Todos los jueves, sin falta, desde las 20:00 hasta las 23:00 horas Francisco y su grupo regala café, galletas, pan dulce y cena a las decenas de personas que duermen en los portales frente a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, en la Zona Centro de Guadalajara. Sin ayuda del Ayuntamiento tapatío o de alguna asociación civil, los recursos salen de su propio bolsillo y de donativos que realiza la gente.“Hay otro equipo que se queda en el templo del Carmen y se viene repartiendo por todo el Centro, pero nosotros nos venimos directamente aquí a la Rotonda. Esto viene de nuestros propios recursos, de gente común y corriente […]. Se han arrimado una o dos veces personal del Ayuntamiento, como para cuidarnos y eso, pero la verdad nunca hemos visto un apoyo, siempre ha sido con nuestros propios recursos y nosotros”, comentó Francisco.En total reparten entre 200 y 300 platillos. Cada semana el menú varía, pero procuran que sean alimentos calientes, sobre todo durante esta temporada en la que ya comienza a descender la temperatura durante la madrugada. El pasado 6 de noviembre dos personas en situación de calle fallecieron en diferentes puntos de la Zona Centro de Guadalajara por hipotermia.“Por ejemplo, la semana pasada fue sopa de fideo con verduras y pollo. También sopa de lentejas con verduras, algo calientito y más en estas fechas, pero siempre es la comida con sus tortillas, su salsa, el agua, café, galletas […]. La verdad aprendemos mucho de ellos, todos son amables. Como en todo hay situaciones que traen una historia que no sabemos, pero la mayoría son amables”.Francisco comenzó con esta iniciativa en enero de este año y desde entonces no ha parado de ir a los Portales para entregar comida y bebidas a las personas que más lo necesitan. Agregó que la Policía tapatía únicamente se acerca para ver qué están haciendo y, una vez que se retiran, les pide a las personas que duermen sobre cartones, cobijas perjudicas y cambios de ropa que se vayan a otro lado, según aseguró Omar.“Luego vienen y nos corren, pero la verdad son unos puercazos. Llegan muy prepotentes y groseros y nos dicen que nos vayamos, que no podemos estar aquí y no sé qué. Luego les preguntamos que a dónde nos podemos ir y dicen que no saben, que sólo nos vayamos de ahí, entonces damos vueltas por aquí esperando a que se vaya para poder regresar, porque si no tenemos dónde dormir”, añadió.Omar alcanzó dos vasos de café y mencionó que es una gran bendición recibir algo de comer al final del día, pues muchas veces no consigue suficiente dinero para cenar antes de dormir. Con un pedazo de cartón en el suelo y su vaso en la mano izquierda, Omar, originario de Mazatlán, Sinaloa, dijo que ha dormido 15 días en los Portales esperando a que reciba su primer salario como guardia de seguridad en una empresa privada para poder rentar un cuarto para él.“Pues no hay de otra, al menos aquí nos podemos cuidar entre todos, pero no creas, a varios ya les robaron sus mochilas y sus cosas. Luego ya está haciendo mucho frío y tenemos que conseguir cobijas. Yo gracias a Dios tengo una cobija y me pongo encima el uniforme del trabajo, pero luego hay gente que no tiene con que taparse. Ya ves el otro día se murieron dos personas, que por el frío. Pero qué te digo, no hay de otra”, sentenció. YC