de las personas en situación de calle, o que incluso les prendía fuego mientras dormían.La prensa tapatía comenzó a referirse al criminal como el "mataindigentes", e incluso le adjudicaron el perfil de un asesino serial. Varios sospechosos fueron detenidos sin llegar con el autor verdadero, hasta que a mediados de 1989 las autoridades de Guadalajara dieron con Osvaldo Ramírez, a quien se le culpó de los doce asesinatos. No obstante, algunos especialistas aseguraron que el homicida real jamás fue capturado. Para otoño del 2018, 29 años después, por segunda ocasión las calles del Centro Histórico fueron escenario de asesinatos de personas en situación de calle. Pero esta vez el modus operandi era distinto, pues el responsable los golpeaba con piedras en la cabeza hasta que les daba muerte. A lo largo de seis noches, cinco personas fueron asesinadas de esta manera. La Fiscalía General de Jalisco informó de la detención de Alejandro "N", de 27 años y originario de Guadalajara, a quien se acusó de haber cometido los crímenes. El 24 de mayo de 1993, la historia de Guadalajara cambiaría para siempre cuando en el Aeropuerto de nuestra ciudad fue asesinado a tiros el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Distintas versiones existen en cuanto al caso: que el Cardenal fue confundido, que quedó atrapado en el fuego cruzado del enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa y los Arellano Félix, que no hubo ninguna equivocación, y que su asesinato fue un crimen de estado porque sabía demasiado entre los vínculos del gobierno y el narcotráfico.Lo cierto es que existen testigos que aseguran que, antes de que ocurriera siquiera el tiroteo, las autoridades del Aeropuerto les pidieron a las personas que se ocultaran en los baños de las instalaciones ante la inminencia de lo que ocurriría: el escenario estaba preparado.El asesinato de Posadas Ocampo caló muy profundo en la sociedad tapatía de principios de los 90. Fue un cardenal muy querido, que tenía el aprecio incondicional de los jaliscienses, y a su funeral acudieron tantas personas que los policías tenían que formar barreras humanas para mantener el orden, y evitar que la tristeza se convirtiera en estrépito. Las personas hacían filas para entrar a la Catedral de Guadalajara para despedirse de Posadas Ocampo. Autoridades de la talla de Juan Pablo II lamentaron el asesinato, y todavía hoy, 30 años más tarde, la Iglesia Católica sostiene que el homicidio del cardenal fue premeditado. La Guadalajara de las primeras décadas del siglo XX tampoco se salvó de la nota roja. En abril de 1923, Leandra Rodríguez y su hija, Esther Madrueño, se encontraban en su casa a las 7:30 de la tarde, ubicada en la calle Colón 413. Ambas eran conocidas como "las enanitas" por la baja altura de Esther, la hija, que además era diestra en el piano.El atardecer del 27 de abril de 1923, "las enanitas" se encontraban en casa, con Esther tocando el piano, cuando sus gritos de horror sustituyeron a la música. Leandra, la madre, fue estrangulada, mientras Esther fue atacada con cuatro puñaladas fulminantes que le arrebataron la vida. El culpable del crimen, Álvaro Ochoa, fue detenido dos semanas después, en uno de los episodios que más conmocionó a los tapatíos en aquellos años lejanos de la década de los 20, puesto que la brutalidad no era tan común ni gratuita en una ciudad que entonces se destacaba por su tranquilidad diaria. El 19 de marzo del 2018, Salomón Aceves, Marco Francisco García Ávalos, y Jesús Daniel Díaz García, estudiantes del CAAV, fueron detenidos mientras intentaban reparar su vehículo sobre la carretera, a las afueras de Guadalajara, y abordados de imprevisto por supuestos miembros de la Fiscalía del Estado de Jalisco. Media docena de hombres armados se llevaron a los 3 jóvenes, que no volverían a ser vistos con vida. El caso conmocionó a la ciudad hasta el tuétano. Los tres estudiantes eran foráneos, y llevaban ya algún tiempo viviendo en Guadalajara. La primavera de aquel año marcó un parteaguas en la memoria colectiva de la tragedia. El 23 de abril, treinta y cuatro días después de que Salomón, Marco y Jesús fueran raptados, Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, informó que Salomón, Marco y Jesús fueron raptados por miembros del crimen organizado, quienes los confundieron con miembros enemigos del cártel contrario. Fueron conducidos a una casa de seguridad, donde los separaron y los sometieron a un interrogatorio, los torturaron, y acabaron con sus vidas. Aristóteles Sandoval finalizó diciendo que los cuerpos de los estudiantes fueron disueltos en ácido. Las cosas no volvieron a ser las mismas en Guadalajara. Seis años después, ya no son solo tres desaparecidos, sino que la cifra se aproxima a quince mil personas que no regresaron a casa. Entre el 20 y el 27 de mayo del 2023, ocho jóvenes, que trabajaban en un Call Center, desaparecieron en Zapopan. Presuntamente, fueron secuestrados por miembros del crimen organizado en presunta represalia, debido a que se "filtró" información del call center donde laboraban, y en el que se cometían fraudes inmobiliarios contra ciudadanos de Estados Unidos. El negocio clandestino era una de las tantas ramas y variantes del crimen organizado en nuestra ciudad.Itzel Abigail, de 27 años, Carlos David Valladolid Hernández de 23; Arturo Robles Corona de 30; Carlos Benjamín García Cuevas de 31; Jorge Miguel Moreno Morales de 28; Mayra Karina Velázquez García de 29; Jesús Alfredo Salazar Ventura de 37, y Juan Antonio Estrada fueron desaparecidos en plena zona metropolitana. No se les volvió a ver con vida. Sus restos fueron localizados el 31 de mayo, en el fondo de la Barranca, en 50 bolsas de plástico. El viernes 11 de agosto del 2023, Roberto Olmeda Cuéllar, Diego Lara Santoyo, Uriel Galván, Jaime Adolfo Martínez Miranda y Dante Hernández, se dirigieron a Lagos de Morena a su feria anual. No regresaron a sus casas; presuntamente fueron secuestrados por un comando del crimen organizado en la región.Algunos días después de su desaparición, en redes sociales se filtró un presunto video donde se mostraba a los cinco jóvenes arrodillados, golpeados y amordazados, y donde se les obliga a asesinarse entre sí. La Fiscalía de Jalisco explicó que no podía confirmarse que el video fuera cierto, y a la fecha no se han encontrado a los jóvenes de Lagos de Moreno. FS