En un archivo de Excel y decenas de cajas arrumbadas llenas de papeles, la Secretaría de Movilidad (Semov) de la anterior administración estatal entregó a la actual Secretaría de Transporte (ST) los padrones del transporte público y de taxis.Por este servicio se pagaron 40.8 millones de pesos (MDP): 35.8 a la empresa Administradora Solupat y cinco al Instituto de Estudios Históricos Carlos Sigüenza y Góngora A.C.En el contrato se estipuló que la información debió digitalizarse, de modo que se generaran archivos en PDF de lectura fácil y clara.En el documento se especificó que los expedientes tenían que estar debidamente integrados con sus carátulas de identificación y en orden. Además, se tuvo que garantizar su alta calidad con el uso de escáneres.En enero de 2017, la Semov anunció que, a pesar de los dos años de retraso, este punto ya se había cumplido.Sin embargo, el titular de la ST, Diego Monraz Villaseñor, afirmó que además de que este requisito no se atendió, ni siquiera hay certeza del número de unidades que circulan en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).“El registro no se concluyó y no sólo eso, sino que arroja una gran cantidad de interrogantes como la certeza de saber cuántas unidades hoy están circulando allá afuera”, dijo el funcionario.Monraz Villaseñor agregó que la Contraloría estatal ya cuenta con esta información, por lo cual auditará los registros y determinará responsabilidades.Hoy, el Gobierno estatal presentará un diagnóstico en materia de transporte público y sus propuestas para enfrentar el rezago y las anomalías que encontraron en el modelo ruta-empresa, impulsado durante la gestión de Aristóteles Sandoval.De las cinco mil siete unidades del transporte público que la Secretaría del Transporte (ST) tiene documentadas, dos mil 447 son irregulares: carecen de concesión, permiso o autorización vigente.De acuerdo con el titular de la dependencia estatal, Diego Monraz Villaseñor, la mitad de los camiones tiene documentos vencidos. Destacó que algunos suman más de cuatro años en esta situación.“Si mañana cualquiera de esas unidades incurre en una falta vial, tiene que ser detenida porque no tiene un documento vigente que compruebe su permiso para circular”, comentó el funcionario estatal.El director de Transporte Público, Amíllcar López Zepeda, agregó que en otros casos encontraron que “el vehículo sí cuenta con autorización, pero no es el que está registrado”.Con el objetivo de mejorar la calidad del transporte público, la administración de Aristóteles Sandoval prometió eliminar el modelo hombre-camión.Sin embargo, de las unidades contabilizadas, solo 10% pertenece a la ruta-empresa. El resto aún es de empresas como el Sistema de Transporte Colectivo de la Zona Metropolitana de Guadalajara (Sistecozome).Además, de las 119 concesiones previstas, sólo se dieron 19: 16 dentro del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) y las otras en Puerto Vallarta, Tepatitlán y Zapotlán El Grande (Ciudad Guzmán).Se avalaron 62 derroteros y 706 unidades. Existen siete concesiones pendientes o no identificadas: a cuatro les falta la firma y tres presentan archivos incompletos.Monraz Villaseñor resaltó que los transportistas no se niegan a formar parte de la ruta-empresa, sino a la imposición de integrarse a este nuevo modelo, pues no les explicaron bien. “Lo que vamos a trabajar es que tengan certeza jurídica y que en poco tiempo, a cambio, ya migren al modelo empresarial y adquieran sus equipos de prepago con un apoyo que va a dar el Estado”.Otras fallasMonraz añadió que otra de las fallas que encontraron fue que a algunos les exigieron ciertas marcas y características de unidades de transporte y sistemas de recaudo. “Como unos aceptaron y el resto se resistió, los primeros traen una carga económica más grave”.Sin embargo, con el fin de aumentar las rutas, los encargados permitieron otro tipo de camiones y aparatos, lo que desencadenó más desventajas.“Los primeros que dijeron ‘sí’ son los más castigados y los que están teniendo complicaciones. Aparte del diseño de la ruta, sus costos también fueron superiores”, expuso el secretario.Los camiones del modelo ruta-empresa nunca contaron con un plan financiero en el que se propusiera lo que se iba a obtener por boleto y lo que iba a dejar para renovar o pagar unidades.“Lo que vimos fue camiones bonitos con un corte de listón, pero con los vicios del hombre-camión en cuanto a su operación y su viabilidad”, explicó Diego Monraz, titular de la Secretaría del Transporte.Además, el diseño de las rutas estuvo mal, pues no se realizó un análisis institucional que contemple la conformación de las empresas de transporte.Esto provocó que dos de las 19 rutas del Sistema Integrado del Transporte (Sitran) ya presenten números precarios: la Troncal 09 Oblatos y, la peor, la T03 Belisario Domínguez.Esta última anteriormente era la ruta 606, que tenía un tramo de competencia con tres más. Al ser la que más tarda y más cobra, aunque la calidad es mayor, la afluencia comenzó a bajar.“Cuando tú haces un corredor troncal, lo que buscas es que toda esa competencia o se elimine o se regule. Debieron meter esas rutas (competencia de T03) dentro de un orden empresarial para que no se juntaran en ese tramo o regular el servicio en toda la zona”, explicó Amílcar López Zepeda, director general de Transporte Público.NUMERALIA12 millones de viajes diarios se llevan a cabo en el AMG. 36% se realiza en transporte público. 5 millones de horas diarias se invierten en transporte privado y público. 66% de estas horas se pasa en el transporte público.Fuente: Encuesta de satisfacción de los usuarios del transporte público en el Área Metropolitana de Guadalajara.Luego de que el diputado Héctor Pizano propuso eliminar el cobro en efectivo en Empresas de Redes de Transporte (ERT) como Uber, DiDi o Cabify, con el fin de garantizar que los traslados de los usuarios vuelvan a ser seguros, Monraz expresó su apoyo a la iniciativa.El funcionario consideró que al cobrar de esta forma empiezan a tener prácticas que abonan al tema de inseguridad. Explicó que una plataforma debe vender tecnología, comodidad, modernidad y certeza.“Al cobrar en efectivo los convierte en un taxi. De hecho, muchos de sus choferes son taxistas que en la mañana traen un vehículo amarillo y en las tardes de otro color. No debe haber pago en efectivo por el bien de su modelo y de sus pasajeros”, destacó.Sin embargo, acentuó que el tema se tiene que debatir: “Qué bueno que se analice y se haga un debate técnico. Hemos hablado con las empresas de plataformas y ellas, en un afán de ir por más mercado, empezaron a confundirse con un servicio de taxi. Lo que le resta seguridad y modernidad a su propuesta”.