Sandra no tenía la menor idea de que luego de contestar esa llamada, su cuenta del banco quedaría vacía. Respondió el teléfono como de costumbre. Alguien del otro lado de la línea le dijo que habían hecho un par de compras desde su cuenta y que sólo llamaban para confirmar si reconocía los cargos.Asustada, negó el hecho. “Y muy amablemente” la persona se ofreció a ayudarla para resolver la situación, a lo cual Sandra accedió. Primero, le comentó que no le pediría su clave bancaria ni los datos de su tarjeta, por lo que le dio confianza: sabía que los bancos no solicitan esa información. También sabían en qué sucursal había hecho el trámite, su domicilio y nombre completo. Sin embargo, con las artimañas del delincuente, ella transfirió su dinero a otra cuenta de los defraudadores.Le pidió que bloqueara su cuenta del banco desde su aplicación móvil para que no corriera más riesgos. Y para que no se quedara sin dinero, “me abrirían otra cuenta en ese momento, que sería mía, para transferir todos sus recursos”. Mientras lo hacía y se validaban más datos, de pronto le colgaron. Ahí se preocupó y llamó a su banco para dar seguimiento a la llamada, pero sólo le confirmaron que no habían hecho ningún movimiento oficial, sino que ella había transferido su dinero a una cuenta de un tercero, por lo cual no podían hacerse responsables. Ante este tipo de situaciones, Francisco Jiménez Reynoso, académico de la Universidad de Guadalajara, hace un llamado a la ciudadanía para evitar caer en estos fraudes telefónicos. En primer lugar y de preferencia, no contestando números desconocidos, o cuando llamen de alguna institución bancaria, colgar y llamar directamente a los números oficiales.De manera general, con seis mil 574 carpetas de investigación este año, Jalisco es la tercera Entidad con más fraudes de todo tipo. Ante el incremento de fraudes por teléfono, mediante llamadas, mensajes y redes sociales, lo primero que debe hacer una persona es ignorar, explicó el académico de la Universidad de Guadalajara, Francisco Jiménez Reynoso, investigador del Observatorio sobre Seguridad y Justicia de esa casa de estudios.Lo anterior, dijo, porque los delincuentes comienzan, en muchas ocasiones con información mínima y al ir enganchando a la víctima, esta va compartiendo más datos que les ayudan a completar su cometido.Por ello, señaló Jiménez Reynoso, lo primordial es ignorar aquella llamada o mensaje que llega de números desconocidos. “Para ellos la información es poder, y terminan convirtiéndolo en dinero cuando llegan a consumar el fraude. Juegan con la ley de las posibilidades, y saben que al menos una llamada será concretada”, lamentó.Si la víctima no tiene la certeza de que cualquier cosa que le dicen es real, es mejor no engancharse. Por ejemplo, si le dicen que llaman del banco, es mejor colgar y llamar más tarde a los números oficiales explicando la situación. “Se trata de gente que sabe muy bien lo que está haciendo, y si la ciudadanía no está preparada o alerta ante lo que está ocurriendo, es muy probable que pueda caer”, dijo.“Si se recibe un mensaje sospechoso es mejor no contestar y desecharlo, si recibo una llamada telefónica es mejor no contestar. Si llega a responder y le dicen que hablan del banco o de cualquier otra institución es mejor cortar la comunicación en el momento. Los fraudes se están disparando, aumentan año con año al menos 10% y es mejor que la ciudadanía esté informada y no caiga”, indicó el investigador.Para frenar este tipo de situaciones, dijo Jiménez Reynoso, es necesario que las autoridades impulsen campañas de concientización para dar a conocer las nuevas modalidades identificadas, a fin de prevenir a la sociedad de caer en las redes de los criminales.Para ello, además es necesario que las víctimas presenten sus denuncias ante las autoridades correspondientes, pues es a partir de esto que pueden identificarse las estrategias que los delincuentes emplean para enganchar a las personas. "Para ellos la información es poder, y terminan convirtiéndolo en dinero cuando llegan a consumar el fraude"Francisco Jiménez Reynoso, investigador del Observatorio sobre Seguridad y Justicia de la UdeG. De la misma forma en la que Sandra fue robada, también Jaime cayó y entregó los únicos seis mil pesos que tenía disponibles en su cuenta bancaria.Una persona le llamó y le dijo que había algunos movimientos en su cuenta y que, de no reconocerlos, le ayudarían a bloquear su cuenta y trasladar su dinero a una nueva cuenta para que los tuviera disponibles a la brevedad mientras investigaban los cargos no reconocidos.“Validé que sí eran del banco, porque tenían datos personales que no debería tener nadie más que el banco, y en ningún momento me pidieron contraseña o NIP, y eran muy enfáticos en cada paso de que no me la pedirían. Una vez que caes en confianza, te van llevando paso a paso para darte una nueva cuenta para que hagas el traspaso y no te quedes sin dinero en lo que desbloquean la cuenta, tiene sentido en ese momento”, contó Jaime.Aunque presentó una queja ante el banco, la institución le dijo que no procedía alguna responsabilidad porque él había entregado el dinero voluntariamente. Ante esta situación presentó una queja ante la Condusef, pues su molestia además era porque los delincuentes tenían información que sólo debería tener el banco, como nombre completo, domicilio y hasta la sucursal de apertura.“Uno se siente, aparte de robado, te sientes muy mal porque te engañaron, porque te das cuenta que caíste en el fraude. No sólo es el robo, es lo emocional y lo psicológico lo que te afecta también”, añadió. Lo anterior es sólo una de las modalidades de fraude por teléfono, conocida como “Spoofing”, que ocurre cuando a través de una llamada la persona se hace pasar como parte de una institución confiable, como lo es un banco en este caso.La persona no sospecha debido al tono de cordialidad y amabilidad de la persona “operadora”, además de que le confía datos que sólo la institución debería tener.De acuerdo con estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las denuncias por fraude en Jalisco pasaron de 664 en enero de este año a 790 en el mes de septiembre, aunque mayo presentó un pico de 849 denuncias por este ilícito.En total, en los nueve meses transcurridos este 2022 suman ya seis mil 574 denuncias por fraude. En comparación, en el mismo periodo del año pasado eran entonces cinco mil 698, es decir, cerca de mil casos más en sólo un año. "Validé que sí eran del banco, porque tenían datos personales que no debería tener nadie más que el banco, y en ningún momento me pidieron contraseña o NIP"Jaime, cuentahabiente. En julio pasado, Jacqueline —nombre utilizado para proteger su identidad—, fue víctima de fraude telefónico. Le llamaron para decirle que habían intervenido su aplicación móvil descargándola desde otro dispositivo, por lo cual debían cambiar su clave de acceso.Los delincuentes, haciéndose pasar por su banco, tenían toda su información personal.“Los datos que ellos me proporcionaron eran los correctos. Yo no di ninguna información y sólo escuché lo que debía de hacer según para protegerme. (La persona) Me dio mi estatus de folio de reposición de tarjeta y me indicó que pasara al día siguiente a mi sucursal a las 09:00 con una persona, porque en ese momento los delincuentes que estaban dentro de mi aplicación móvil ya sabían todo de mí y debían cambiar todo. No proporcioné nada que me comprometiera”, contó la mujer.Cuando ella abrió su aplicación ya todo estaba bloqueado, y los delincuentes habían vaciado su cuenta, pues lograron entrar a través del cambio de la clave y transfirieron el dinero.“Me dejaron con 500 pesos, cuando hablé al banco para que explicaran qué pasaba me dijeron ‘A usted le fue bien, porque ha habido clientes que les sacan millones’, pero para mí esa no es una respuesta a un cliente que hoy está triste, angustiado y vulnerable, cuando desde dentro del banco pareciera que tienen a alguien que les está robando los datos de sus clientes y quizá no lo saben”, lamentó Jacqueline.Con las seis mil 574 carpetas de investigación abiertas ante la Fiscalía del Estado por fraude en lo que va del año, Jalisco se ubicó como la tercera entidad con más delitos de este tipo, de acuerdo con estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Se ubicó sólo por debajo de la Ciudad de México que reportó 15 mil 818 casos, y del Estado de México, con 10 mil 066 denuncias.De acuerdo con el académico de la Universidad de Guadalajara, Francisco Jiménez Reynoso, en los últimos meses el delito de fraude es uno de los que más han presentado incrementos en cuanto a la incidencia delictiva, debido a la facilidad con la cual los delincuentes envuelven a sus víctimas.Explicó que, en los últimos dos años, especialmente en el marco de la contingencia ocasionada por la COVID-19, los delincuentes revolucionaron su forma de operar y mejoraron sus estrategias para hacer caer a sus víctimas a través de llamadas telefónicas, plataformas de mensajería y redes sociales, ayudándose del uso de la tecnología.Ahora, las llamadas y mensajes de los delincuentes son cada vez más convincentes, llevando a que la víctima, a quien se encargan de sembrarle miedo o preocupación, les ceda inconscientemente su dinero. De acuerdo con System Security, una firma dedicada al análisis de la seguridad en la Entidad (que eligió ese nombre ficticio para mantener su perfil), además del más reciente, que es hacer que la víctima sin darse cuenta les dé acceso a su banca móvil o les transfiera, haciéndose pasar por personal del banco, estos son los fraudes telefónicos que ocurren con mayor frecuencia:CT