Viernes, 22 de Noviembre 2024

Futuro y el asalto al poder

El nuevo partido político tiene posibilidades de convertirse en opción de Gobierno

Por: Enrique Toussaint

EL INFORMADOR/E. Victoria

EL INFORMADOR/E. Victoria

Jalisco será testigo de uno de los procesos electorales más disputados de su historia. El más fragmentado, sin duda. No hay ninguna fuerza política que supere el 30% de intención de voto. Las encuestas apuntan a un escenario así: Movimiento Ciudadano (22-25%), Morena (17-20%), PAN (10-12%), PRI (8-11%). Y un factor adicional: la aparición de Futuro como partido político y el arrastre electoral de Pedro Kumamoto. Como tal, Futuro no tiene reconocimiento entre los jaliscienses (no es extraño, apenas nace), pero Kumamoto mantiene fuerza entre los electores, particularmente urbanos y entre las clases medias. En este contexto, ¿cómo altera la presencia de Futuro el mapa electoral? ¿Qué decisiones, como partido, tienen que tomar los ex “Wikis” para ir configurando esa nueva opción política que se llama Futuro? Comienzo por lo segundo. 

La primera, los difíciles equilibrios, inevitables en política, entre el idealismo y el pragmatismo. La política no se hace sólo con buenas intenciones. Se necesita estructura política, organización electoral y recursos económicos. En la elección anterior, los “Wikis” fueron tremendamente ingenuos. Y la ingenuidad tuvo como consecuencia la derrota electoral. La alianza Movimiento Ciudadano/PAN y la irrupción de Morena terminó erosionando las posibilidades del movimiento de candidatos independientes. Comprender que la política exige acordar, negociar, dialogar, no supone claudicación moral alguna.

La segunda, una lectura compartida de lo sucedido en 2018 y, tras ello, una hoja de ruta que se desprenda del diagnóstico. El paso, muy complejo, de un asiento en el Congreso a la formación de un movimiento estatal, incluso con presencia en el Senado, fue un error táctico y de cálculo. La euforia del mediático paso de Kumamoto por el Congreso confundió redes sociales con territorio, simpatía con estructura política. La definición de la ruta de construcción de Futuro (¿qué quiere ser el partido y qué rol jugar en la política jalisciense?) tiene que primar por encima, incluso, de las apuestas particulares. Una mala lectura del contexto política actual puede suponer un resbalón que dificulte el ascenso de Futuro como opción de Gobierno en Jalisco. Y subrayo eso: opción de Gobierno. Futuro no nace como un partido de nicho, sino como un proyecto que busca el poder institucional.

La tercera: la ideología del partido. No es una decisión menor. Percibo en Futuro un debate interno inacabado entre un grupo de puristas y doctrinarios que quieren mantener a Futuro en el antisistema y cargado hacia la izquierda, y otros militantes más pragmáticos que saben que los cambios sólo se pueden hacer luego de la conquista del poder político. No es ninguna ciencia: si Futuro se aparta del centro, la regeneración democrática y la transversalidad, será casi imposible que gobierne. Un partido de izquierda, más situado en la guerra cultural (género, aborto, libertades sexuales, etc…) que en las causas económicas y democráticas (desigualdad, defensa de lo público, combate a la corrupción etc…), corre el riesgo de convertirse en testimonial. No es una decisión sencilla en un partido tan heterogéneo y horizontal en su toma de decisiones. 

Una cuarta: cómo lograr que Futuro sea un partido más amplio, menos elitista, procurando no perder la identidad y la cohesión interna. Es un debate que han tenido otros partidos cuando se acercan al poder. Le sucedió al PAN en los ochenta y noventa. MC lo vive desde 2010. Futuro no puede ser un partido de amigos, algunos líderes estudiantiles y académicos que son próximos a la organización. Conquistar el poder es ampliar e incluir personajes que, en muchas ocasiones, no embonan en su totalidad con aquello que representa políticamente el partido. ¿Qué perfiles incluirá Futuro en sus candidaturas? ¿Habrá posibilidad de que exmilitantes de otros partidos tengan cabida? ¿Deben ser de izquierda o pueden representar otras ideas? No está claro.

Y una quinta: ¿están con el presidente o contra el presidente? ¿Están más cerca de AMLO o de Alfaro? Seguramente Futuro buscará colocarse como una tercera vía. Ni con el Presidente, ni con el gobernador. Sin embargo, nos movemos hacia una elección plebiscitaria, aunque sea un plebiscito trampa como lo sostuve en otro artículo. Futuro corre el riesgo de quedar triturado entre la amlofilia y la amlofobia. Algo no tan distinto ocurrió en 2018, entre las alianzas y la división de opiniones en torno al Presidente, los “Wikis” no lograron representación institucional.

Futuro sí mueve el panorama electoral. Corrijo, la presencia de Kumamoto con partido político, lo que supone acceso a plurinominales y regidores, mueve las fichas en el tablero. Sin duda, Movimiento Ciudadano es la fuerza política más afectada por la presencia de Kumamoto y Futuro en la boleta. MC y Futuro comparten electorados en el poniente de la ciudad. Entre las clases medias y altas. Los resultados de la última contienda son inequívocos de esta pugna entre naranjas y Wikis en el poniente de la ciudad y en particular en los municipios de Guadalajara y Zapopan. Veamos, Zapopan. En la última elección, tomando los datos electorales al Senado, Kumamoto venció por 42 mil votos a la coalición PAN/MC/PRD que encabezó Clemente Castañeda. Y en el distrito 10 (Zapopan Poniente) y 13 (Zapopan Sur-Poniente), el “arbolito” le sacó entre 14 y 15 puntos de distancia al Frente. En Guadalajara, la coalición MC/PAN/PRD derrotó por ocho mil votos a Kumamoto, pero en el distrito 8 (Guadalajara Poniente), Kumamoto sacó 16 mil votos de ventaja al Frente. El cara a cara es innegable.

En el mismo sentido, no es descartable que Futuro pudiera competir algún distrito en Zapopan o Guadalajara, y tener una fracción legislativa más robusta con los plurinominales. Si Futuro logra entre un 12-15% de los votos, podría tener 4-5 diputados de representación proporcional. En un escenario de fragmentación, dichos asientos en el Congreso podrían ser importantes para reformas constitucionales en la segunda parte del sexenio de Enrique Alfaro. Dicha fuerza electoral en la ciudad puede propiciar que MC y el PAN vuelvan a acordar en algunos municipios prioritarios y en algunos distritos. Más allá de las fobias que en todas las entrevistas se profesan emecistas y panistas, la realidad es que parece que sus caminos se juntan para coaligarse en Guadalajara y en Zapopan. 

Futuro es uno de los condimentos del proceso electoral intermedio 2021. Es una buena noticia que en Jalisco existan fuerzas políticas con arraigo local como Futuro, pero también MC o Hagamos. Eso provoca que se debata sobre asuntos y problemáticas que competen directamente a las y los jaliscienses. Futuro deberá enfrentar una niñez acelerada y una adolescencia fugaz porque tiene ante sí una elección. Sin embargo, dentro de toda esta vorágine, Futuro debe reflexionar qué quiere ser de mayor y no acelerarse por las presiones de la coyuntura política. El tiempo es el bien más valioso en política y Futuro lo tiene de sobra.

Tapatío

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