Desde 2015 se documenta la proliferación de bolardos en calles y plazas públicas, pero nadie se hace responsable de repararlos cuando son derribados por vehículos, convirtiéndose en un mayor peligro para los peatones.Rodrigo Vázquez Ortega, director de la empresa BKT Mobiliario Urbano, el principal proveedor del Gobierno estatal y Ayuntamientos, se deslinda del mantenimiento o del retiro de los que son dañados. Afirma que le corresponde al Gobierno en turno. “No existe un programa de reposición. Cuando se doblan es porque cumplieron su función y necesitan ser repuestos”. Comenta el empresario que debería existir un programa de mantenimiento por parte de las autoridades.Tras un conteo realizado por esta casa editorial, tan solo en el Polígono A del Centro Histórico de Guadalajara hay cuatro mil 935 postes, con un gasto superior a los 9.8 millones de pesos.Sobre los criterios para la instalación y los modelos, Rodrigo Vázquez también se desmarca y contesta que eso lo definen quienes realizan los proyectos viales, por lo que sería positivo contar con una norma que genere orden.Reconoce que hay zonas donde podría reducirse la cantidad de bolardos.Mientras siete de cada 10 participantes en un sondeo en www.informador.mx coinciden en que es un negocio de autoridades y proveedores, más que una protección para el peatón, los Gobiernos ocultan el gasto total en bolardos desde las pasadas administraciones, no tienen un censo y avalan la proliferación de postes de forma discrecional a favor de contratos para constructoras y proveedoras.BKT Mobiliario Urbano ha participado en siete proyectos estatales en los últimos tres años, entre la colocación de paraderos del Peribús, mobiliario en la plazoleta del mercado Corona, paseo Alcalde y en el andador Aurelio Ortega, entre otros.