Calles, avenidas, calzadas... las vialidades de la que fue una diminuta ciudad -un “pueblo bicicletero”, como se conoció a Guadalajara en otros tiempos- han tenido que desarrollarse y crecer al tiempo que la metrópoli se extiende para responder a las necesidades de sus habitantes.Si bien las obras han favorecido el transitar de los vehículos a lo largo y ancho del área metropolitana de Guadalajara -con todo y sus momentos difíciles-, también se han convertido en puntos de referencia para quienes habitan en esta porción del territorio jalisciense.Este artículo forma parte de la edición conmemorativa de los 100 Años de EL INFORMADOR. El resto de los contenidos especiales están disponibles en ESTE ESPACIO y también puedes consultar la versión hojeable digital PULSA AQUÍ.